ACOSTA LAGUNES QUERÍA METER AL BOTE A TODOS EX FUNCIONARIOS
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RAÚL GONZÁLEZ RIVERA
ACOSTA LAGUNES QUERÍA METER AL BOTE A TODOS EX FUNCIONARIOS
Seguramente, los chicos de la prensa recogieron en su momento la tronante declaración que se repitió en toda sus campaña, cuando el candidato Agustín Acosta Lagunes parecía sentenciar con meter al bote a todos los ex funcionarios rateros del anterior régimen que encabezó el gobernador Rafael Hernández Ochoa.
En la celebración de sus mítines, a cada paso que registraba durante su recorrido por tierras veracruzanas, encontraba fallas terribles de gobiernos anteriores. Disfrutaba horrores hacer mofa de los políticos dedicados a cobrar en dependencias agropecuarias, y cuando en su presencia no sabían distinguir entre una especie del mar o una planta o diferenciar entre grano y café, el hombre de Paso de Ovejas solía amagar al personaje que había cometido la pifia con meterlo a la cárcel una vez que llegara la hora de gobernar a los veracruzanos.
El temor se apreciaba en el grueso de funcionarios salientes de aquel sexenio. Más aun cuando ya como ocupante de la silla de jefe del poder ejecutivo, el mandatario de estreno ordenaría la detención del director del Instituto de Pensiones del Estado, José Luis Lobato Campos, con gran sorpresa para los maestros y pensionistas sobre todo, porque nunca en la historia de la entidad el patrimonio de aquellos había subido hasta las nubes, como en el sexenio de RHO.
Este reportero preguntó al que sería gobernador, Acosta Lagunes, si en su gabinete incorporaría a expertos en las distintas actividades público-administrativas y la respuesta no se dejó esperar. ¿Expertos, en qué? Eso no existe, agregaría el gobernador de estreno, y enseguida anunciaría que su gestión sería austera, modesta y abundante en la generación de empleos y obras públicas.
Apenas habían transcurrido días de la administración Acostalagunista, cuando el ex subsecretario saliente, el carismático Carlos Brito Gómez, saltaría al ruedo de los debates y procediera a elevar una categórica declaración, que textualmente, en aquellos días los periodistas tomaron como una expresión muy valiente, cuando pide al dirigirse al mandatario, espetó textualmente: “Aquí estamos todos, cite o detenga a todos los servidores públicos que hicimos lo mejor de nuestros esfuerzos en beneficio de Veracruz”.
Lo que haya ocurrido entretelones nadie lo supo, lo que se decía entrelíneas es que varios de los ex colaboradores del régimen de Hernández Ochoa habrían regresado algunos bienes mal habidos y cuentas pendientes de aclarar, pero que se habían quedado anidadas en los bolsillos de los malvados ex servidores públicos. Otros más huyeron de tierras veracruzanas tratando de pasar desapercibidos para la cacería emprendida por el gobierno de Acosta Lagunes.
Lo que sí es cierto, que AAL representó la imagen de un gobernante muy culto, modesto y austero, al grado de que conducía personalmente su automóvil Ford Galaxie de modelo atrasado para aquellos años, que solía caminar por las calles de Xalapa, bolearse su calzado en el parque Juárez y encaminar pasos a cualquiera de los cines del corazón de la ciudad, en compañía únicamente de su esposa.
De su gestión cabe la presunción de que por la cantidad o número de obras y servicios públicos ninguno otro sexenio lo podría superar.
La extinta maestra y lideresa del Setse que no acostumbraba rendir homenajes, al gobernador Acosta Lagunes le brindó una despedida al término de su gestión administrativa, que hizo derramar lágrimas al duro Hombre de Paso de Ovejas. Cosas de la vida.
EL AUTODESTAPE DE CARBONELL DE LA HOZ, ÚNICO ENTRE PRIISTAS
Si los socios priistas quisieran tendrían que verse obligados a repasar las películas no de espanto, sino de fiesta que en su partido se dieron y que les hicieron vivir momentos de extraordinaria fiesta, jolgorio, jaloneos y el derroche.
En mesa de debate, xalapeños y veracruzanos rememoran aquellos días en que Manuel Carbonell de la Hoz, considerando quizá que su trabajo político al frente de la Subsecretaría de Gobierno era impecable y reconocido por su jefe inmediato, el gobernador Rafael Murillo Vidal, lo más lógico –si la lógica existiera en la política– que diera luz verde a su autodestape, como sucedió en pleno corazón del palacio de gobierno estatal, tapizándolo de propaganda alusiva al potencial aspirante y seguro mandatario del relevo.
Fue un día de fiesta total. Seguidores, ayudantes, secretarios, la abogada Emma Rodríguez Cañada y otros no cabían de gozo. De verdad consideraron que el autodestape de su jefe inmediato era real, que podía darse por vez primera que un funcionario de gobierno estatal pegara el monumental salto de triple caída, pero sin llegar a ser mortal.
