Ante indolencia de autoridades, Ivanhoe cumple 11 años desaparecido; Su madre se manifestó en Plaza Lerdo
|- Cada 14 de marzo, Sara González Rodríguez; protesta frente al Palacio de Gobierno, en la Capital Xalapa, para recordar a las autoridades que la desaparición forzada de su hijo, a manos de policías, aún está impune y que las investigaciones por parte de la Fiscalía General del Estado, no avanzan.
Xalapa
Han pasado 11 años desde que la señora Sara González Rodríguez, vio por última vez a su hijo, y para ella no pasa un minuto, sin que sienta el dolor de no saber nada de él.
El 14 de marzo del 2010 Ivanhoe Mass González, acudió acompañado de Rosalía a la playa La Bamba en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y ahí hubo un connato de bronca con el dueño de una “Palapa”, que quería cobrarle 50 pesos de más por la cuenta que habían consumido.
Este conflicto provocado por los palaperos de la playa conocida como “La Bamba” dejaron en una situación vulnerable a Ivanhoe, un joven de 31 años, y su pareja, quienes fueron “levantados” por elementos de la extinta Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río.
“Ya no existe ese nombre de la playa, se lo quitaron, pero fue exactamente atrás de la tienda Wal-Mart, donde ponen sus espectaculares gigantes, había un estacionamiento muy grande, pero ahí es donde comienza el conflicto. Ellos (palaperos) trabajan de esta manera: te rentan la palapa si no consumes nada, pero si consumes va incluida la palapa. Le armaron un conflicto los mismos palaperos y se juntan, por 50 pesos que supuestamente él (Ivanhoe) no había querido pagar y ya había pagado, empiezan a amedrentarlos, llega el líder de palaperos, llegan policías coludidos con ellos y son los que se los llevan”, recuerda su madre.
Cada 14 de marzo, Sara González protesta frente al Palacio de Gobierno, en la Capital Xalapa, para recordar a las autoridades que la desaparición forzada de su hijo, a manos de policías, aún está impune y que las investigaciones por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), no avanzan.
La señora, de 59 años, encabeza el Colectivo por la Paz Xalapa, donde brinda acompañamiento a decenas de familias que han sufrido la desaparición de uno o varios de sus seres queridos, lo que ella considera la otra pandemia en México, debido a los miles de casos registrados sin resolver.
Durante los últimos 11 años, ella ha investigado por su cuenta qué pudo haber ocurrido con su hijo y Ramona. Un proceso largo, cansado, que ha resultado un calvario para la mujer, quien también ha enfermado de diabetes e hipertensión arterial tras la desaparición.
Unas lágrimas escurren sobre las mejillas de Sara, mientras comenta que Ivanhoe fue víctima de una red dedicada a la desaparición de personas, donde están amafiados y coludidos los palaperos, policías y autoridades: “Es una mafia para levantar a la gente. Ellos (palaperos) son los halcones de la delincuencia y están observando quién va a la playa cada ocho días, quién gasta, cómo van vestidos, tal vez se imaginen que tienen mucho dinero, no sé, quiénes son foráneos para que no los puedan reclamar. Esto pasa a cada rato”.
Los jóvenes viajaban en su vehículo particular: un Nissan-Almera, modelo 2002, color blanco, mismos que, hasta el momento, tampoco ha sido encontrado por la Policía Ministerial, pese al reporte de robo.
“El auto con reporte de robo, hacen un trámite en la ciudad de Veracruz y le cambian todo: placas, nombre del propietario y todo, por qué. Era el vehículo de Ivanhoe. Entonces Hacienda también está coludida, lo comprobé, está coludida con toda esa mafia. Se roban los carros, se roban a la gente y a nosotros nos desgracian la vida”, relata González Rodríguez.
Sara recorrió todos los corralones de Boca del Río y el puerto de Veracruz pero no encontró el vehículo de su hijo y se topó con la corrupción en la que operan esos sitios: “Ahí es otra mafia. Hay carros que hasta los venden a los mecánicos para que utilicen las piezas y hay carros que están escondidos debajo de matas de chayote, me consta, yo vi, tuvimos que entrar con machete para destapar los vehículos”.
Al primer año de la desaparición de su hijo, una señora se acercó a ella para comentarle que presuntamente la Fiscalía de Veracruz había encontrado el cuerpo de su esposo, quien también había desaparecido y el cuerpo estaba en el Servicio Médico Forense (Semefo) de la ciudad de Veracruz.
La otra mujer acudió al lugar y se dio cuenta de que el cuerpo no correspondía al de su marido, aunque el personal de la dependencia insistía en que la prueba de ADN arrojaba que se trataba de su pareja.
“Era el cuerpo de un federal de caminos, querían hacerlo pasar como el cuerpo de otra persona, pero la señora insistió en que no era su esposo y les demuestra con pruebas que efectivamente no era su esposo”, recuerda Sara.
Posteriormente, la señora que buscaba a su esposo acudió a Xalapa, vio la lona con la fotografía de Ivanhoe en algún lugar público e inmediatamente llamó por teléfono a Sara González para informarle que en el Semefo de Veracruz vio el cuerpo de ese joven.
“Me llamó y me dijo: es su esposo el que aparece en las lonas, le contesté que se trataba de mi hijo y, dice: porque yo lo vi en el Semefo de Veracruz. Son noticias que uno no quiere recibir, pero yo me fui y pedí al director de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) en 2011 y según él fue a ver y dijo que no era mi hijo. A la fecha no aparece ese cuerpo”.
Sara González ha buscado ese cuerpo hasta en algunas universidades, pues la FGE dona cuerpos con frecuencia para las prácticas de los estudiantes de la Licenciatura en Medicina; sin embargo, no hay registro oficial de dichas transferencias.
“No hay un registro legal como debe de ser. Periciales no está haciendo bien su trabajo, ahí está la prueba, con esa desaparición de un cuerpo de Semefo, que me indica: la corrupción, la omisión, ya no sé cómo llamarle”; finalizó Sara González Rodríguez.