RICARDO AHUED BARDAHUIL Y LOS GRANDES PENDIENTES EN XALAPA

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

RICARDO AHUED BARDAHUIL Y LOS GRANDES PENDIENTES EN XALAPA

Seguramente los xalapeños que en masa sufragaron en urnas electorales a favor del empresario Ricardo Ahued, lo hicieron bajo la esperanza de que con el personaje aludido, van a cambiar las cosas en la ciudad, otrora de las flores, la cultura y la educación.

                Tres grandes pendientes aparecen insertos en la agenda del pueblo, y que confían en que la nueva administración hará suya, con vistas a ver realmente que la transformación llegará a Xalapa.

                El primero tiene que ver con el saqueo de que ha sido objeto la ciudad, en aquellos rubros que dejaron de constituir una prioridad para los ediles del momento consistentes, en limpiar a la ciudad de basuras, con un servicio de limpia como fuera hace decenios y que a los xalapeños les permitió habitar en un ambiente sano, con higiene y flores y plantas y árboles por doquier.

                Xalapa, tendrá que volver a ser la ciudad tranquila, ajena a las pillerías de los enemigos de la capital, acabar con la inseguridad yendo a las raíces del problema que genera la delincuencia y cerrar el paso a la extorsión, el asalto callejero, el crimen en la colonia, el asalto en los parques públicos.

                Y un tercer tema de la agenda que se ha preparado en la calle, por la gente sencilla del pueblo, acabar con los excesos y abusos cometidos por las dependencias del régimen municipal, que tanto han dañado las exigencias más esenciales, pero inconclusas en lo que va de la administración edilicia de turno. Que los regidores y directivos de las instancias de la representación popular en cuestión salgan a la calle, escuchen los reclamos de la sociedad y coadyuven a resolver sus justas demandas sociales.

                Tampoco podrán continuar los atracos que se cometen desde las trincheras burocráticas de la CMAS en detrimento de la economía doméstica de colonos y ciudadanos, vilmente asaltados en sus bolsillos con la constante de los incrementos asumidos sin ninguna legalidad, en contra de los usuarios y consumidores del vital líquido.

                Por supuesto que existe en la conciencia popular la confianza y credibilidad en lo que están diciendo, porque si algo duele al pueblo, es el asalto a su bolsillo y que los políticos les mientan.

                Seguro que el nombre del alcalde electo Ricardo Ahued, representa para el grueso de los xalapeños, la expectativa de poder cumplir los propósitos tantas veces anunciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de transformar al país y a nuestras entidades del interior de la república.

                Dicha transformación, la prometieron como el cambio en la vida de los pueblos más urbanizados y abandonados de la nación azteca, empero, ni los regímenes priistas ni los conformados por las famosas coaliciones, a pesar de jurar que lo harían, jamás se atrevieron a brindar el apoyo al pueblo con tacto, conciencia social y servicio a los demás, porque como lo hicieron constar trienios idos, trabajaron sí, pero para saciar sus personales bolsillos y los de sus pandillas de malandrines políticos. Menuda chamba espera al empresario Ricardo Ahued. Esperemos.

FUERA DIRIGENTES NACIONALES ESTATALES Y LOCALES DEL PRI

                A un solo grito para que se vayan los líderes nacionales, estatales y locales del PRI los restos que quedan del priismo reclaman que ahuequen el ala, dejen de seguir robando partidas presupuestarias y permitan el libre acceso a las nuevas generaciones, por un rescate auténtico del vetusto partido que fundara don Plutarco Elías Calles.

                Si los resultados de la penúltima elección de 2018 no convencieron a muchos de los socios del viejo régimen, de que ya apestaban y debían irse del escenario de la vida pública nacional, en la elección del último domingo 6 queda más claro que el agua que Alejandro Moreno (a) ”Alito”  y su pandilla, deben abandonar la nave tricolor, antes de que los retazos que quedan de su sigla, sean convertidos en añicos.

                Con toda razón los restos del que fuera por excelencia un partidazo, quizá porque nunca tuvo enfrente a un contrincante en serio, urgen a que la dirigencia nacional y todos los líderes priistas de la ciudad de México, nacionalmente y los aldeanos, como es el caso de Veracruz, hagan sus maletas y se vayan de los edificios que utilizaron cómodamente aquellos, mientras avistaban el desastre que les acompañaría luego de la votación llevada a cabo por el pueblo el último domingo 6.

