Novelista recrea la vida de Tecuixpo Ixtlaxóchitl, la hija de Moctezuma
|- Tecuixpo inspira La otra Isabel (Planeta), la nueva novela de Martínez-Belli que entreteje la ficción histórica con el thriller político
CIUDAD DE MÉXICO. Una niña que quiere estudiar, al igual que los hombres; una mujer capaz de entender el mundo cambiante que le tocará vivir, que toma sus propias decisiones y no acepta el destino que se le plantea; una princesa mexica que entiende que el verdadero poder recae en la Iglesia de los conquistadores, no en los militares, y sabe jugar sus cartas. Nunca una víctima.
Así pinta desde la ficción la escritora catalana Laura Martínez-Belli (1975) a Tecuixpo Ixtlaxóchitl (ca. 1509-1550), hija del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin y, a la muerte de éste, esposa de los emperadores aztecas Cuitláhuac y Cuauhtémoc. Tras la caída de Tenochtitlan, hace 500 años, los conquistadores la obligaron a casarse en tres ocasiones más, matrimonios en los que tuvo seis hijos, y una más, Leonor, con Hernán Cortés, producto de una violación.
Bautizada por los españoles como Isabel Moctezuma y descrita por el cronista Bernal Díaz del Castillo como “guapa, digna y devota, que tenía la boca en forma de corazón”, Tecuixpo inspira La otra Isabel (Planeta), la nueva novela de Martínez-Belli que entreteje la ficción histórica con el thriller político.
Se sabe muy poco de ella, de sus ideas, de su intelecto. Quise recrear a esta mujer que tuvo que cambiar sus costumbres y su religión; que fue capaz de reinventarse, de renacer, de transformarse en un momento histórico como ese, que no ha habido más importante en la historia de América”, afirma la narradora en entrevista con Excélsior.
Desde una perspectiva de género, me gusta contar los temas que han sido narrados por hombres, pero salir de ese espacio doméstico y relatar temas épicos. Quería hacer de Isabel una mujer que toma decisiones y que no acepta el destino que se le plantea, alguien capaz de entender el mundo cambiante que le tocará vivir”.
La también historiadora del arte dice que, siendo ella la hija predilecta de Moctezuma, éste le hizo ver que el mundo en el que crecería sería distinto. “Ella se rebela al principio, pero al final entra al aro, obligada por las circunstancias: se la llevan los españoles en la Noche Triste, porque Moctezuma se las da, a ella y a otras mujeres.
Cuando los mexicas ganan esa batalla, rescatan a la niña. Pero la utilizan igual que los españoles, la casan. En cualquier bando, ella es sólo una pieza de rompecabezas. Sabe que debe ser más inteligente para sobrevivir. Me interesaba que no fuera una víctima. Es una novela de grandes acontecimientos y escenarios”, explica.
La autora de Por si no te vuelvo a ver (2007) y Carlota (2017) hace que Isabel se transforme no por la fe, sino por el poder. “Es maquiavélica. Ella entiende que el verdadero poder recae en la Iglesia, no en los militares, por lo que apoya a la primera. Muestro cómo debió ser ese proceso de transformación. Incluso, ya cristianizada, le seguían llevando tributo por ser hija de Moctezuma”.
Destaca que decidió mostrar también a Tecalco, la mamá de Tecuixpo, esposa de Moctezuma, como una gran reina. “En mi historia, Isabel y Malinche se admiran, aunque también se odian. Se genera entre ellas una complicidad interesante. Son más que mujeres violadas. Sabían muy bien cuál era su rol y sabían jugar sus cartas”.
Finalmente, Martínez evoca a Leonor. “La historia oficial dice que Isabel repudió a la niña, por ser la hija del asesino de su cultura y de su padre. ¿Y si las causas fueran otras? Leonor es el hilo conductor de la novela. Con ella me tomé más libertades literarias. Si Isabel es el pasado, Leonor es el futuro mestizo. Quiere conocer su identidad.
Las dos están ligadas a la violencia, a la pérdida, al rechazo; pero ninguna se doblega y ambas luchan para imponerse. Isabel es el símbolo del mundo que terminó, y Leonor del mundo que nace”.
La autora concluye que es fundamental “romper con esa visión maniquea de la historia, donde lo mexica es lo bueno, y lo español lo malo”.