CRIMEN SIGUE ARRAIGÁNDOSE

AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez

CRIMEN SIGUE ARRAIGÁNDOSE

De acuerdo con estadísticas oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del gobierno federal y de algunas agencias privadas como Etellekt Consultores, el estado de Veracruz se disputa con el de Oaxaca el deshonroso primer lugar nacional en violencia política.

Ayer lunes, en conferencia de prensa, el gobernador Cuitláhuac García lamentó que algunos partidos políticos hayan postulado en este proceso electoral a candidatos impresentables que tendrían nexos con grupos criminales, y nuevamente responsabilizó a “gobiernos pasados” de haber dejado entrar a Veracruz a organizaciones delincuenciales como Los Zetas y el Cartel Jalisco Nueva Generación.

Pero del señalamiento del mandatario estatal de Morena no se salva tampoco su partido ni sus aliados como el PVEM, ya que quien regentea su franquicia en la entidad es casualmente Javier Herrera Borunda, candidato a diputado federal plurinominal e hijo del ex gobernador priista Fidel Herrera Beltrán, en cuyo sexenio (2004-2010) se arraigaron precisamente Los Zetas, luego de que a principios de 2005 decidieron dejar de ser el brazo armado del Cártel del Golfo inconformes por el presunto acuerdo de su ex jefe Osiel Cárdenas Guillén con el capo sinaloense Joaquín “El Chapo” Guzmán para constituir una federación de cárteles que hiciera respetar los territorios asignados en el país a cada grupo criminal.

Pero esta situación que García Jiménez atribuye en Veracruz a “gobiernos pasados” desgraciadamente se está repitiendo en la actual administración en la entidad y en otros de los 15 estados que están por elegir gobernadores.

En Guerrero, por ejemplo, luego de que el senador Félix Salgado Macedonio fue bajado de la candidatura por el INE y el Tribunal Federal Electoral, Morena postuló a su hija Evelyn Salgado Pineda, cuyo suegro Joaquín Alonso Piedra, (a) El Abulón, encarcelado desde julio de 2016, era el operador financiero y contacto del cártel de los Beltrán Leyva con empresarios y políticos guerrerenses.

Alfredo Ramírez Bedolla, quien sustituyó como candidato de Morena en Michoacán a Raúl Morón, lo vinculan con Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, (a) “El Frutos”, quien controla el narco en Aguililla, municipio del que fue alcalde. Este líder del grupo Cárteles Unidos de Michoacán fue esposo de Anabel Bedolla, tía del abanderado morenista.

Al ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, candidato de Morena al gobierno de Sonora, le atribuyen negocios inmobiliarios con la familia del extinto narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, el llamado “Señor de los Cielos” por la flota de aeronaves que utilizaba para transportar droga desde Colombia en sociedad con el capo del Cártel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria. Asumió el liderazgo del Cártel de Juárez tras ordenar la ejecución de su jefe Rafael Aguilar Guajardo, asesinado el 12 de abril de 1993 en Cancún, Quintana Roo.

Otro que está bajo sospecha sobre presuntos vínculos con grupos de la delincuencia organizada y turbios manejos financieros es José Ricardo Gallardo Cardona, candidato del PVEM a la gubernatura de San Luis Potosí, quien inclusive ya fue denunciado ante la Fiscalía General de la República y es investigado también por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.

En Nuevo León, el candidato puntero Samuel García, de Movimiento Ciudadano, negaba conocer a Gilberto García Mena, (a) “El June”, ex jefe del Cártel del Golfo en esa entidad norteña, hasta que su contrincante priista Adrián de la Garza exhibió un video de una fiesta familiar. El capo resultó ser primo hermano de Samuel García Mascorro, padre del senador con licencia abanderado por el partido naranja.