No es posible dar crédito que por el distrito federal electoral de Xalapa, pretendiera resucitar un asociado priista que habiendo sido alcalde y dejara cuentas pendientes con la sociedad civil, presumiera que el pueblo pierde la memoria y que el edil de turno, se haya negado a hacerlo rendir y cumplir cuentas, nomás por sus cojones.

En el caso concreto de Américo Zúñiga, lamentablemente para su estadística, perdió la curul federal, que igualmente su progenitor, el extinto maestro Guillermo Zúñiga, cuando quiso ser legislador ante la cámara baja al Congreso de la Unión, fuera derrotado en una elección plural y democrática.

Empero, lo más grave para la vida de quienes siguen creyendo a pie juntillas, que su mamotreto de partido podría volver a tener vida, el último proceso dejó más que tendidos en sus meras elucubraciones, porque en esta justa, quedó sin alcanzar una sola de las 15 gubernaturas estatales, que están en juego y en los estados o la propia CDMX en donde alcanzó algún votó a favor, se debe a que va en alianza con el PAN o el PRD.

No se diga en Veracruz, donde los resultados anuncian al PRI un rotundo fracaso y retroceso.

Ahora, algunos  jóvenes del ayer, imbuidos de un gesto de prepotencia barata y ambición propia de los perversos, recuerdan que su único politólogo que les quedaba en aquel entonces, el tuxpeño Jesús Reyes Heroles, vino a Xalapa y  en el discurso que les dirigiera, para calmar ansias a los ambiciosos, algunos de ellos, hoy ricos y alejados de la vida pública, de cara a su edificio de Moreno y Ruiz Cortines, les anunciara con gran sabiduría, textualmente: “El PRI se renueva o muere” y por toda respuesta, los aprendices de malandrines priistas, se volcaron lanzándole tomates podridos sobre las espaldas del académico, intelectual, escritor y político del siglo XX.

LA PANDEMIA OGLIGA A SABER QUE ES PRIMERO, JUSTICIA O EL DERECHO

La razón le asiste al presidente López Obrador, cuando diferencia con gran tino, que la justicia es distinta al derecho, que en este último contexto aplican los ministros, magistrados y jueces del poder judicial y particularmente del tribunal superior de justicia, al cual, en repetidas ocasiones ha dicho que le retiraría el concepto de justicia, y le dejaría el de derecho solamente.

Cierto, los pobres no tienen para pagar honorarios a un abogado para que los defienda y en los despachos de los defensores de oficio, en el poder judicial, nadie puede confiarse tan fácilmente.

Esto viene a colación con la propuesta presidencial en el sentido de que el señor Zaldivar, amplíe su gestión de presidente de la Corte, por dos años más, con la intención de que sea dicho personaje, virtud a su respetabilidad, decencia y rectitud, quien lleve a cabo la reforma judicial hacia los interiores del mencionado poder acabando con las prácticas del nepotismo, entre otras en que incurren magistrados y jueces.

Esta propuesta, ha propiciado un debate que se pretende llegue a profundidad y que sean los propios integrantes del poder judicial federal, los cuales den luz verde a la misma, o simplemente que la suspendan. AMLO asegura que no se puede dejar en manos de cualquier otro ministro, porque no son confiables.

En la provincia, a semejanza de lo que ocurre en el ámbito federal, hay miles de expedientes sin recibir una resolución condenatoria o absolutoria, tan solo porque  los solicitantes de justicia, carecen de influencias, de recursos monetarios para cubrir los gastos de sus abogados y las cuentas alegres que suelen soltarse, como gratificaciones de cientos o miles de pesos, para el caso de conseguir una sentencia que favorezca al peticionario de que se aplique el derecho, aunque la justicia, le sea resuelta en su contra.

Consecuencia obligada para los pedagogos, sociólogos y especialistas en esta asignatura, coinciden en que dicho mal comienza muchas veces en los propios planteles, forjadores de nuevos licenciados en derecho, a los cuales se les introduce hasta la médula, el texto de los códigos y demás fraseología jurídica, pero ajenos, ayunos o muy lejos, quedan de sentir la necesidad de formarse como auténticos servidores de la sociedad necesitada de justicia, más que de derecho.

Si poco se entiende, que la pandemia cambió el ritmo de vida de la humanidad, vaya retraso y atraso que le acompaña en esta vida corta, pero largamente conflictiva, y en las universidades no se cambia, se niega a la transformación, júrelo usted, que como ahora está sucediendo el anuncio que hacen miles de muchachos que desertan a continuar en aulas universitarias, va a seguir, con el desdoro de la profesión de abogado y el abandono de las causas justas, por la cuales, supuestamente se inauguraron un día las universidades del país y el mundo. Por favor. Es todo.