CONTENTOS CON LA VACUNA ANTICORONAVIRUS EN XALAPA

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

CONTENTOS CON LA VACUNA ANTICORONAVIRUS EN XALAPA

                Le fue bien a los xalapeños y quienes habitan en esta región y fueron convocados a ser vacunados en alguna de las sedes elegidas previamente por la coordinación sanitaria nacional para llevar a cabo este cometido por la salud pública.

                En el monumental Estadio Xalapeño y que lleva el nombre del general ¡Heriberto Jara”, el último domingo se habrían dado cita varios miles de mujeres y hombres de la llamada tercera edad, ricos y pobres, de las más diversas creencias religiosas, quienes alegres al momento previo de la inoculación por parte de uno de los médicos, enfermeras y estudiantes de medicina procedían a pedir a los adultos mayores, que descubrieran su hombro izquierdo porque iban a recibir su dosis respectiva y el pinchazo, lo iban a resentir un tanto.

                La puerta del Estadio Xalapeño, se abrió a las 7 de la mañana, bajo una extraordinaria organización. La fila de los hombres y mujeres maduros y la de los familiares que habrían estado para auxiliar a los abuelitos más gastados por la vida, en caso necesario. Más allá decenas de sillas de ruedas, para quienes sufren alguna discapacidad física e intelectual.

                Por un momento, los inoculados, tendrían que hacer una escala antes de pasar a la vacuna, en las bancas del estadio, que allí muchos recordaron que no habían vuelto a este inmueble desde hace más de 50 años. Y la cascada de recuerdos sobrevino en no pocos de éstos, cuando fijaron su vista en un punto infinito y memorizaron como si hubiera sido ayer, las presentaciones artísticas de Pedro infante, Jorge Negrete, Vicente Fernández, Armando Manzanero y la coronación de las “reinas” cuando la capital del estado, también, festejaba su fiesta de carnaval.

                Que momentos aquellos, diría don José un hombrecito que dijo tener 87 años, pero con una jovialidad, que seguramente muchos jóvenes estarían desean tener como aquel.

                Otras damas, confundidas, algunas reconocidas como muy ricas y otras que no lo son, se fundieron en una plática, que seguramente nunca más se repetirá y que por ahora, se hizo posible gracias al terrible virus de la Covid.

                Filas enormes se apreciaban sobre la montaña que sostiene al cuerpo de edificios de la rectoría de la Universidad Veracruzana. Todo en perfecto orden. Sin que se apreciara una vigilancia en abierto por parte de elementos de la policía o el ejército mexicano, salvo en las mesas cercanas en donde el cuerpo de enfermeras y médicos, esperaba para llevar a cabo su histórica faena.

                La atención con esmero que realizaron los  galenos seguramente una vez que se aplicó la vacuna en grupos de 40 personas, con el exhorto a sentarse en una de las sillas dispuestas y chequear en espera de que pasaran los primeros 30 minutos del piquete con que se introdujo la dosis de vacuna, en cada uno de sus hombros, para esperar a que no se diera una de las reacciones  como dolor de cabeza, fiebre, molestias musculares,  flojera, desgano, dolor de hombro que recibió la vacuna, y que para contrarrestar sus efectos, se citarían también los medicamentos requeridos en un supuesto caso.

                Una jornada de vacunación en Xalapa, que miles de adultos mayores calificaron como ejemplar, con su primera aplicación de la vacuna Pfizer. Esperemos.

ABRE FUEGO AMLO POR LA PRESIDENCIA DE MÉXICO EN 2024

                Lo que en anteriores regímenes sexenales era prácticamente un secreto, como el famoso “destape” del candidato a cargo del líder más conspicuo, como sucedió con don Fidel Velázquez, la voz más confiable y casi sacramental de los socios priistas, para dar a conocer la noticia que sobre todo llamaba la atención de los grillos de siempre, líderes charros y políticos que sexenio con sexenio se subían al carruaje del poder.

                La inexistencia de un sistema democrático, ajeno a partidos políticos, debía mostrar algún atractivo para atraer como ratonera a los diversos grupos dedicados a hacer de alguna forma vida pública.

                Por supuesto, que el gran dedo elector, era el del presidente de turno. Nunca un jefe del estado mexicano se vio sorprendido en el sentido de que fuerzas contrarias a su casi sacrosanta toma de decisión se opusiera. Claro que se había el show como debía ocurrir, haciendo que los entonces tres sectores del ex partidazo unificaran juicios y dieran su visto bueno, a favor del elegido por los dioses de la política a la mexicana.

                Obviamente, un régimen bajo esta conducción, debía llegar a su punto final. El pueblo se cansó de la práctica del dedazo y el hartazgo acabó por sepultar las ansias de un partido por alcanzar los cien años en uso del poder. Fueron muchos. Y la gente, más que acostumbrada estaba a aceptar los procedimientos instrumentados por un hombre y su partido.

                Así que los presidentes ejercieron realmente un poder absoluto, semejante al de los regímenes donde operan el poder central reyes y reinas.

