Cassez, Vallarta, el montaje… y el juego de AMLO
|HISTORIAS DE REPORTERO
Carlos Loret de Mola
Cassez, Vallarta, el montaje… y el juego de AMLO
A través de videoconferencia, antier comparecí en
el caso que se sigue contra Israel Vallarta, acusado de secuestro, detenido en
diciembre de 2005 junto con la francesa Florence Cassez, en lo que a la postre
las autoridades admitieron se trató de una recreación de hechos.
Me fue muy bien. Pude dejar claro lo que he
sostenido desde hace 15 años: no me di cuenta de que aquello era un montaje,
eso fue un error periodístico que asumo. Pero hay una diferencia abismal con la
historia que han querido construir. Niego tajantemente haber organizado,
colaborado, solicitado o haber sido cómplice de una escenificación ajena a la
realidad.
Israel Vallarta, acusado de secuestro y detenido
en aquellos tiempos, fue quien me hizo las 44 preguntas durante 7 horas de
comparecencia. Y en todo este tiempo no se presentó una sola prueba ni un solo
testimonio directo diciendo que yo hubiera planeado o sabido del montaje.
Durante los años que trabajé en Televisa hice
aproximadamente 4 mil programas matutinos en televisión abierta, de tres horas
cada uno, en vivo. Usted podrá imaginar que con ese nivel de exposición uno
comete errores. El del caso Cassez fue el más grave. Lo he reconocido y no me
cansaré de reconocerlo y de ofrecer disculpas porque, en la vorágine
informativa del momento, no me di cuenta del montaje. Nadie en México se dio
cuenta sino hasta febrero de 2006.
Por este error me han calumniado mucho, durante
años. Pero este sexenio la calumnia ha escalado y ya es el propio Presidente el
que cabalga en estos ataques para descalificarme. Cada que yo presento un
reportaje bien documentado, contundente, el Presidente y sus personeros reviven
un error que cometí hace 15 años.
Hace unos días el Presidente incluso jugueteó
con la idea de que yo terminara en la cárcel: que si no me hicieron nada con el
montaje que según él me ordenó García Luna (lo dice sin ninguna evidencia,
porque no existe), menos su Gobierno me va a hacer algo tras la denuncia que
puso en mi contra su hermano Pío, después de que exhibimos los videos en los que
recibe dinero en efectivo mientras relata que es para la campaña de su hermano
Andrés Manuel.
¿Cárcel? Peligroso jugueteo el del Presidente.
Comparecí en el caso de Vallarta en calidad de testigo, no de indiciado. De
hecho, la resolución de la Suprema Corte sobre el caso, que se tradujo en la
liberación de Florence Cassez, deja muy claro que “no es la opinión pública o
los medios a los que se les debe imputar la escenificación ajena a la realidad…
fueron los agentes y responsables de la Agencia Federal de Investigación
quienes organizaron y prepararon un montaje”.
En efecto, fuimos varios medios los que
transmitimos la misma noticia ese día. Y de hecho, fue en Televisa donde dos
meses después del operativo se descubrió que había sido un montaje, donde se denunció
y donde yo inmediatamente después ofrecí una disculpa por no haberme dado
cuenta y condené el hecho.
Siete años más tarde, cuando la Suprema Corte
estaba por resolver el asunto, volví a ofrecer una disculpa en televisión
porque ya me había percatado que no me tomaron en cuenta la primera y me
seguían atacando, insistiendo en lo mismo.
Cuando ofrecí esa segunda disculpa, dije que los
jefes de las áreas de producción y contenidos no me alertaron de nada extraño.
La entonces productora emitió un comunicado explicando que ella no se dio
cuenta. El jefe de información, quien permaneció en el puesto varios años
después del episodio y luego se volvió crítico de mi trabajo, ha aceptado
públicamente que nunca me alertó de nada irregular y que él nunca dedujo que se
tratara de una escenificación.
Súmele que el reportero que hacía el enlace,
galardonado poco antes con el Premio Nacional de Periodismo, nunca relató estar
viendo nada que le hiciera pensar que se trataba de un montaje. Es decir, las
principales personas a quien yo escuchaba (reportero en el lugar de los hechos,
productora en cabina y jefe de información) no me dijeron nada porque no se
dieron cuenta, según han declarado públicamente.
En cambio, otra colaboradora que trabajaba en el
noticiario a mi cargo, y quien después fue secretaria del Medio Ambiente en un
gobierno municipal de Morena, ha presumido que durante la transmisión me
advirtió por mensajes que había cosas raras. En las mismas entrevistas donde
denuncia esto, termina admitiendo que yo no leí esos mensajes sino hasta más de
una hora después, cuando el grueso de la información se había divulgado.
No quiero con esto eludir mi responsabilidad.
Cometí un grave error al no darme cuenta. Y por ese error he ofrecido disculpas
y no tengo empacho en ofrecerlas de nuevo. Sin embargo, rechazo tajantemente la
acusación políticamente motivada, ahora alentada hasta por el Presidente, de
que diseñé, colaboré, solicité o planeé un montaje.