A VOTAR POR MÁS DE LO MISMOS, O SUFRAGAR POR LA ESPERANZA

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

A VOTAR POR MÁS DE LO MISMOS, O SUFRAGAR POR LA ESPERANZA

                No está fácil la próxima votación de candidatos a diputados, alcaldes y gobernadores, aunque solo hay dos caminos, consistentes uno en sufragar por más de lo pasado en los últimos 30 años o seguir creyendo que la esperanza hará realidad los cambios que urge un sistema desgastado de vida público del país.

                La percepción recogida por el reportero, se sustenta en el sentido de que la gente a ciencia cierta duda acerca de por quién va a votar. No encuentra confiables a ninguno de los abanderados a las alcaldías como a las diputaciones locales y federales.

                Las casi cuatro décadas con que cerró el siglo XX y el tiempo transcurrido del actual siglo XXI, les deja a varias generaciones de mexicanos el amargo sabor de la desesperanza, la zozobra, el miedo a un régimen amigo de la violencia, la inseguridad y culpable de que haya más pobres en este país.

                Ni en quien confiar- objeta un viejo servidor del taxi.   Ahora me invitaban a  ir por el rumbo del teatro del estado, donde un candidato estaba repartiendo camisetas, y yo le respondí al que me hizo la sugerencia, que ya basta de regalitos, lo que el pueblo  necesita son fuentes de empleo, medicamentos, deporte, seguridad en las calles y que no digan los políticos más mentiras. Son muchos años de espera, para que ahora nos salgan con que el Prian está armando su retorno triunfalmente.

                No basta a los mexicanos saber la realidad bajo la cual operaron los ex servidores públicos priistas, la lastimosa verdad que hizo más pobres a los grandes núcleos de la población azteca, pues todavía habrá abanderados del viejo régimen, que harán hasta lo imposible en el lapso de cinco días, para conseguir votantes en favor suyo, el próximo seis de los corrientes en las urnas electorales. Esto pareciera imperdonable.

                Como ciudadanos, votar por un priista, sería condenar a las generaciones del porvenir a las mayorías aplastantes, más pobres, más enfermas y sin ninguna oportunidad para salir del atolladero en que se encuentran hundidas.

                Es cierto que el gobierno de la esperanza, en la provincia mexicana, deja mucho que desear. No todos son AMLO ni sienten la filosofía bajo la cual el político tabasqueño dirige a la nación azteca. Ejemplos deplorables, de malos gobiernos, virtud a la ineptitud de sus funcionarios, ha acarreado un malestar social que se profundiza conforme trasciende el tiempo, al grado de que unos cuantos días de celebrarse los comicios históricos, nadie sabe a ciencia cierta por quién sufragar en las urnas electorales.

                Aquí en la aldea, Xalapa, la capital del estado de Veracruz hay una gran desilusión entre sus habitantes. Los ediles locales escapan al tamaño de la problemática social, económica y de inseguridad que se suma a las opiniones de quienes transitan por la ciudad, pero se van con el desagrado de avistar una comunidad en total decadencia, con un cierre masivo de negocios, atarjeas en sus calles repletas de lodo, basuras y aguas negras, sin estudiantes y el amago persistente del coronavirus, el cual, por cierto, mantiene a Xalapa en semáforo naranja.

LASTIMOSA GALERÍA SOBRE ÁVILA CAMACHO, PARA EL PRÓXIMO ALCALDE

                 La tarea del próximo alcalde de la ciudad no solo se deberá a ver por la obra pública, los baches y la pobreza extrema que provoca el cierre de establecimientos comerciales y por ende de fuentes de empleo, cuyos patrones pagan a sus trabajadores salarios miserables.

                Está también ver por una galería de fotografías, que para cualquier transeúnte que cruza la avenida Avila Camacho, a un costado del histórico monumento a la madre, todas alusivas a las mujeres y hombres desaparecidos, no de ahora, como puede verse, sino de hace una década y más años, y que sus familiares siguen confiando en que podrán volverlos a ver con vida y en sus moradas particulares.

                Evidentemente, se trata de una fila de rostros, la mayoría jóvenes de ambos sexos, pero que según las fichas de que se acompañan, fueron desaparecidos en los años 2009, 2010 y 2011. El paso de toda persona que avista esta galería de lo que no debiera haber ocurrido nunca, en la que fuera Atenas de Veracruz, provoca un profundo dolor, angustia, sentimientos encontrados.

                En sus textos, se confirma que su desaparición ocurrió en la ciudad capital, es decir, en la sede de los tres poderes estatales y asiento del mayor número de centros educativos, como son la Universidad Veracruzana y la Escuela Normal Veracruzana. Lo cual pareciera que fuera imposible, pues en Xalapa, una mayoría de su población, se conforma con académicos, burócratas y estudiantes.

