Y EL MURO, LOS “DRIMERS” Y LOS INSULTOS DE TRUMP

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA 

Y EL MURO, LOS “DRIMERS” Y LOS INSULTOS DE TRUMP

            Tras la visita presidencial a la Casa Blanca habrían de quedar pendientes temas de importancia actual como es saber quién finalmente pagará el muro, si los “drimers” (dreamers) serán expulsados y, por otro lado, si quedará en el olvido la reclamación al magnate gringo la disculpa que los mexicanos esperan, luego de los insultos que en reiteradas ocasiones les expresó el magnate mencionado.

            Es imposible presumir que entre Estados Unidos y México pudiera imaginarse que haya alguna hermandad entre ambos países y que se vean como hermanos, como lo dijera la ex embajadora Roberta Jacobson, y mucho menos que las ofensas y mofas de Trump contra indocumentados aztecas sobre todo. Sin embargo, la cita entre presidentes se cumplió a cabalidad. Un cruce de discursos generosos, de mutuo respeto y compromisos y promesas de ambos países por un porvenir mejor.

            La repulsa contra inmigrantes mexicanos sobre todo, que arriban a territorio yanqui, ha sido nota distintiva del mandato presidencial del señor Trump. Los ha calificado de ser criminales, narcotraficantes y al arrancar su gestión presidencial, lo primero que hizo como anuncio al asumir la presidencia sería la construcción del muro que evite el éxodo de centroamericanos hacia la Unión Americana.

            Apenas hace unas horas el régimen norteamericano acaba de acordar que un millón de “drimers” (estudiantes extranjeros, entre quienes predominan mexicanos) si van a recibir clases en línea deberán abandonar territorio estadounidense. Ya que las clases presenciales han sido suspendidas debido a la pandemia del coronavirus.

            Sin duda, ninguno de los tres rubros mencionados habrán sido abordados porque los negociadores, según se dijo, fueron exclusivamente para apuntalar los contenidos del tratado comercial. Sin embargo, entre los connacionales que habitan en ciudades yanquis y los aztecas de este lado del río Bravo, existen temas de primer orden que debieran haber tenido un espacio para ser debatidos, y de esa forma fortalecer las relaciones bilaterales en favor de los pueblos firmantes del acuerdo comercial.

            No hay que olvidar que la deportación y expulsión de mexicanos ha estado bajo una constante en las entidades que conforman territorio gringo. Y que México ha servido eficazmente al Tío Sam, no permitiendo más el tránsito de centroamericanos que crucen suelo azteca y cuya meta es frenar la llegada en oleadas al territorio del “vecino distante”.

            El común de trabajadores indocumentados aztecas enfrentan explotación, pagas salariales diferentes a las que cobraban los espaldas mojadas y una constante de amagos, persecuciones y encarcelamientos, lo que les obliga a tener que confrontar los miedos, la ansiedad, constantes temores y tener que defenderse del choque con la migra y otros grupos policiales que convertidos en verdaderos orangutanes suelen maltratar arbitrariamente a los connacionales.

            Jamás Trump se ha ofrecido disculpado con los mexicanos, a los cuales ha calificado de actuar como criminales, narcotraficantes y asesinos. El grueso de mandatarios de la poderosa Nación, claro que no han sido una perita en dulce, lejos están de haber tenido un gesto humanitario, de amigos y menos de socios cariñosos. Sin embargo, se impone el Tío Sam, el país más poderoso del mundo, y a esto seguramente ninguna nación de la región que usted quiera habría de oponerse a una visita cuyo anfitrión principal le había cursado una invitación previamente para estampar su firma los tres países, del Tratado de Libre Comercio.

            ¿Sabía usted que el carismático presidente Barack Obama ordenó en su gobierno la repatriación del mayor número de mexicanos indocumentados hacia nuestro país? Lo mismo se dio con otros presidentes demócratas y republicanos. Con el señor Trump, la vecindad, trae una carga de hechos los cuales resulta un tanto difíciles de entender. Más aún, porque a este dignatario muchas veces le gana la rabia, sobre todo cuando se trata de disparar misiles venenosos contra los mexicanos. 

NO LEVANTAN MENSAJES DE LOS SOCIOS PRIISTAS

            Por más que los esforzados voceros del viejo partido tricolor realizan intentos porque la gente vuelva a posar sus ojos en la maquinaria que representa el partido revolucionario institucional, siguen sin levantar las simpatías que el grueso de la población azteca le niega sistemáticamente a raíz de su escandalosa derrota en la elección presidencial celebrada en el pasado año de 2018.

            En sus spots, el PRI advierte una y otra vez, que en pasadas tragedias sufridas por el pueblo mexicano le ha respondido a la gente, pero nada dice de los políticos responsables del estado de violencia, pobreza, inseguridad que están experimentando los mexicanos, cuando menos desde hace 40 años.

Nomás durante el régimen de Enrique Peña Nieto diez gobernadores están acusados penalmente, pero siete andan a salto de mata, nunca ninguna policía los llevó ante tribunales judiciales, así que siguen impunes sus atracos multimillonarios cometidos en contra de la sociedad azteca, exhibidos pero nunca castigados.

            Aquí en Veracruz, la vida pública se pervirtió, diría en su momento el entonces gobernador Dante Delgado Rannauro.

            Hay un ex mandatario, Javier Duarte, quien todavía paga con cárcel los ilícitos de que fue denunciado junto con una veintena de ex funcionarios públicos de su sexenio, los cuales, según se cuenta, abandonaron sus celdas del reclusorio de Pacho Viejo. Empero, ninguno obtuvo una sentencia que los dejara presos durante años.

