TODO SIGUE IGUAL Y CON LOS MISMOS CANDIDATOS

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

TODO SIGUE IGUAL Y CON LOS MISMOS CANDIDATOS

El escenario se asemeja a una vieja fotografía impresa por nuestros abuelos en el México del siglo XX al iniciar apenas salidos del siglo XIX.

El común no acierta a aceptar que la situación que vive no camine a la par de los avances que dice contar la tecnología, por ejemplo.

México nunca ha conocido un sistema democrático auténtico de sobrevivencia. Para fortuna de los gobernantes del ayer y ahora, el grueso de la sociedad azteca poco se reserva en la memoria, menos aún e cuanto hacen o dejan de hacer en bien de la comunidad.

Este país, si bien supo dejar atrás tres siglos de coloniaje, en los últimos doscientos años, los de la Independencia que ahora se festejan con alguna resonancia, le ha costado cuesta arriba salir adelante, porque ningún sistema, forma de vida público le ha acomodado, así que en el grueso de la población civil, le apena en su  sentir, que no haya políticos nuevos, jóvenes, con la capacidad y el talento para buscar las miles de posiciones  políticas, que se someterán al voto de los ciudadanos en junio próximo.

No cambia el sistema, sea el partido político que gobierne en este país. Los candidatos que se perfilan por las siglas partidarias y sus alianzas, son los mismos de hace una docena de años cuando menos. Rostros ajados por las corruptelas, pillos de cuello blanco, que en nada se diferencian de los personajes de la llamada delincuencia organizada, que se aprestan a abastecerse de alcaldías, diputaciones locales y federales, 15 gubernaturas, pero sin revelar nuevas imágenes, planes, programas ni posiciones ideológicas.

Como ha de interpretarse un amasiato entre perredistas, panistas y priistas. O quien va a creer en los arrepentidos del partido tricolor y que apostarán por las chambas políticas que les dejará la familia morenista.

Seguramente Frank Kafka estaría tiendo a carcajadas de resucitar y avistar en que se ha convertido el circo de lo políticos, en el cual lo importante es alcanzar es el poder, sin tomar en cuenta los medios, para que a la manera de del genial Nicolás Maquiavelo, los de siempre continúen montados en las arcas del poder público.

Nomás imagine usted, que de novedades podrían ofrecer los asociados de la banda del partido tricolor, que habiendo sido los mismos que han usufructuado las arcas del poder y de los fondos públicos, son gobierno desde hace sexenios y trienios. La gente los conoce, sabe sus alcances, los identifica por sus debilidades, miserias y perversidades. Y lo peor que haciéndola de chapulines, van de una sigla partidaria a otra, sin ningún pudor ni vergüenza pública.

Es justa la apreciación que hacen los jerarcas políticos del país, cuando alertan sobre la expectativa de que los malos y los políticos traten de intervenir en el próximo proceso electoral, proveyendo de fondos monetarios a los candidatos de esta sucesión, que se aprecia más de reelección de los mismos chambistas políticos de siempre. Al tiempo.

XALAPA, CIUDAD ABANDONADA, SUCIA, CON BASURAS Y SIN AGUA

Xalapa, la aldea, como la calificaba el gobernador Agustín Acosta Lagunes, no cambia ni se transforma.

Su tragedia es mayúscula, porque luce abandono ancestral y nadie se atreve a convertirla o devolverle el título honorífico de ser la Atenas de Veracruz, como justo reconocimiento a su condición de ciudad cultural y educada del pasado siglo XX, en su primera mitad.

Ahora su distingo es la basura por doquier. Numerosos son los espacios y puntos de la ciudad, en los cuales se amontonan montañas de porquerías muchas de las cuales las esparcen los enemigos de la ciudad, que es una mayoría y que ninguna administración municipal, ha podido resolver con determinación los espacios en donde concentrar las basuras, pero antes que ello, que se cuente con un servicio diario y que llegue puntualmente a los puntos estratégicos.

La aldea tiene la calificación de ser la capital en provincia con la mayor contaminación del ambiente, después de Toluca, estado de México y Guadalajara, Jalisco. Esto se sabe desde los tiempos en que el doctor Pedro Coronal Pérez, administró las tiendas del sector salud, en la entidad.

Sus calles y avenidas enfrentan prácticamente un total deterioro en sus pavimentos y asfaltos. Y en el colmo de todo ello, un problema grave que sigue sin ser resuelto, pese a lo asfixiante de los tiempos que corren, las más de 400 colonias y fraccionamientos residenciales, han caído en la cuenta de que carecen de un caudal suficiente del vital, tan solo para atender sus moradores las exigencias y necesidades elementales.

