PERIODISMO SENCILLO, CLARO Y CONCISO, Y QUE SIRVA AL PUEBLO

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

PERIODISMO SENCILLO, CLARO Y CONCISO, Y QUE SIRVA AL PUEBLO

                De siempre el ejercicio del periodismo, para quienes diariamente lo hacen, ha encerrado en el caso mexicano una verdadera encrucijada, porque aun siendo objetivos en la presentación de sus noticias, hay una parte que queda reconocida y otra la cual se siente agraviada y molesta con el autor de aquella y es posible como ocurría antes, que exigiera su derecho de réplica al timonel de un periódico o revista.

                Esta fue una de las razones para que se acusara que en el país habían surgido dos grupos de periodistas, los empíricos-se decía- porque carecen de un título profesional que los acredite como tales y el otro grupo, el que fue a la escuela Carlos Septién de la ciudad de México, y posteriormente en 1954 con la fundación de la facultad de periodismo dependiente de la Universidad Veracruzana.

                Esta última, una gran hazaña, cuyos créditos se  anotan en favor de viejas plumas de periodistas como don Alfonso Valencia Ríos, Félix de C. Martínez, Antonio  Salazar Páez y Francisco Gutiérrez y González, cuyas mejores cartas, convencieron al gobernador Marco Antonio Muñoz Turbull, que era necesario abrir una institución semejante, en donde se forjaran futuros periodistas, con los principios y valores, que rigen en los médicos honestos, o los profesionales de la cuchara, bajo una ética y el juramento público de que harían de su carrera un ejercicio que medularmente favoreciera a la sociedad.

                Una moderna escuela, que no contó en sus inicios con un edificio propio, sino hasta los días de gobierno que ostentó el señor Fernando López Arias y que más tarde, hacia el año 68 entregaría oficialmente el presidente Gustavo Díaz Ordaz, a un entusiasta grupo de académicos y estudiantes, que ya venían desde el año de 1954 concurriendo a recibir sus clases de periodismo. Pero en ese entonces en su casa propia de la calle de Arista del vecino puerto de Veracruz.

                A la ex facultad de periodismo, el toque distintivo se lo dieron varias de las generaciones de jóvenes ávidos de informar a lectores en su periódico estudiantil primero de El Universitario y posteriormente, a través de sus prácticas en los diarios más reconocidos que circulaban en el vecino puerto de Veracruz, entre otros El Dictamen, La Nación y la Noticia.

 En todos, la exigencia era semejante: queremos reporteros alejados del poder, cercanos a la gente y que en sus notas, dieran cabida a las voces que no tienen medios para hacerse sentir y conocer sus puntos de vista sobre problemas comunes que enfrenta la sociedad.

En los periodistas universitarios, seguramente nunca ni antes ni después tuvo cabida la idea de que ejercieran el oficio como un “cuarto poder”. Esta sin duda, fue una apreciación que surgió de la improvisación, pero en aquellos, los que se forjaron en las aulas de nuestra Alma Mater, con certeza lo hicieron y lo siguen realizando, como uno de los viejos anhelos de hacer periodismo escrito con amor al trabajo de publicar noticias y comentarios, pero sin tener en la mente, que con su escrito va a transformar la vida social de los potenciales lectores y menos de la sociedad en su conjunto.

Lo que falta, es la profesionalización de la carrera de periodismo, pero esta es una tarea que corresponde a los señores diputados, con el objetivo de dar a la profesión un marco legal para su realización en el ámbito de las actividades universitarias, que aplican teniendo como respaldo un título. Esperemos.

PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO, ESTÁN HUÉRFANOS, AL NO TENER MITOS NI LÍDERES

La realidad que enfrenta el sistema de partidos políticos en México, es la carencia de entes que gocen de ser mitos y líderes naturales, lo que le hace pronosticar a los membretes existentes, que o bien dan el chaquetazo y se afilian con el partido en el poder, se funden en la mezcla albiazul y amarilla, o sencillamente, como el PRI que se encuentra en la recta final de actuaciones, tras de ostentar el poder público por más de 80 años ininterrumpidamente.

Vista a la distancia la sucesión presidencial se dificulta distinguir entre los partidos políticos, que haya una cauda de prototipos del líder que reclama lo mismo el partido en el poder, que los llamados membretes de la oposición.

Hay numerosos grillos y entre estos se apunta hasta un señor de apellido Noroña, al cual seguramente nadie quisiera ver operando como funcionario público. Su papel de golpeador, lo ejemplifica extraordinariamente en la cámara de diputados federales y en cualquiera de las calles y barrios de la ciudad de México.

Los cuadros de dirigentes albiazules, no se ponen de acuerdo, siendo que constituyen una segunda fuerza política en el país y si de verdad pretenden ser competitivos en el 2024, tendrían doblar campanas en torno a una sola figura y no andar desgreñándose los viejos contra los jóvenes y éstos, en contra de aquellos.

