TEXOLO, EL PUENTE PODRIDO Y LA COLINA DEL RATÓN

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

TEXOLO, EL PUENTE PODRIDO Y LA COLINA DEL RATÓN

                Hace poco más de 20 años, allí en la “colina del ratón”, propiedad de un poderoso ex funcionario de la Sefiplan, quizá hoy jubilado, pero sencillo y eso sí muy rico, habría sido el anfitrión del señor Manuel Bartlett Díaz, quien acababa de ser gobernador de Puebla, pero reconocido por veracruzanos que le rindieron un homenaje, con una charla sabrosa, acompañada de una comida a base de platillos de la región de Xico.

                En esa ocasión los amigos del anfitrión estaban felices de que los hubiera invitado a su cabaña, situada sobre una elevada colina, desde la cual se podía apreciar gran parte del bellísimo municipio de Xico y el caminito de piedras redondas de río, que se conecta directamente a la que fuera alguna vez, una presa hidroeléctrica, o que sigue trabajando a medidas, produciendo precisamente energía eléctrica.

                Dicha presa fue inaugurada por el presidente el general Porfirio Díaz, en una de sus giras por el interior del país, hacia el año de 1902. El puentecito siempre había sido cruzado por visitantes y algunos más que aguzados y que temerariamente se atrevían a pisar sus tablones podridos por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Este, acababa recorrerlo una señora la cual seguramente no midió las consecuencias y sufrió el accidente, que cimbró a toda la población de la tierra de Alberto Pozos Guzmán.

                Ahora, la alcaldesa Gloria Luz Galván Orduña –como era de esperarse- inició una ronda de acusaciones cruzadas con funcionarios de la CFE, porque a dicho puente le dejaron de dar mantenimiento hace cuando menos 50 años. Y si bien, el puente se asienta sobre tierra xiqueña, la presa y la producción de energía si se hacía o se hace, corresponde a la CFE, es decir, es territorio cuyo poseedor es el gobierno federal.

                El trágico suceso, registra una pérdida humana y ese es el problema. Quien va a pagar la reparación de daños y quien cargará con la consecuencia obligada de tener que justificar el abandono del puente, si bien exhibe madera podrida en los tramos que quedaron colgando, alguien seguramente debía hacerse cargo de su cuidado. La alcaldesa, sin duda, es la pieza más débil de esta trama, que solamente con el paso del tiempo, dejará de ser un escándalo.

                Mientras tanto, algunos de los malvados del rumbo, inclusive, le atizan fuerte a la persona del director de la CFE, don Manuel Bartlett Díaz, de no haber atendido con antelación el puente podrido de una presa federal, como lo aclara la alcaldesa Galván Orduña.

 El  ilustre invitado a participar de histórica reunión amistosa (entre profesionales) se decía, cuyo anfitrión – el dueño de la colina del ratón, sigue rememorando la visita del ex cardenal de gobernación, por aquellos días de hacer política sin la pesadumbre de ser identificado y satanizado, por pertenecer a diferentes  doctrinas políticas, como la que sirvió de  escenario para dar la bienvenida al personaje, uno de los tres  dinosaurios de la política vivos y con el reconocimiento de muchos en este país.

CIERTAMENTE, LA LIBRE EXPRESIÓN EN MÉXICO, VIVE EN UN DESASTRE

Cuando se asegura que México en el mundo es uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico, no le falta razón a la organización o grupo de profesionales de la pluma que lo digan.

Cuando Juan Zanoni de la Garza, un sagaz reportero que ejerció el trabajo periodístico hacia los años 60 del pasado siglo XX, más de cuatro estudiantes de la ex facultad de periodismo de la Universidad Veracruzana seguían de cerca al personaje, porque escribía como un valiente narrando y desmenuzando las actividades de los servidores públicos de aquel momento. Esto ocurrió en el puerto de Veracruz.

Cuestionaba en serio al gobernador Fernando López Arias, debido a la fama que logró siendo antes de llegar a Veracruz, el titular de la entonces siniestra PGR y al alcalde porteño Mario Vargas Saldaña, genio y figura al lado del poderoso mandatario estatal, temido y temible para todos aquellos que lo seguían en su vida de político y policía, a quien tocara perseguir a los estudiantes y académicos en el fatídico año del 68, sobre tierras veracruzanas.

Bien. Cuando a México se acusa como un país peligroso o uno de los más peligrosos para quienes ejercen el diarismo, se debe evidentemente a que en la historia contemporánea, es decir desde el año 2000, más de 80 periodistas han sido asesinados y se cuenta que hacia el año de 2017, es decir, el penúltimo del trabajo presidencial de Enrique Peña Nieto, se informaría de cuando menos una veintena de periodistas desaparecidos.