La práctica o ensayo de los tandeos, ya no se anuncian, porque ahora se amplían las faltas del vital líquido hasta por días, semanas y en alagunas zonas de la ciudad, hasta por meses sus vecinos rumian por la escasez que se torna un verdadero riesgo y reto para conservarse la salud pública.

Obviamente, falla el aparato burocrático-administrativo y la protesta social se lleva hasta los más apartados rincones de la mal llamada ciudad de las flores.  La simulación ya no tiene cabida y nadie la cree. Velar la burocracia porque se barra la calle de Enríquez y cuidar que siga operando su alumbrado público, apenas, es la mínima parte de una ciudad, que lejos está de ser el espacio de confort, amable, limpio y de paz que la sociedad ostentó y que lamentablemente perdiera ya en un pasado bastante lejano.

Vendrán nuevas campañas y políticos repetidores, que dirán de nueva cuenta lo que soltaron ya en anteriores ocasiones, bajo la mascarada de un discurso que va a condenar a sus antecesores y que buscará en el pueblo, que le vuelvan a confiar, porque esta será la última y definitiva vez  para hacer una realidad los propósitos de proveer a los xalapeños auténticos la ciudad que lo mismo inspiró en el pasado al poeta Salvador Díaz Mirón, como al intérprete de la música exquisita al inolvidable, don Agustín Lara.

FALTAN MÉDICOS, MÁS HOSPITALES Y MEDICAMENTOS, EN LOS EXISTENTES

Hay una realidad inocultable que se conoce, pero no se ataca frontalmente, o al menos eso revelan las graves carencias y ausencias, que en el sector de la salud pública hacen crisis en serio, pero sin que se responsabilice nadie, mucho menos que los beneficiarios de este rubro se percaten de cuanto sucede el país.

Sin bien es cierto que a cuentagotas, ya los mexicanos comienzan a contar con la vacuna anti-coronavirus, ya no quiere recordar que el combate al virus invisible ha dejado una estela de más de mil 400 médicos muertos y casi 200 mil personas fallecidas por el mortal bicho.

Los mexicanos quieren saber, a ciencia cierta, que hacen los regímenes estatales y municipales para contrarrestar los efectos que provoca la carencia de medicamentos en el abasto de las farmacias tanto de clínicas como hospitales públicos, así como de que se hace para fortalecer el registro en las universidades, para provocar la afluencia de jóvenes que deben aspirar a cursar la carrera de médico cirujano, pero que quedan al bate, en espera de la oportunidad que no les llega.

La falta de galenos, enfermeras y medicamentos en los nosocomios públicos, es francamente escalofriante. Y el acceso a las instituciones privadas de la salud pública, se da solamente para quienes gozan de contar con los recursos monetarios en sus bolsillos, porque en esos linderos la solidaridad humana difícilmente existe.

 En los nosocomios se cuentan historias verdaderamente preocupantes, porque son reales, existen, como es el hecho de que ahora no solo no se acuse que pacientes covid, quedan sin la atención adecuada, sino otros más, enfermos de cáncer y otras enfermedades queden sin la atención debida por espacio de semanas y meses, y no pocos tengan que sucumbir ante la muerte irremediablemente.

Un sistema democrático, tendría que sustentarse en dos pilares sustancialmente trascendentes en la vida de sus gobernados, y que son la educación y la salud pública. Sin estos la patria no existe, diría el barbón Fidel Castro Ruz al asumir las riendas públicas de Cuba y emprender la histórica faena de formar médicos por miles y brindar educación gratuita a los diez millones de caribeños analfabetas, en aquel entonces, eran todos quien radicaban en la isla cuando corría el fatídico año de 1959, cuando que los guerrilleros ascendieran al poder en la vieja ciudad de la Habana.

Se cuenta que la hermanita gemela de la enfermedad es la crisis económica, lo cual es cierto. Se cierran fuentes de trabajo, estas a su vez cancelan toda expectativa de poder pagar una liquidación a sus trabajadores y en las oficinas destinadas a rendir la protección de rigor a los trabajadores sin empleo, es monumentalmente monstruosa y de respaldo a los patrones.

El hambre deriva en otra pandemia más, que es la inseguridad pública y la delincuencia. El cobro que hace este fenómeno a la sociedad alcanza cifras preocupantes por la cantidad de los ilícitos que derivan en las muertes inútiles y los delitos que se cometen en contra de la sociedad, pero que nunca son investigados y menos sancionados por las autoridades ministeriales. No hay confianza en el sistema de justicia, ni en los jueces, ni en los fiscales, tampoco en quienes ejercen la profesión del abogado. Esperemos.