                Los socios del viejo régimen, recuerdan el excesivo poder con que ejerció por ejemplo don Luis Echeverría Alvarez. Del primer día de su mandato al último, los mexicanos y más los políticos abyectos a su gestión presidencial, estaban atentos y prestos a la menor de sus órdenes. Así fue con José López Portillo, con Gustavo Díaz Ordaz y durante el sexenio que encabezó Carlos Salinas de Gortari.

                Obviamente, la tragedia debía hacer sucumbir al uni-partido y al uni-poder con un primer intento de ejercer los mexicanos con democracia su decisión de cambiar el rumbo del país. Lo anterior, hacia el año dos mil, con el arribo al poder del magnate Vicente Fox Quesada. Habían transcurrido decenios, sin que el pueblo se mostrara feliz de un cambio en el timón de mando de la nación, así que la democracia llegó con un presidente de partido distinto al PRI.

                El desencanto se dio en seis años, cuando los mexicanos tras de disfrutar que con su voto habían echado abajo al partido dinosaurio, igual, apreciaron que PAN y PRI gobernaban en forma similar. Los mismos ricos. El sometimiento de la sociedad civil a un político sin experiencia en el rubro, un empresario, que acabaría cansando a un pueblo que de nueva cuenta había perdido la fe en el destino del que fuera un gran país.

                Empero, nadie sabe a ciencia que sigue, salvo que el presidente AMLO sin recurrir a ningún “tapado” hace el pronóstico de que la izquierda, seguramente enlistada en Morena, está preparada generacionalmente. Está lista cuando menos con tres precandidatos también fuertes, menores de 60 años y forjados políticamente, en vísperas del próximo proceso electoral de 2024 y estos son Claudia Sheinbaum, sin haberla mencionado y Marcelo Ebrard Causabón, dos en un principio. Al tiempo.

POLÍTICOS JÓVENES, LA ÚLTIMA VEZ CON HERNÁNDEZ OCHOA

                En la aldea capitalina, un millón de ciudadanos deberá elegir a su futuro alcalde de entre cuatro personajes que ya han jugado antes en política y por ende, se confirmaría que el último régimen que incluyó jóvenes en sus distintas posiciones públicas, ocurrió durante el gobierno de don Rafael Hernández Ochoa.

                La caballada está muy flaca, para parafrasear al temible gobernador Rubén Figueroa del estado de Guerrero, cuando aparecieron los líderes de la guerrilla como Lucio Cabañas, en la Costa brava de aquella entidad. Pero seguro estaba el señor gobernador de que ni cosquillas le harían los adversarios de los demás partidos políticos, por aquellos días.

                Sergio Hernández, ya es diputado local y ahora quiere la alcaldía de la otrora Atenas veracruzana, abanderado con colores del Partido Acción Nacional.

                David Velasco, busca repetir de nueva cuenta en la presidencia municipal, en la que ya despachó abanderado por el PRI y por supuesto algunos destacados socios de la firma de empresarios eminentemente locales, destacando por supuesto las dos únicas familias más representativas de la ciudad, por el volumen de negocios en que están involucrados.

                Ricardo Ahued, otro empresario, igual buscaría repetir en la alcaldía, con las banderas del partido Morena. La gente más necesitada de la localidad, que es la mayoría aplastante, le vive permanentemente agradecida con los apoyos que les brindó y brinda el todavía senador de la república, ex diputado federal y ex diputado local.

                Un cuarto tirador en la contienda electoral que viene, es el economista Raúl Arias Lovillo, quien ya fu rector de la Universidad Veracruzana y como quiera una gran parte de la grey estudiantil y magisterial universitaria de Veracruz, lo identifica plenamente y le lanza loas y fanfarrias, pues es la primera vez en que lo verán compitiendo por una representación popular.

                Sin embargo, volvemos a lo mismo. Desde la época en que don Rafael Hernández Ochoa en su gabinete de gobierno incursionó- como lo bueno-  por lo menos una veintena de jóvenes, apenas siendo egresados de escuelas y facultades de la universidad, y otros abandonaron las aulas escolares, para dedicarse de lleno a la grilla aldeana. Nunca antes ni después, algo semejante.

                Lo malo sobrevino, porque dicha pandilla de jóvenes, se eternizaría por uno dos, tres y cuatro o más sexenios. No permitieron la conformación de nuevos cuadros de políticos. A esta gavilla se le identificó con el correr de los años, como integrantes de los nuevos millonarios, que harían de las suyas a placer en largos años.

                Quizá esta sea una de las poderosas razones para justificarse que solamente cuatro entre un millón de ciudadanos, que ya anteriormente hicieron una carrera pública, en plena madurez en sus vidas buscan su retorno para continuar en el abrevadero de lo político.

                Recuerda usted que la famosa escuelita de cuadros juveniles que pregonó el PRI, por más de 30 años fracasó rotundamente, porque no formó a ningún ente para la función pública, que no fuera un diestro para el asalto de las instituciones de gobierno, como  son conocidos hasta nuestros días, ya en su retiro, hartos de todo y de todos, porque les faltó la madurez para forjar cuadros para servir, y no servirse, como lo hicieron por espacio de 40 años, también aquí en la sede de la aldea estatal, una multitud de jovencitos, ahora curtidos por los años y sus raterías. Es todo.