La preeclampsia puede dañar tus riñones años después de dar a luz

Como mamás responsables, procuramos los cuidados y atenciones necesarias para que nuestro embarazo se desarrolle de la mejor manera y nuestro bebé crezca lo más sano posible.

No obstante, a pesar de estos cuidados puede haber ciertas complicaciones durante la gestación, las cuales no sólo ponen en riesgo la vida del bebé, sino también la nuestra.

Preeclampsia: una complicación del embarazo

La preeclampsia es una de estas complicaciones que se viven durante el embarazo. El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en inglés) explica que la preeclampsia es una condición en la que se presenta una presión arterial alta después de las 20 semanas de gestación (en mujeres cuya presión arterial era normal antes del embarazo).

La presión arterial normal es de 120/80 mmHg. Cuando se presenta preeclampsia, la presión arterial puede ser igual o superior a 140/90 mmHg. Esta condición también puede afectar la placenta, los riñones, el hígado, el cerebro y otros órganos y sistemas de la mamá.

En los casos más graves, es una de las principales causas de parto prematuro e incluso puede afectar la función cerebral de la mamá, causando convulsiones o estado de coma.

Riesgos de la preeclampsia después del embarazo

La preeclampsia es una condición exclusiva del embarazo. Normalmente, las mujeres que la presentan suelen recuperar sus niveles normales de presión arterial y deshacerse de los demás síntomas de esta afección dentro de las 6 semanas posteriores al nacimiento del bebé.

No obstante, se ha descubierto que padecer preeclampsia puede desencadenar ciertas repercusiones en la salud de la mamá, incluso varios años después del embarazo.

Un estudio sueco que recaudó datos a nivel nacional durante un periodo de 30 años (1982-2012), descubrió que las mujeres que sufrieron preeclampsia tienen un riesgo 5 veces mayor de padecer enfermedad renal terminal, en comparación con las mujeres que jamás presentaron esta complicación en el embarazo.

De acuerdo con Mayo Clinic, la enfermedad renal terminal es el estado más grave y final de la enfermedad renal crónica, es decir, cuando los riñones dejan de tener la capacidad de filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre.

Asimismo, un estudio del Imperial College School of Medicine demostró que las mujeres que presentaron preeclampsia son 4 veces más propensas a desarrollar hipertensión (presión arterial alta) y dos veces más propensas a tener cardiopatías isquémicas (cuando las arterias se obstruyen y reducen el suministro de sangre al corazón) o algún tipo de accidente cerebrovascular como un derrame cerebral.

¿Cómo se puede prevenir la preeclampsia?

De acuerdo con el NICHD, aún no se sabe cómo prevenir totalmente la preeclampsia. Sin embargo, se conocen los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de presentar esta complicación, como tener presión arterial alta antes del embarazo, padecer obesidad, embarazarse antes de los 20 años o después de los 35, tener un embarazo múltiple o antecedentes familiares de preeclampsia.

Si bien existen ciertos factores que están fuera de nuestro control, hay otros como la obesidad y la presión arterial alta que se pueden tratar antes de quedar embarazada.

Por ello, la mejor manera de reducir el riesgo de padecer preeclampsia es mantenerte sana y preparar tu cuerpo para el embarazo.

Asimismo, una vez embarazada, es importante cuidar a tu bebé y a ti con atención prenatal temprana y constante. Cuando la preeclampsia se detecta a tiempo, es mucho más sencillo evitar complicaciones más graves para tu salud y la de tu bebé.