“México tiene 165 mil muertes por Covid.19”, calcula científico
|- Raúl Rojas, de la Universidad Libre de Berlín, determinó que para conocer los números reales se debe multiplicar por 3.8 la cifra de fallecidos por COVID-19 que a diario reporta la Secretaría de Salud.
Resulta que de las semanas 12 a la 26 de este año (es decir hasta el 30 de junio) se registraron 71,315 muertes adicionales a las esperadas de acuerdo a los índices de mortalidad de años anteriores.
Cuidad de México
Esta mañana, el periódico El Universal, dio a conocer que número ‘oficial’ de
decesos reportados hasta el sábado 25 de julio fue de 43,374. Considerando el
factor de subreporte revelado ahora, podemos estimar que al 25 de julio ya
teníamos cerca de 165,000 fallecidos por el COVID en todo el país.
A partir de datos del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de
Enfermedades (CENAPRECE) sobre el aumento de decesos en 2020, el matemático
Raúl Rojas, de la Universidad Libre de Berlín, determinó que para conocer los
números reales se debe multiplicar por 3.8 la cifra de fallecidos por COVID-19
que a diario reporta la Secretaría de Salud.
En cualquier país las cifras de mortalidad anunciadas el 25 de julio por el
Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE)
harían temblar toda la estructura estatal.
Resulta que de las semanas 12 a la 26 de este año (es decir hasta el 30 de junio) se registraron 71,315 muertes adicionales a las esperadas de acuerdo a los índices de mortalidad de años anteriores.
¿Cuál es la única
diferencia respecto a 2019? La emergencia del COVID. Seguramente la abrumadora
mayoría de esos fallecimientos adicionales se debe al virus, directamente, y el
resto son daños colaterales del mismo, ya que personas enfermas de cáncer o del
corazón no pudieron obtener atención médica a tiempo. En última instancia la
causa es la misma.
Las cifras se refieren además sólo a 20 entidades. Ajustando el exceso de
fallecimientos, tomando en cuenta que en los 12 estados no cubiertos por el
reporte viven 40 millones de personas, tenemos que el exceso de muertes en todo
el país, hasta el 30 de junio, sería de 104,400. Ese mismo día la cifra
“oficial” de decesos por el COVID fue de 27,769. El factor entre ambos números
es 3.8.
En otras palabras, los comunicados de la SSa con las cifras de decesos por el
COVID apenas si han cubierto un poco más del 25% de todos los casos reales.
Este factor de subreporte ya había sido denunciado, en el caso de la Ciudad de
México, por el Taller de Datos de la revista Nexos y por Mexicanos Contra la
Corrupción y la Impunidad, sin que hubiera habido ninguna respuesta de las
autoridades de Salud.
El 25 de junio pasado se publicó un artículo en donde aconsejaba multiplicar
las cifras oficiales de fallecimientos proporcionadas por el Dr. López Gatell
por un factor de 2.8 para acercarse más a la realidad. Dándole el beneficio de
la duda a la SSa, pensaba que el factor de subreporte de casi 4 para CDMX sería
menor en el resto del país. No es así, como nos enteramos ahora.
El número «oficial» de decesos reportados hasta el sábado 25 de julio
fue de 43,374. Considerando el factor de subreporte revelado ahora, podemos
estimar que al 25 de julio ya teníamos cerca de 165,000 fallecidos por el COVID
en todo el país.
¿Y cuál es la respuesta de las autoridades con respecto a esta debacle
estadística? Todavía en junio pasado se decía: «México está dando un
ejemplo en el mundo». Ahora, este fin de semana, resulta que el gran
culpable del desastre de la política de contención de la epidemia es el
«pueblo enfermo» y no la Secretaría de Salud. Sin embargo, si el
problema del «pueblo enfermo» hubiera sido realmente el diagnóstico
desde el inicio del sexenio, seguramente no se hubiera subejercido 17% del
presupuesto de Salud en 2019, y no se hubiera dejado estancado el mismo presupuesto
en 2020.
El gran ausente durante todo este proceso es el Congreso de la Unión. Los
múltiples reportes de subregistro de fallecimientos y los variados artículos en
la prensa no han conducido a diputados y senadores a tomar cartas en el asunto
y a investigar directamente los datos de la SSa. Decía arriba que en cualquier
país democrático la estructura estatal se cimbraría frente a el escandaloso
manejo de las cifras. Pero en México seguramente vamos a ver un gran encogerse
de hombros. Se seguirá contando los fallecimientos como hasta ahora. Seguirá el
business as usual.
Con las cifras ahora reportadas resulta que México es el segundo o tercer lugar
mundial en decesos por COVID, ya que seguramente Brasil tiene un problema
similar de subreportes.
¿Por qué no habrá una reacción más intensa frente a estos nuevos números, que
de hecho cuadruplican las cifras oficiales de decesos? Porque 165,000
fallecidos hasta ahora representan apenas 22% de la mortalidad anual en el
país. Si hasta el final de este año fallecen 250,000 personas en total, sería
solo una tercera parte de la mortalidad esperada en 2020 en México. Es como si
un tercio de las personas por fallecer en 2021 se adelantaran a llegar ya este
año.
Pero respecto al número de años de vida perdidos, lo que sucede en México es
inconmensurable con lo que sucede en países con un buen sistema de salud. En
Europa, la esperanza de vida es de alrededor de 81 años al nacer. El promedio
de edad de los muertos por COVID es de 82 años. Casi no hay diferencia. En
México la edad promedio de los fallecidos son 61 años mientras que la esperanza
de vida alcanza los 75 años. Son 14 años de vida perdidos por esas personas, en
promedio. Son 2.3 millones de años-vida perdidos en todo el país.
Se trata entonces de una crisis humanitaria en gran escala y que continúa aún,
aunada a una situación económica que está condenando a millones de mexicanos a
la pobreza extrema. «México está dando un ejemplo en el mundo