                La violencia e inseguridad, son dos temas hermanados, que siguen a la espera de que las autoridades resuelvan.

                Es sabido por todos, que la inseguridad galopa a pasos de gigante en las colonias del monto que usted quiera, como en las plazas comerciales más sofisticadas o la calle céntrica. Al grueso de los xalapeños auténticos, los rondines y actos espectaculares que suelen realizar los uniformados de la policía, hace mucho que dejaron de impresionarlos, en cambio les provocan miedo, zozobra, pánico inclusive, porque es común presenciar operativos en los que a cualquier borrachín, levantan, con lujo de prepotencia, le colocan las esposas en sus muñecas y lo retiran de la arteria pública. Pero nada del otro mundo que los haga asemejarse a cualquiera de los súper héroes de la televisión y el cine.

                Las insólitas persecuciones que suelen hacer imaginariamente tras de presuntos delincuentes, las patrullas municipales, en verdad son espectaculares, pero difícilmente alguien puede dar fe de que se trata de verdaderos caza raterillos o criminales. Esto el alcalde Hipólito Herrero, quizá no lo sepa, pero vecinos de todos los rumbos de la ciudad, se lo hacen saber, sin que le cause ningún costo.

                Seguro que la Atenas hace mucho dejó de ser, si alguna coincidencia Xalapa ostentó a semejanza de la antigua Grecia de Europa Occidental.

                Empero, al alcalde del futuro, ya sea Ricardo Ahued, David Velasco, Cinthya Lobato o cualquiera del resto de tiradores a la silla de presidente municipal, corresponde en buena medida tratar de desentrañar tantas desapariciones, y de las cuales, ni pio diga uno solo de los ediles del momento.

TRANSPORTE DE PASAJEROS Y EL TAXI, EN ABSOLUTO REZAGO

                Un turista norteamericano, no rehuyó a señalar que es una vergüenza el transporte de pasajeros (entiéndase autobuses urbanos) y el taxi, porque ambos servicios los constituyen auténticas latas viejas, desgastadas, sucias, malolientes y con precios por dejada bastante caros, tratándose de una ciudad de burócratas, académicos y estudiantes.

                El estadounidense Ralph, no se cayó para advertir lo anterior, con la explicación previa de su parte, en el sentido de que no estaba inmiscuyéndose en la vida interior de este país, pero que es muy lamentable que la gente no emita una sola protesta, de cara a un fenómeno que denota pobreza, mugre, rezago y clara contrapuesta al bienestar de la sociedad.

                El transporte de personas, ya sea en autobús o en taxi, merece respeto y consideración. Se trata de pasajeros, que dan de comer a muchos choferes y concesionarios, luego entonces, porque tal abandono, cuando el grueso de ciudades del resto del país y el mundo, cuentan con un transporte moderno, funcional y en condiciones mecánicas ampliamente reconocidas.

                Ciertamente el transporte de autobuseros, es de los peores que se ofertan en el grueso de nuestras ciudades.

                El taxi, no se diga, salvo las firmas de radiotaxis, las cuales cuentan con algunas unidades de modelos recientes, una mayoría, carece de las condiciones más encomiables, para que sus usuarios puedan disfrutarlas por su comodidad, confort y limpieza. El taxi libre, es poco requerido por los usuarios, pues se trata de un servicio deplorable, carros pestilentes, sus choferes, salvo excepciones, no se bañan y adolecen de las condiciones mecánicas seguras.

                Alguien pregunta, quién o cuál es la autoridad que autoriza y vigila que estas latas viejas circulen por nuestras calles.

                Los alcaldes Elizabeth Morales y Américo Zúñiga, en sus momentos estelares como ediles en sus respectivos mandatos administrativos, promovieron el taxi con choferes bilingües y otro más, bajo el programa “Yo si leo en taxi”, el cual ofrecería a sus usuarios la lectura de libros, periódicos y revistas. Hoy dirían que ya nadie lee, sin embargo, era una buena práctica, que en efecto, solamente algunos taxistas enarbolaron en la práctica, además por un lapso bastante corto.

                En cambio, la ciudad, está prácticamente bajo control de autobuseros y taxistas, en franco reto al grueso de los automovilistas, ya que filas enormes de estos supuestos prestadores de servicios a pasajeros, toman las calles y avenidas, como pistas de carreras de coches, lo que a la sociedad en su conjunto mantiene con el Jesús en los labios y la condena para todos estos servidores del transporte público.

                A propósito, alguien sostiene que en el terreno de los autobuseros, se destaca el servicio urbano tradicional, porque a diferencia del resto sus unidades son de modelos recientes y sus conductores obedecen a la vieja escuela que forjaría auténticos prestadores de servicios a los usuarios, como ocurrió en los tiempos ya idos, se insiste. Es todo.