¿Cómo evitar que no se nos escape la esperanza?

VIVIR CON ESPERANZA

¿Cómo evitar que no se nos escape la esperanza?

Por Jacinto Rojas Ramos

De acuerdo con la mitología griega, Zeus queriendo vengarse de Prometeo por haber robado el fuego a los dioses para entregarlo a los humanos, creó para Epitemeo (hermano de Prometeo) una mujer llamada Pandora, con la que este se casó. Pandora fue creada con grandes dotes pero también con una gran curiosidad. Como regalo de bodas, Zeus obsequia a Pandora una tinaja (caja) con instrucciones de no abrirla bajo ninguna circunstancia. Por su intrínseca curiosidad, Pandora abre la tinaja y al hacerlo escapan de su interior todos los males del mundo. Cuando Pandora pudo finalmente cerrar la tinaja, en ella solo quedó atrapada la esperanza. De ahí surge la expresión: «la esperanza es lo último que se pierde».

Hoy en día la esperanza es un don por el que la humanidad debe rogar constantemente. Al leer las noticias pareciera que el mundo está de cabeza. Todos los días despertamos con nuevos atentados terroristas, legalizaciones del aborto, persecución de cristianos, denuncias de abusos contra la mujer, y tantas otras situaciones dolorosas. Al mismo tiempo, en el ámbito de la vida personal, uno puede estar pasando por situaciones económicas apremiantes, circunstancias familiares complicadas, crisis espirituales, estados físicos insoportables; todas estas, cosas que nos van robando la alegría. Y, por si todo eso fuera poco, enfrentamos una pandemia terrible.

Ante tanto dolor y tristeza,  ¿cómo evitar que «se no se nos escape» la esperanza? ¿Cómo mantenerla en nuestra «tinaja»?

Aquí tiene querido lector algunos consejos (desde mi propia experiencia) para que puedas vivir la virtud de la esperanza en tu realidad concreta:

  1. Tener los pies sobre la tierra, ser realista. En este sentido ser realista conlleva asumir los sufrimientos de hoy, no hacer la vista gorda a las dificultades que supone ser cristiano y estar dispuestos a aceptar las consecuencias de ser quienes somos.
  2. Mantener la mirada en el cielo. La esperanza cristiana no es solo un deseo, un auspicio, no es solo optimismo: para un cristiano, la esperanza es espera, espera ferviente, apasionada por el cumplimiento último y definitivo de un misterio, el misterio del amor de Dios en el que hemos renacido y en el que ya vivimos.
  3. No cansarnos nunca de pedir la virtud de la esperanza. No olvidemos siempre acudir a Dios para pedir nos llene el corazón de esperanza en sus promesas y en su amor.

En definitiva, vivir la esperanza cristiana es vivir la esperanza en la promesa de Aquel que nos ha amado hasta el extremo. Se trata de enfrentar los dolores y pruebas de cada día sabiendo que la cultura de la muerte, el mal,  la injusticia y el sufrimiento no tienen la última palabra ya que Cristo ya ha vencido al mundo. En efecto si crecemos en nuestro conocimiento y amor al Señor lograremos “atrapar” en nuestra tinaja la gran consoladora virtud de la esperanza.

rrjacinto_9@hotmail.com