LA TRISTE Y CRUEL HISTORIA DE LAIKA, LA PERRITA ASTRONAUTA
|- Conoce la cruel historia de Laika, el primer ser vivo que salió de la órbita de la Tierra.
En la historia de la carrera espacial hay nombres de personajes que son reconocidos como Lance Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna y Laika, la perrita que se convirtió en el primer ser vivo en salir de la órbita de la Tierra. Y aunque su trabajo era ayudar a entender cómo reaccionaría el cuerpo humano a atípicas condiciones, su vida estuvo llena de crueldad animal que actualmente sería inaceptable.
¿POR QUÉ FUE LANZADO UN PERRO AL ESPACIO?
A mediados de la década de los 50, la carrera espacial entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética estaba en su punto máximo. Por esa razón y para celebrar el 40 aniversario de la Revolución Bolchevique, Nikita Khrushchev pidió que se hiciera el lanzamiento del Sputnik 2 el 7 de noviembre de 1957.
El objetivo de que un perro fuera lanzado al Espacio era parte de un experimento para estudiar el impacto que tendría en la salud de los humanos un viaje de este tipo, pues en ese momento se creía que un ser humano no sobreviviría el lanzamiento ni las condiciones del espacio exterior.
¿CÓMO FUE ELEGIDA Y CUÁL FUE SU ENTRENAMIENTO?
El equipo de científicos a cargo del experimento eligió varias perritas callejeras para ser parte de la misión bajo la creencia de que serían más dóciles y obedientes.
Luego de varias pruebas, dos perritas fueron seleccionadas: Kudryavka (que sería conocida como Laika) y Albina como suplente.
Laika fue nombrada así después de su presentación por la radio soviética pues en ruso significa ladrar.
Para su preparación, tuvieron que intervenir a Laika para insertarles monitores de pulsaciones, respiración, presión sanguínea y movimientos.
Tres días antes del lanzamiento, Laika estuvo en una jaula con espacio limitado para acostumbrarla a estar a bordo del Sputnik 2. En ella era sometida a pruebas de cambios de presión y ruidos muy fuertes similares a los que se realizarían durante el lanzamiento del cohete.
Además, los científicos idearon un sistema para evitar que defecara de manera natural y saliera directamente por un tubo. De acuerdo con la revista Smithsonian, algunos perros que tuvieron este sistema evitaban defecar de lo incómodo que era.
Días antes de su lanzamiento, Vladimir Yazdovsky, uno de los cuidadores de Laika, la llevó a su casa para darle un día de vida normal de perro, pues sabía que moriría en las peores condiciones.
Incluso se dice que una de las encargadas del experimento rompió el protocolo y alimentó a Laika antes del despegue, pues no había recibido comida y había muy poca a bordo.
¿CÓMO MURIÓ LAIKA, LA PERRITA ASTRONAUTA?
El 3 de noviembre de 1957 a las 5:30 am el Sputnik 2 fue lanzado. Laika llevaba un traje espacial sujetado a la aeronave para evitar accidentes. Los científicos esperaban que 7 días después de estar en el espacio, la perrita moriría por falta de aire y alimento. Pronosticaban una muerte sin dolor en menos de 15 segundos.
El lanzamiento aterro a la perrita astronauta. Su ritmo cardiaco se aceleró tres veces más de lo normal y su respiración se cuadriplico. Sin embargo, llegó a la órbita de la Tierra viva y así permaneció por 103 minutos más.
Lamentablemente, la salida de la Tierra hizo que la aeronave perdiera uno de sus escudos térmicos y la cápsula alcanzó una temperatura de 90°C.
“Murió después del lanzamiento”, dijo en 1993 uno de los doctores rusos que estuvo en el equipo del Sputnik 2. Y es que por años, la Unión Soviética mantuvo en secreto el error que hizo que Laika muriera casi de manera instantánea e incluso llegaron a asegurar que podría ser salvada. Nueve días después del lanzamiento, anunciaron su muerte.
“No hubo expectativas de que sobreviviera a la primera o segunda vuelta a la órbita”, asegura Cathleen Lewis, curadora del ala de programas espaciales internacionales del Museo Smithsonian de la aeronáutica y el espacio.
Actualmente, cerca del centro de investigación militar en Moscú en donde se preparó el vuelo de Laika hay un monumento en su honor.