La cerrazón frente a las mujeres
|HISTORIAS DE REPORTERO
Carlos Loret de Mola
La cerrazón frente a las mujeres
En el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el presidente López Obrador
decidió mostrar que sigue encerrado en su visión francamente conservadora sobre
el tema.
Para él, las causas de un homicidio y un
feminicidio son las mismas, la violencia contra la mujer es culpa del
neoliberalismo y todo se arreglará cuando haya valores en la familia.
Esa es su convicción y no le importa que las organizaciones
de mujeres le hayan dicho hasta el cansancio desde que empezó su Gobierno que
esa postura las agravia y dificulta la acción institucional para enfrentar el
fenómeno.
Esta vez, la secretaría de Gobernación, Olga
Sánchez Cordero, se animó a corregirlo teniéndolo enfrente, en su terreno
favorito: la mañanera. Tal vez pesaron en ella las críticas que recibió cuando
denunció machismo en el actual Gobierno, solo para terminar desdiciéndose.
Por más que sus seguidores hayan querido vender
el eslogan de “el Presidente más feminista de la historia”, su postura
irreductible lo muestra incapaz de entender un fenómeno complejo, y cerrado a
escuchar lo que le dicen a gritos las mujeres del país en las calles, en los
foros y en los estudios
académicos.
Un Presidente con un estilo tan unipersonal de
ejercer el poder y cuya palabra es tomada como ley por la mayor parte de sus
colaboradores, es definitorio para las acciones que se toman en su Gobierno.
Pese a la presencia en el movimiento
lopezobradorista de numerosas mujeres con larga trayectoria de activismo, la
palabra presidencial parece tener un efecto paralizador.
En cambio, la fuerza de la movilización de las
mujeres en la sociedad es imparable.
A López Obrador no parece importarle. Si no da
muestras de flexibilidad en ningún tema, por el bien del país sería de gran
utilidad que en este lo hiciera. Aunque sea por el bien de su propia gestión.