“Semana Santa: tiempo de esperanza”

VIVIR CON ESPERANZA

Por Jacinto Rojas Ramos

“Semana Santa: tiempo de esperanza”

Imagínense que están corriendo en una carrera y toman un atajo para llegar a la meta. ¿Se jactarían de decir que habían ganado, o aun que habían terminado? ¿No sería una trampa?

El domingo que viene iniciaremos la Semana Santa. ¿Se gozará de verdad si no se vive bien la Cuaresma?

Quisiera recordarles que en la Semana Santa experimentamos que todas las esperanzas se nos cumplen, en el amor maravilloso que nos muestra el Señor Jesús con su Pasión, Muerte y Resurrección.

Una manera muy particular de vivir la Semana Santa es considerar todas las celebraciones desde el punto de vista de la esperanza.

Por lo tanto, les invito a mirar esta Semana Santa a través del prisma de la esperanza. Comiencen el Domingo de Ramos, sintiendo la esperanza del pueblo que recibe a su Rey, pero que se deja convencer con demasiada facilidad por aquellos que le temen. Ábranse a recibir de nuevo la esperanza que nos ofrece nuestro único rey, Jesucristo.

El Jueves Santo, recordamos la última Cena del Señor y su agonía en Getsemaní. Únanse a Jesús mientras él nos da el don de sí mismo en la Eucaristía y sufre en el huerto, y permitan que el Cuerpo y la Sangre de Cristo alimenten su esperanza en la vida diaria. Esta noche aprendemos a servir como Jesús sirvió. También se nos da en muchas templos la oportunidad de acompañar al Señor en oración, adorándolo a él, mientras recordamos su oración al Padre: «Si es posible que pase de mí esta copa, pero que no sea como yo quiero, sino como quieres Tú» (Mateo 26, 39). Sintamos la esperanza de que unidos con Jesús en la oración, aprenderemos a amar como él.

Luego, el Viernes Santo, les invito a unir sus dolores a la cruz de Jesús, y vean en ella la fuente de su esperanza, como dice el himno antiguo: Ave cruz, spes unica, «¡Ave Oh Cruz, nuestra única esperanza!» Pudiera la crucifixión ser el momento del desencanto en el cual parece que todo ha sido en balde.

Sin embargo, es precisamente cuando Jesús da su vida por nosotros que encontramos cómo él es nuestra esperanza, como se dio cuenta el centurión al pie de la cruz, al verlo morir: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios» (Mateo 27, 54).

Vean en el silencio del Sábado Santo la esperanza que Jesús ha compartido la oscuridad experimentada por nuestros seres queridos que han muerto. Es un día muy apropiado para expresar nuestra confianza que los fieles difuntos comparten la victoria de Cristo sobre la muerte.

Finalmente, en la Vigilia Pascual vemos que la luz rompe la oscuridad, representado por la entrada del Cirio Pascual en el templo oscuro.

Habiendo celebrado bien la Semana Santa, puedan regocijarse en la Pascua, porque todas sus esperanzas se cumplirán, al ser invitados todos a compartir la nueva vida ofrecida por Jesús a los que creen en él.

No busquen un atajo para cortar camino esta Semana Santa. Vívanla bien, para poder celebrar la Pascua llenos de esperanza y alegría. Recuerden, «¡La Luz está encendida para nosotros!».

rrjacinto_9@hotmail.com