Los líderes estudiantiles de enseñanza media y la UV alardeaban de ser actores principales para empujar la candidatura del abogado xalapeño de nacimiento. Con licencia de notario público, para hacerse cargo de la Subsecretaría de Gobierno fortaleció tanto su puesto con arrojo, toma de decisiones y valentía a la hora de aplacar a los adversarios del régimen, orador fogoso, brillante con el discurso, era la figura que distinguía al sexenio de turno. Ninguno otro del gabinete le emularía ni rebasaría. Todos eran burócratas disciplinados al “negro” Carbonell de la Hoz.
Cuando sobrevino su destape, todos los sectores sociales comenzando por el agrario, el obrero y el popular, igual se sumarían al “madruguete” que en apariencia contaba con la bendición del gobernador Rafael Murillo Vidal. Un escéptico era don Mariano Ramos Zarrabal, personaje que había sido diputado federal por tres o cuatro ocasiones, a la pregunta sobre cosas que ocurrían, como el destape, asentaba con voz serena: “tenemos que esperar, en política hay que parecer medio pendejo y medio inteligente”.
La maquinaria del PRI, medio adormilada también, reparó en que no fue ésta, sino el propio aspirante quien movió todo el aparato para cubrir palacio de gobierno, por dentro y por fuera, de propaganda en favor de la candidatura de Carbonell, pues a la distancia no se veía a nadie que pudiera disputársela.
En tanto, allá en la Ciudad de México, o mejor dicho, desde el altiplano, “las cosas se ven mejor”, gustaba de aclararlo así el gobernador Acosta Lagunes, don Jesús Reyes Heroles, políglota, tuxpeño de nacimiento, político de peso completo, responsable de la Secretaría de Gobernación del gabinete que encabezó Luis Echeverría Alvarez, ante los chicos de la prensa dictaría su sentencia condenatoria al autodestape, describiéndolo textualmente: “Yo como veracruzano aún no he votado por él”.
Consecuentemente, sobrevendría un sismo político, se cae Carbonell y se impone, como siempre había ocurrido, la designación por el gran dedo del viejo sistema tricolor, desde la capital del país.
DÓNDE ESTAN LOS AMIGOS VERACRUZANOS DE ROSARIO
Seguramente uno de los oficios que más resienten los estragos es el de la actividad pública. El abandono de sus cuates más queridos, como lo está padeciendo la señora Rosario Robles Berlanga, a quien hasta por cuatro o cinco solicitudes de amparo para seguir en libertad su juicio, el juzgador de la causa se lo ha negado.
Unos aseguran que el silencio que guarda en torno a sus actividades, por las cuales ahora cumple ya un año de estar encerrada en prisión, se debe al respeto y consideración que mantiene la ex jefa de gobierno del antiguo DF, a quienes fueron sus jefes inmediatos superiores en el pasado sexenio.
Frente a los negocios que pudo llevar a cabo el señor Lozoya, Rosario queda corta. Sostienen amigos suyos, que guardan su identidad por temor a sufrir las represalias que pudieran enderezarle sus adversaros del momento, que son muchos.
En Veracruz, la ex perredista y posteriormente priista conserva una importante cantidad de seguidores y simpatizantes.
Fue altamente seguida en cada una de sus apariciones en el programa de análisis político de la televisión. Su señorío, fuerza, conocimiento de la cosa pública, le valieron entre sus fans una constante de reconocimientos.
En qué momento la dama que ejerció como jefa de gobierno, al renunciar al cargo Cuauhtémoc Cárdenas, torció el rumbo, nadie lo podría asegurar. Pero aquí en la entidad, no eran pocos los que se rasgaban las vestiduras cuando a la señora Robles Berlanga tendieron el cerco policiaco para detenerla y confinarla en una de las mazmorras del centro penitenciario en que se encuentra confinada todavía.
Sus amigas y amigos veracruzanos creen que si Lozoya pudo conseguir la gracia del juzgador que al final del día le pondría en libertad para poder responder a las acusaciones que le hacen desde la comodidad de su residencia particular, la señora Robles Berlanga bien podría en libertad seguir su causa penal, porque si de algo están seguros aquellos, es en el sentido de que bajo tal condición, por ningún concepto la ex funcionario federal intentaría siquiera fugarse del país, ya que ahora los tentáculos del poder judicial, son lo suficientemente firmes, cuando de conseguir la extradición de un indiciado por más poderoso e influyente que pudiera parecer.
Ex lideresa del PRD nacional y ex secretaria de estado cumplió anteayer un año de estar confinada en la cárcel…. Y el monto de las denuncias presentadas en su contra llegan a los cinco mil millones de pesos. Al menos esto es lo que se difunde en medios nacionales y las redes sociales. Es todo.