Al presidente AMLO no le duele nada
|HISTORIAS DE REPORTERO
Carlos Loret de Mola
Al presidente AMLO no le duele nada
¿Qué pasa con los mandatarios
populistas cuando se ven contagiados de Covid? ¿Cómo reaccionan los que
minimizaron la pandemia cuando esta les pega directamente? Hay casos diferentes.
Boris Johnson, de Gran Bretaña, después de ser
hospitalizado y pasarla mal, dio un giro radical en su gestión de la crisis por
el coronavirus, según reportó la prensa internacional. Hoy está en los primeros
lugares de vacunación a nivel mundial.
Donald Trump, de Estados Unidos, después de
pasar un rato en el hospital, regresó a ser exactamente él mismo: a minimizar
la pandemia, a negar la eficacia del cubrebocas, se desbordaron las muertes y
contagios, y emprendió una torpe campaña de vacunación que ha sido brutalmente
ridiculizada con la llegada de su sucesor, Joe Biden, que está vacunando a más
de un millón de ciudadanos al día.
El presidente López Obrador, después de 15 días
de silencio interrumpidos solo por dos breves videos que posteó en redes
sociales, está de vuelta en las conferencias mañaneras, que es su manera de
ejercer el poder. Día 1 post-contagio, AMLO reloaded, AMLO recargado.
Su contagio y sus días de aislamiento no le
sirvieron para recapacitar en su fallida estrategia contra la pandemia.
Mientras él convalecía de la enfermedad, México se volvió primer lugar mundial
en letalidad y tercero en número total de muertes. Pero López Obrador sigue
rechazando el cubrebocas, sigue hablando de millones de vacunas que no llegan y
asegura que su estrategia no amerita ningún ajuste.
Tampoco mueve un ápice su discurso de
confrontación. El AMLO reloaded volvió a las andadas. No hay tregua ni
moderación. Como si los adjetivos hubieran sufrido por el encierro, desfilaron
todos otra vez: los conservadores, los opositores que quieren el fracaso de su
transformación, los que vivían con privilegios no quieren que se acabe con la
corrupción, su dios es el dinero, el periodismo ramplón, los intelectuales
orgánicos, El Universal, Reforma, Krauze, Aguilar Camín, Iberdrola, Calderón…
Aquí no pasó nada: él venció al virus, no
importa que 400 mil mexicanos hayan muerto. Su falta de empatía duele en piel
ajena.
SACIAMORBOS
Cuentan que ya se volvió tradicional una arenga
matutina entre las celdas del Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Desde la
suya, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, con su característica voz
aguda, pega un grito para que lo escuche unos metros más adelante, en su propia
celda, el abogado Juan Collado Mocelo:
– ¡Abogadoooooo! ¡Ya vamos a empinar a Peña
Nieto y nos sacan de aquiiiiiií!–, y se ríe.
Es, digamos, la otra mañanera.