Magnolia Ávalos, cuatro poemas

  • PÁGINA NÓMADA

Por Eduardo Cerecedo

Así camina el tiempo, la luz, la oscuridad, lo  citadino, los temas en la poesía de Magnolia Ávalos. Una muestra del quehacer de la joven, que estudia leyes en la Facultad de Derecho en la UNAM, el taller que coordino en dicha facultad rinde frutos, siempre caminando con sus integrantes, a punto de editar en una antología en Ediciones Marea Baja. Aquí una breve muestra (bajante)

CANTO CALLEJERO

La guitarra suena sus acordes

la pareja canta cual pajarillos en el amanecer

la tranquilidad se apodera del aire,

olvidan los problemas de su vida,

solo gozan el momento,

no prestan atención a las miradas extrañas

ignoran lo ajeno.

Sus voces, sus acordes

se apoderan de la calle

se siente paz, la que hace mucho se perdió

en esta ciudad.

Solo disfrutan, se apoderan de la vida

se nota en su canto.

SOMBRA

El cielo a la orilla del río,

dándose a la tarea de partir la tierra,

encontrando aquella flor marchita

retumbando en el fondo de un abismo,

cambiando sin rumbo fijo.

RUINA PASIVA

Con la muerte en la puerta

el escalofrío en la sangre

y el viento al contrario.

La noche me deja

sin palabras, sin rumores

no se despide, solo se va.

me deja con ella en mi entrada.

Solo espera a que abra…

VERSO SECO

Mala racha de hierba, sin belleza, sin chiste

amargada

apreciable,

con la muerte entre sus venas.

Se corre la maleza hasta las uñas

dejando el cuerpo blandido sin queja.