Obviamente ni Vicente Fox ni Felipe Calderón van a buscar de nueva cuenta la presidencia de México. Es natural que gocen de alguna prestancia entre grupos afines de mexicanos, que rechazan categóricamente el régimen morenista. Llaman la atención del electorado, porque ambos mantienen un activismo político inusual, porque ya fueron hicieron lo que pudieron y en su retiro tendrían que guardar todas las reservas, a la manera de los priistas, que no sueltan ni un chiflido.

El golpeteo que mantienen algunos desde las redes en contra de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo Ponce de León y Enrique Peña Nieto, hasta les dio un segundo aire, para resucitar  políticamente, como puede verse, porque en una encuesta sobre la identidad de éstos, alumnos del bachillerato sabatino, aquí en la vecina ciudad de Coatepec, diez de diez ignoran por completo que hicieron de bien y de mal los ex mandatarios priistas, pues además, éstos mantienen un absoluto silencio, al grado de que sirven de perilla como en el boxeo profesional, al cual que se sepa ninguno responde públicamente.

En consecuencia, la necesidad urgente de que se pongan en el pandero nombres de nuevos dirigentes partidarios y políticos, se asemejan a los vientos frescos, que están requiriendo el total de mexicanos, para ahuyentar tantas calamidades, que deben afrontar en el día a día para aspirar a tener una vida digna. Por favor.

PECAN DE BUROCRACIA, ALGUNOS DE LOS PROGRAMAS MUNICIPALES EN XALAPA

Frank Kafka se viviera aprovecharía muy bien para escribir una más de sus gustadas novelas, si  se enterara cómo es que funciona  el área pública más cercana a la gente, que es el ayuntamiento municipal, con tantos burócratas en su plantilla de trabajadores, lo cual en una ciudad sin industrias, con el  abultado número de jóvenes sin poder estudiar, por carecer de recursos monetarios, la hambruna tocando a las puertas de  decenas de hogares y la problemática sin superar de la pobreza ancestral del pueblo, se presta para una protesta que queda en los pechos de cada xalapeño auténtico, en espera de hacerla estallar en cualquier momento.

Nomás dese usted una vuelta por las oficinas de la CMAS y podrá descubrir  que centenares de burócratas se hacen bolas en un ir y venir por sus interiores, sin saberse a ciencia cierta, qué hacen, cuánto cobran del erario público y si realmente sus titulares hicieron un sondeo para conocer las exigencias y necesidades materiales y de atención a los consumidores del vital líquido, las cuales suelen quedar generalmente en el limbo, porque no hay el servidor público que explique siquiera, por qué una toma de agua tiene un costo de miles de pesos, cuando en el pasado no lo exigía la dependencia.

Empero,  uno de los espacios de la burocracia exacervable-dirían los críticos- es la llamada dirección de medio ambiente y sustentabilidad, créalo o véalo usted mismo, uno de los cuatro lectores seguros de esta columna, para que un vecino, habitante de la colonia popular, en el  recóndito lugar que colinda entre Xalapa y Emiliano Zapata o aquí en cualquiera de las arterias que conforman el llamado casco histórico, el corte urgente de un árbol añoso, que existe en el patio de cualquiera de las moradas particulares, no en la calle, debe cubrir un extenso ritual o desfile por la sola dependencia mencionada, para verse con cuatro funcionarios de escritorio, porque de lo contrario, no habría autorización, para derribarlo, dado que representa un riesgo o peligro para la seguridad de sus habitantes y vecinos.

Es decir, usted va a la dirección de medio ambiente, con su escrito o solicitud para que le autorice el corte de ese árbol viejo y podrido por dentro, lo cual no puede llevar a cabo sin gestionarlo oficialmente, porque una sanción aplicaría en su contra. Debe presentar fotografías del lugar donde sembraron y creció el árbol. Una vez que la dependencia municipal, recibe su solicitud, habrá de esperar uno o dos meses, porque ésta se ha de someter al escrutinio de los burócratas, pero siempre desde atrás del escritorio, no yendo al sitio señalado.

Cuando ha trascendido el tiempo suficiente, meses, seguramente, le dicen al solicitante que puede hacerlo, para lo cual  le hacen entrega de un documento de autorización, con la firma de quienes reflexionaron sobre la misma, un técnico valorador del arbolado urbano, el coordinador de técnicos valoradores de arbolado urbano, el jefe del departamento de Biodiversidad y Cambio Climático y finalmente, el personaje que revisó a todos los anteriores, dependiente del parque ecológico El Haya, del camino antiguo a Zoncuantla, de la colonia Benito Juárez.

Además, en el escrito que le autoriza para derribar su “árbol añoso o podrido”, oralmente- no por escrito, advierten al vecino quejoso, que él quien tiene que pagar a un leñador privado tal medida, además, debe cubrir el monto de un seguro de vida, para éste. ¿Qué le parece? Las hojas de autorización asemejan a simples “machotes” que se repiten para cualquiera de los solicitantes-entiéndase ciudadanos a los cuáles el ayuntamiento de la transformación, así se dice que está sirviendo al pueblo con patriotismo. Es todo.