Ludwig Van Beethoven, la grandeza del silencio
|- En el 250 aniversario de su natalicio, se recuerda al “reformador” de las estructuras musicales.
CIUDAD DE MÉXICO.
Ludwig van Beethoven (1770-1827) transformó el aislamiento y el silencio en el que vivió, a causa de su sordera, en una obra musical “única, excepcional, una de las mejores que se han escrito a lo largo de la historia”, coinciden el especialista Adolfo Martínez Palomo y el crítico musical Lázaro Azar.
Ambos entrevistados destacan que el compositor, director de orquesta y pianista alemán, quien nació un día como hoy hace 250 años, fue “el gran reformador de las estructuras musicales”, por lo que dejó un legado innovador y moderno del que se sigue aprendiendo.
Lo revolucionario caracterizó su obra. Hoy lo escuchamos y ya lo tenemos asimilado, pero en su momento rompió con todos los cánones y paradigmas; él modificó las estructuras desde sus primeras sonatas, cuando tenía 20 años”, explica Azar.
Detalla que, en esa época, “las sonatas eran de tres movimientos y él empieza a hacerlas de cuatro, insertando uno adicional entre el segundo y el tercero. También solía comenzar una sonata con un movimiento lento que se tocaba a bajo volumen, que era sorprendente entonces; introducía una marcha fúnebre o un coro en una sinfonía, fue el primero en hacer esa locura”, específica.
Entre el importante legado de Beethoven destacan nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, 32 sonatas para piano, cinco conciertos para piano, uno para violín, 16 cuartetos de cuerda y arreglos de canciones populares.
En su aislamiento compuso obras tan modernas, en las que ya no estaba ceñido a un lenguaje tonal, que predominó hasta las dos primeras décadas del siglo XX; él se adelantó más de cien años”, insiste el crítico musical.
Hoy más que nunca, lo que hay que reconocer en Beethoven es que todos nos quejamos por estar aislados y no consideramos que al que estamos lamentando no haber festejado es un hombre que estuvo aislado a causa de su sordera; y, a pesar de este aislamiento avasallador, logró sobreponerse y seguir creando no con base en lo que se podía, sino en lo que él idealizaba dentro de su cabeza, y eso es lo fabuloso”, añade.
Por su parte, el médico Martínez Palomo, quien coordina hoy a las 18:00 horas la mesa virtual Panorama de Beethoven en el 250 aniversario de su natalicio en El Colegio Nacional, señala que es difícil encontrar un caso tan evidente, en el que no se pueda entender su vida y el desarrollo de su obra sin saber su historia médica.
Algo que no se conoce es que él estuvo enfermo del intestino antes de que empezara con la sordera, a sus 20 y tantos años, y eso le produjo un problema muy serio hasta el final de su vida. Tuvo tres problemas: el intestinal, la sordera y la parte sicológica, porque estaba aislado y no tenía una figura femenina que lo acompañara. A pesar de esto, él estaba consciente de su genio y no se echó para atrás”, comenta.
Asegura que hay tres Beethoven. “Uno antes de que empezara la sordera, otro de un periodo intermedio en el que se quejaba de unos ruidos o silbidos molestos y dolorosos, y la tercera etapa fue su sordera casi absoluta.
Y en la medida que pasa de un periodo a otro, hace su música cada vez más individual y magistral. No es que haya necesitado la sordera para ser un genio, pero, en contra de lo que se pudiera pensar, le ayudó a recluirse en su propia mente para hacer una obra más original que si hubiera estado expuesto al ambiente”, indica.
Los especialistas lamentan que casi la mayoría de los conciertos y actividades para conmemorar los 250 años de su natalicio se hayan cancelado no sólo en México, sino en todo el mundo; pero afirman que el mejor homenaje es escuchar su música y que ahora está muy accesible en internet.