Por supuesto, que muy poco se investiga de estos casos.

El esclarecimiento del crimen cometido en la persona del columnista Manuel Buendía Téllezgirón, durante la administración salinista, fue resuelto gracias a las pesquisas que personalmente se dijo, que habría llevado a cabo el procurador de la república, Ignacio Morales Lechuga. Se afirmó en aquella histórica fecha que atrapó al autor intelectual del bárbaro atentado, el cual fu confinado finalmente en prisión.

Por cierto, desde que las diversas comisiones que se han integrado para la investigación de los asesinatos de reporteros y desaparecidos de la pluma, se ha advertido que sus principales verdugos se encuentran en los propios medios a los que sirven, que es allí donde mayormente sufren la violencia en su contra.

La censura, parte de sus propias trincheras de trabajo reporteril y si algo está fallando en el ejercicio de la libertad, es la falta de pluralidad y que el debate sea llevado a todos los foros, donde se practica el oficio, del cual se ha afirmado en numerosas ocasiones, que lo justo tendría que darse, con la profesionalización de la carrera periodística, se haga realidad, porque así se evitarían seguramente muchos de los descalabros, que ahora persiguen al gremio periodístico.

Bartolomé Padilla, un columnista otrora destacado del decano de la prensa, desde el puerto de Veracruz, clamaba porque al periodista se le permitiera ejercer con absoluta libertad en sus medios, porque es allí, donde confronta el más serio reto para poder escribir con soltura, miras elevadas y pluralidad ideológica y en su forma de pensar. Decía el columnista de Consenso la trascendencia del que escribe, se mide, no por el cemento de su edificio, sino por su pluma y las cuartillas que embadurna al narrar los sinsabores y triunfos de la gente del pueblo, para el que debe escribir.

VECINOS CIERRAN CALLES SIN IMPORTAR TERCEROS

Los avecindados en las arterias públicas que conforman el casco histórico se desayunaron con la especie repetida ya en otros rumbos, consistente en el cierre de calles para pasar a ser “propiedad” de quienes sienten que son poseedores de éstas, ya que tránsito estatal o municipal nada aciertan a advertir sobre las vías de circulación para vehículos de motor y por ende de los peatones o caminantes.

Conforme a la norma en la materia, la calle de Arteaga, consiste en una rúa de primera necesidad para quienes circulan por Alfaro, cruzan la calle mencionada, siguen hasta Insurgentes y continúan hasta llegar al mercado San José. En una ciudad con vialidades que la autoridad municipal, está volviendo más angostas, usted podrá imaginar las suertes que deben hacer los conductores de vehículos de motor para poder transitar libremente por la otrora Atenas veracruzana.

Sin embargo, este fenómeno se viene multiplicando por distintos rumbos de la ciudad. En colindancia con el puente que cruza la avenida que parte del hotel “Fiesta Inn” hacia el club Britania, ídem, a poderosos ex funcionarios públicos se les ocurrió cerrar una vía que debiera ser para desfogar parte de la abultada circulación vehicular, al grado de que colocaron un letrero, anunciando su osada medida. Hacia los interiores del grueso de conjuntos residenciales, inclusive, sus habitantes cerraron todo un fraccionamiento, para su personal provecho.

Una ciudad sin plano regulador, jamás podrá equipararse a una Atenas griega ni mucho menos, que se anuncie como un   espacio donde gobierna la igualdad y la equidad.

Sus fallas destacan por encima de las buenas intenciones que hagan proliferar sus autoridades locales. El pueblo, sabrá cómo responder a su llamado en las próximas elecciones. Esto ni dudarlo. Tocan ya tambores de guerra contra lo que la ciudadanía, está sospechando que se cometió en su contra un espantoso fraude, como fue en los tiempos en que se impuso el presidencialismo exacervable y el uni-partido tricolor.

Sin ningún orden para  armonizar el crecimiento de la ciudad, en la que predominan los baches, las atarjeas bajo destrucción y ahora el cierre de arterias públicas , por parte de sus vecinos, creyendo que son dueños absolutos de dichas rúas, lo menos que están haciendo es provocar a que la autoridad se decida por imponer el orden, donde no lo existe y vuelva a ser lo que fue en el pasado, un espacio para el habitar  con humanidad, humildad, sana distancia, pero consideración con el resto de la sociedad. La igualdad social, es la que está en juego.

Lo que la ciudadanía confía en que se realice un buen día, que los mercados de abasto alimentario, todos el Jáuregui, la Rotonda, Los Sauces, Galeana y San José sean reubicados a los terrenos que se ubican fuera de la capital, o se les abra su propia central de abastos, lo que a Xalapa entonces, le permitiría la expectativa de asemejarse a cualquiera otra de las capitales de los estados del primer mundo. Es todo.