Sin embargo, la vida pública de los veracruzanos se pulverizó por espacio de varios sexenios anteriores, con un mayor pobreza, un millón de ciudadanos se fugaron por hambre a los Estados Unidos de Norteamérica y la inseguridad pública, quizá sea uno de los temas que más agobian a la gente, porque la paz social y la vida buena que tuvieron las familias veracruzanas en un pasado se fueron ypareciera que ya no va a volver.

El viejo régimen o se alía verdaderamente al pueblo, en aras de demandar la justicia que en el pasado no se dio, o sencillamente su finiquito como membrete partidario, el PRI ya no podrá lograr su recuperación, por más que algunos beneficiarios de esa sigla persistan en anunciar que retornarán por sus fueros.

Un PRI sin ideología y que coadyuvó eficientemente a la conformación de un régimen de “dictadura perfecta”, cómo va a convencer de la efectividad de sus propuestas, para que la gente le crea y que reciba como partido, el oxígeno suficiente para mantenerse con vida pública. Honor a la verdad, nadie lo cree. Analistas de todo el país dudan de que la sigla tricolor tenga los arrestos para recuperar la simpatía de un electorado que acabó odiando al ex partidazo llamado de sectores sociales.

Aquí en tierras veracruzanas un único personaje, priista de carrera y vida, el ex senador y ahora diputado federal Héctor Yunes Landa, sigue manteniendo porque la trinchera priista retorne a ejercer el poder como lo hizo por más de 70 años, pero sin tener que enlistar en sus filas a los tránsfugas, traidores y desleales a sus filas.

Ahora bien, si alguien le da crédito a Alejandro Moreno, dirigente nacional del partido tricolor, cuando afirma que los mexicanos extrañan la forma de gobernar de su partido, hay que reflexionarlo dos veces, una, si el PRI seguiría en ese caso amamantando a los corruptos, o porque dicho personaje sigue creyendo que este país es habitado por tarados. 

LA ALDEA XALAPEÑA, CON UNA NOMENCLATURA LOCA EN SUS CALLES  

Uno de los problemas que más enfrentan trabajadores del correo, las agencias que llevan y traen paqueterías, inclusive los auxiliares de los juzgados, que tienen por encargo entregar notificaciones y otros, es la nomenclatura loca que rige en la ciudad y que hasta ahora ninguna autoridad pública ha querido ni siquiera intentar su regularización.

Si la 4T se propone transformar la vida de los mexicanos y específicamente de quienes habitan en esta ciudad, que es el caso, sobre todo cuando los políticos suelen calificarla como la Atenas veracruzana, una nomenclatura justamente ordenada, sin dejar lugar a dudas es parte de su cultura. 

Por ejemplo, en la vecina entidad de Puebla de los Ángeles opera una nomenclatura ejemplar. Nadie podría perderse en sus amplias calles y numerosas colonias, porque todas siguen un orden numérico que hasta un niño que cursa aulas del kínder, lo entiende.

En las ciudades de los países considerados que son parte del primer mundo, ni duda. Empero, en la aldea xalapeña ocurre todo lo contrario. Nombres de colonias y calles llevan multitud de siglas y nombres que solamente sirven para confundir a cualquiera.

Sabe usted cuántas arterias públicas llevan el nombre de Miguel Alemán Valdés, más de 30, lo mismo en el corazón de la ciudad, como en las colonias más alejadas y abandonadas. Desde que a la calle Real le cambiaron su nombre por el de Enríquez, sobrevino una ola de nombres que las mayorías ignoran si fueron héroes, políticos o ladrones.

Empero, los nombres más socorridos son los de Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Luis Echeverría, Rafael Hernández Ochoa, Emiliano Zapata, una calle en la colonia Federal insólitamente impuso el nombre del dictador Porfirio Díaz.

La calle de Miguel Negrete, para sus vecinos se localiza en la colonia María Esther y para otros ilustres ciudadanos es José Cardel, Naranjos y Laureles.

Nunca a una vecindad en la ciudad le han preguntado si está de acuerdo en inmortalizar sus calles con nombres de distinguidos mexicanos o sólo sea, una forma de no permitir que la anarquía se produzca. En la colonia Federal hay calle tres, calle cuatro y colindan con la avenida Miguel Alemán.

Más, en la veintena de fraccionamientos de Las Ánimas van desde los nombres de músicos de renombre en un pasado que sus vecinos ignoran quiénes eran, hasta la lista de países europeos de Occidente, en el fraccionamiento de Nueva Europa y otro más allá con los nombres de médicos cirujanos no precisamente reconocidos en la ciudad, sino alguien venido de Puebla influyó para imponer los nombres de especialistas médicos que aquí nadie conoció ni sabe quiénes son.

En fin, un desorden en la nomenclatura aldeana, en las colonias, calles y avenidas como Circunvalación, a la que por cierto la alcaldesa Elizabeth Morales García le cambió su nombre, por el de boulevard Lázaro Cárdenas. Otra avenida, Las Américas, quien sabe por qué, y una más, la avenida Manuel Ávila Camacho; las calles 20 de Noviembre, 5 de Febrero, Poeta Jesús Díaz. Total un desastre que algunos próceres de la nómina municipal aseguran que eso fue en el pasado, aunque en el presente nadie se atreve a renovar una nomenclatura loca como es la que exhibe a la capital del estado. Es Todo.