Un gesto de humildad en la 4T
|HISTORIAS DE REPORTERO
Carlos Loret de Mola
Un gesto de humildad en la 4T
No es un secreto que la gran esperanza del presidente
López Obrador es que México vuelva a gozar de una enorme riqueza petrolera.
El primer Mandatario siempre recuerda que luego de alcanzar una producción
petrolera de más de 3 millones de barriles diarios en 2003, en tiempos de
Vicente Fox, la tendencia ha sido dramáticamente a la baja. El mínimo del que
se tiene registro fue en enero de 2019, al arranque de la Administración
obradorista.
Los especialistas energéticos coinciden en concluir que en tiempos de Fox se
sobreexplotaron los yacimientos. Nunca en México hemos tenido tanto petróleo
crudo para el financiamiento del gasto público y para el desarrollo económico.
La idea del presidente AMLO es extraer más petróleo. Como se puede apreciar en
un popular video de campaña de 2006, él considera que eso es una tarea poco
científica, es como meter un popote a la tierra y ya, sale el petróleo.
Por lo mismo quizás, ya en el poder, encargó al director general de Pemex la
nada fácil tarea de incrementar la plataforma petrolera. Y como a este
Presidente no se le dice que no, Octavio Romero Oropeza aceptó el reto:
presentó planes de aumentar la producción de crudo hasta niveles de 2.7
millones de barriles diarios. Planes, no más.
Como le comenté en estas Historias de Reportero el 20 de marzo del 2019, el
diagnóstico tenía todo el sentido: si se quería recuperar la producción, era
necesario incrementar la inversión.
A esta promesa, el director general de Pemex sumó otra: el 9 de diciembre de
2019, dijo que ya estaba produciendo mil 719 millones de barriles diarios, que
terminaría el año en mil 778 y alcanzaría mil 818 para enero de 2020. Para este
salto tan complicado como poco creíble, era clave la entrada en operación de 20
campos adicionales de producción.
Pues, ¿qué creen? Solo cuatro de los 20 campos considerados prioritarios
entregaron producción, según admitió Romero Oropeza en la más reciente sesión
del Consejo de Administración de Pemex celebrada hace unos días. Y tampoco
lograron llegar a la meta de producción: la cifra real de producción en
diciembre de 2019 fue de mil 687 millones de barriles y la cifra al cierre de
abril de 2020 de un millón 700 mil barriles de crudo al día. Más de 100 mil
barriles diarios por debajo de lo prometido.
Ante ello, según trascendió, Pemex habría empezado a trabajar con una
modificación a su meta: en vez de apostarle a llegar a aquellos 2.7 millones de
barriles diarios (que ya se vio imposible), el nuevo gran objetivo es aumentar
las reservas petroleras, que actualmente alcanzan para solo unos 8 años.
Se agradece la honestidad y humildad para cambiar el objetivo. En un Gobierno
marcado por la arrogancia (basta ver el manejo de la pandemia), gestos así son
casi inéditos y deben aquilatarse.
Así pues, como lo dijimos en su momento, el logro presumido la mañana del 8 de
enero por el presidente López Obrador está lejos de ser cierto: no hay forma de
afirmar con pruebas fehacientes que “ya se recuperó la producción” y menos
ufanarse de que “ya salvamos a Pemex”.
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