20 minutos de meditación al día te ayudan a cometer menos errores

  • Descubren que dedicar tan solo 20 minutos al día a practicar la meditación de monitoreo abierto –que se centra en lo que sucede en el cuerpo y la mente– podría ayudar a que se cometan menos errores.

Practicar yoga, taichí, chi kung o cualquier otra actividad conocida como ‘intervención mente-cuerpo’ puede, además de relajarnos, modificar la forma en la que se comportan nuestros genes y, de este modo, prevenir que padezcamos enfermedades derivadas del estrés, desde trastornos mentales como la depresión, hasta un envejecimiento prematuro, o incluso cáncer, según la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Coventry (Reino Unido).

Cuando una persona experimenta estrés, sus células sufren una inflamación debido a que el organismo, ante esa situación estresante, activa los genes que producen unas proteínas conocidas como citoquinas. Si bien esta respuesta inflamatoria constituye un recurso del organismo para activar el sistema inmune y combatir posibles daños o infecciones y no supone un peligro si se produce de forma esporádica, la inflamación crónica se asocia con un aumento del riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas, asma, o prolemas psiquiátricos como depresión y trastorno de estrés postraumático, entre otros.

Las actividades de meditación pueden reducir la producción de citoquinas, evitar la expresión de genes proinflamatorios y, por tanto, disminuir el riesgo de padecer enfermedades asociadas a la inflamación celular

Las técnicas orientales de meditación han demostrado que son capaces de intervenir en ese proceso inflamatorio, ya que pueden cambiar la forma en la que funciona nuestro código genético. Según este estudio, que ha sido publicado en la revista Frontiers in Immunology, las prácticas de meditación pueden reducir la producción de citoquinas, evitar la expresión de genes proinflamatorios y, por tanto, disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades asociadas a la inflamación celular.

Según explica la investigadora principal del estudio, Ivana Buric, las intervenciones mente-cuerpo cambian la manera en la que se expresan nuestros genes y revierten el efecto negativo que el estrés podría tener en nuestro organismo. “El yoga o el taichí, por ejemplo, hacen que nuestro cerebro dirija los procesos de nuestro ADN hacía otra vía que mejora nuestro estado y bienestar”, afirma.

Se necesita más investigación sobre las actividades mente-cuerpo

Este descubrimiento ha sido fruto de una revisión de 18 estudios en los que participaron un total de 846 personas, y en la que los investigadores analizaron cómo cambiaba el comportamiento de los genes de los participantes al realizar actividades mente-cuerpo. A pesar de los buenos resultados obtenidos, Ivana Buric reconoce que aún falta más investigación para entender mejor los efectos de estas actividades orientales y compararlos con otras intervenciones saludables, como puede ser seguir unas pautas correctas de nutrición acompañadas por la práctica de ejercicio físico. Sin embargo, añade, “nuestra investigación establece una base importante para los estudios que se hagan en un futuro sobre los beneficios de estas actividades mente-cuerpo, que son cada vez más populares”.