6 propiedades probadas del diente de león
|- Es uno de los tesoros de la medicina natural. El diente de león posee propiedades antiinflamatorias, antibióticas y anticancerígenas.
El diente de león (Taraxacum officinale es la especie más común) es una planta que te encuentras fácilmente en los paseos por el campo y además es una de las plantas medicinales con efectos más importantes y probados.
Se utilizada desde hace miles de años para tratar infinidad de dolencias físicas, sobre todo trastornos digestivos y enfermedades del hígado.
Las
hojas de diente de león se pueden comer cocidas o crudas y sirven como
una excelente
fuente de vitaminas A, C y K. También contienen vitamina E, ácido fólico,
pequeñas cantidades de vitaminas
del grupo B, e inulina, el tipo de fibra más beneficioso para
la salud de la microbiota intestinal.
Además proporcionan una cantidad significativa de varios minerales,
incluidos hierro,
calcio, magnesio, potasio y silicio.
Pero las propiedades medicinales del diente de león se deben a la combinación de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, como el betacaroteno y los polifenoles, los ácidos chicórico, clorogénico y taraxínico, el fitol y el tetracosanol.
1. REGULA EL METABOLISMO
Esta peculiar fórmula de nutrietes y compuestos bioactivos ofrece una serie de efectos beneficiosos sobre el metabolismo:
Ayuda a controlar los niveles de azúcar.
Estimula la secreción de insulina.
Regula los niveles de glucosa.
Reduce la absorción de las grasas.
Favorece el control del colesterol.
2. REGENERA EL HÍGADO
Los estudios en animales han confirmado una de las principales propiedades atribuidas al diente de león por la medicina tradicional: la capacidad de regenerar el hígado y de protegerlo frente a las sustancias tóxicas y el exceso de grasa.
3. POSEE ACCIÓN ANTICANCERÍGENA
Quizás
una de las propiedades más interesantes del diente de león –en concreto, del
extracto de las hojas y de la raíz– es su potencial para prevenir el crecimiento de células
cancerosas en órganos diferentes.
Estudios realizados in vitro han demostrado que el extracto de raíz de diente de león posee
la capacidad dereducir drásticamente el crecimiento de las células cancerosasen
el hígado, el colon, la piel, la sangre y el tejido pancreático.
Estos hallazgos son alentadores, pero hacen falta más estudios para probar si el diente de león puede ser útil para tratar el cáncer en seres humanos.
4. MEJORA LA DIGESTIÓN
La medicina natural tradicional utiliza el diente de león para tratar el estreñimiento y otros síntomas de mala digestión deteriorada. Estos efectos se deben muy probablemente al contenido en inulina prebiótica.
5. PREVIENE LAS INFECCIONES
Algunas investigaciones indican que el diente de león puede tener propiedades antimicrobianas y antivirales. Varios estudios in vitro han hallado que el extracto de diente de león reduce significativamente la capacidad de replicación de virus y bacterias dañinas.
6. MEJORA EL ESTADO DE LA PIEL
Las investigaciones en animales indican que los extractos de hojas y flores de diente de león protegen la piel frente al daño causado por las radiaciones solares, el envejecimiento y el acné. Potencian la generación de nuevas células en la piel, lo que podría retrasar el proceso de envejecimiento.
Además reducen la inflamación y la irritación de la piel, al tiempo que aumenta la hidratación y la producción de colágeno. Esto puede ser útil para prevenir y tratar ciertos tipos de acné.
¿CÓMO SE TOMA EL DIENTE DE LEÓN?
Las
hojas, los tallos y las flores de diente de león pueden consumirse en suestado
natural y crudos (en ensalada, por ejemplo) o se pueden
comer cocidos. La raíz generalmente se seca, se muele y se consume como un
sustituto del té o del café.
El diente de león también
está disponible en cápsulas, extractos y tinturas.
Las dosis recomendadas par las diferentes presentaciones de diente de león son:
Hojas frescas: 4–10 g/día
Hojas secas: 4–10 g/día
Tintura de hojas: 0.4–1 cucharadita (2–5 ml), tres veces al día
Jugo de hojas frescas: 1 cucharadita (5 ml), dos veces al día
Extracto fluido: 1–2 cucharadita (5–10 ml), diariamente
Raíces frescas: 2–8 g/día
Polvo seco: 250–1.000 mg, cuatro veces al día.