A prueba: Volvo XC40 Recharge, eficiencia en empaque lujoso
|- La XC40 Recharge llegó para demostrar que los buenos consumos de combustible no están peleados con el lujo y el confort.
Gracias a una amplia lista de productos, los compradores de autos suelen asociar la economía de combustible con sacrificios que implican decirle adiós al confort y ni pensar en aditamentos de lujo. No obstante, esto ha cambiado en los últimos años a grandes pasos gracias a la electrificación.
Para muestra, productos como la Volvo XC40. La camioneta más pequeña de los suecos estrena una versión híbrida enchufable que promete una autonomía sobresaliente sin sacrificar el lujo y aditamentos de comodidad al interior.
La camioneta que fue “el auto del año” en Europa en 2018 llega a México junto con más modelos híbridos enchufables de Volvo. Si en su versión convencional generó tantas buenas críticas, es normal tener altas expectativas de la variante PHEV.
Electrificación discreta
Contrario a otros modelos híbridos, la Volvo XC40 Recharge no grita a los cuatro vientos que echa mano de la electricidad. Al contrario, lo único fuera de lo común que encontraremos será una segunda tapa en la parte delantera del lado del piloto para conectar el puerto de carga.
Los rines podrían pasar desapercibido para ojos no entrenados, pero aquellos que sepan del tema se darán cuenta de que tienen un diseño especial para mejorar la aerodinámica de la unidad. Otro elemento distintivo es la placa “T5 Recharge” en la parte posterior, pero de ahí en fuera es completamente idéntica al modelo convencional.
Su diseño es sobrio, denotando elegancia con toques juveniles. El cuerpo de iluminación LED en ambos extremos, parrilla con detalles brillantes y líneas sutiles que se difuminan en la carrocería vuelven a la XC40 un producto realmente atractivo, especialmente si somos gustosos del diseño europeo.
Interior con calidad sobresaliente
Si algo es destacable en la Volvo XC40 es la selección de materiales que la firma ocupó para el habitáculo. Será difícil encontrar un plástico rígido al interior, las tapicerías son de piel en los paneles de las puertas y asientos y el cielo está recubierto en una especie de tela única para su segmento. Se trata de una firma de lujo, por lo que la atención al detalle debe de ser especial, y Volvo no decepciona.
Es espacio es justo para 4 ocupantes, 5 ya viajarán un tanto apretados. Pero destacamos el equipamiento como una pantalla central de 9 pulgadas con conectividad Apple Carplay y Android Auto, así como un sistema de navegación integrado que, a nuestro gusto, no termina de comprender las calles de la CDMX y te manda por caminos inexistentes de vez en cuando.
En términos de ergonomía, XC40 destaca por tener todo a la mano del piloto. Por si fuera poco, el acomodo de los botones es discreto y sobrio, pero se pueden perder a primera vista elementos como el selector de modo de manejo o botón central de la pantalla.
Entre otras cosas encontramos cargador inalámbrico para celulares, clúster digital de 12.3 pulgadas, encendido por botón, aire acondicionado automático y un techo panorámico muy por arriba de sus competidoras directas.
Un corazón eco-amigable
Sin duda uno de sus más grandes atributos lo encontraremos bajo el cofre. El bloque de 1.5 litros turbocargado proporciona 180 caballos de fuerza, pero se empareja a un propulsor eléctrico que dota de 82 hp por si solo. Cuando trabajan en conjunto, la XC40 Recharge entrega una potencia total de 262 caballos de fuerza, nada mal para una camioneta subcompacta.
La transmisión de doble embrague con 7 velocidades y esquema de tracción integral hacen que se perciba como un vehículo ágil, que no le teme a las vías rápidas de la CDMX y, ocasionalmente, sorprende por su habilidad para rebasar sin problema alguno.
No obstante, la verdadera bondad del producto radica en su economía de combustible. La Volvo XC40 nos sirvió como medio de transporte por cerca de 300 kilómetros, promediando cerca de 25 kilómetros por litro todo el tiempo.
Llegó a nuestras manos con la batería vacía, pero la cargamos para comprobar si en realidad podemos recorrer 46 km sin gastar una sola gota de combustible. Resultó que pudimos recorrer cerca de 60 km en modo eléctrico sin mucho esfuerzo, eso sí, a ritmo de carretera.
Como buen Volvo, la seguridad es uno de sus puntos fuertes. Echa mano de 7 bolsas de aire, control de estabilidad, asistente de mantenimiento de carril, estacionamiento semiautónomo, frenado de emergencia con detección de peatones, alerta de impacto frontal y un sinfín de asistentes más.
Eso sí, cabe mencionar que la dirección es poco comunicativa y por momentos sientes que estás al volante de un videojuego. De igual manera, la suspensión podría ser demasiado suave cuando la llevas a caminos con curvas y el cuerpo de frenado se percibe un poco corto pues las baterías agregan peso, lo que se traduce en un mayor esfuerzo para frenar la unidad.
En general inspira confianza, y resultará ser un gran aliado en términos de ahorro de combustible para aquellos que puedan estirar un poco más su presupuesto.
Eficacia y refinamiento a la orden del día
Al final de la prueba, pudimos darnos cuenta de una cosa: Volvo será de las marcas pioneras en la movilidad electrificada realmente funcional. Si bien hoy en día ya hay un gran número de propuestas que echan mano de la electricidad, los suecos son de los pocos que comprenden cómo hacer las cosas correctamente para no sacrificar ningún punto en el proceso.
LA XC40 Recharge resulta ser una gran camioneta subcompacta de lujo. Buen ahorro de combustible, manejo sobresaliente y seguridad y tecnología adecuada, pero todo tiene un precio.
En este caso, la Volvo XC40 Recharge comienza en los $999,900 pesos. Es de esos productos que no creemos que sean caros, sino que son costosos. Si fuera caro, no valdría la pena pagar casi un millón de pesos, pero en realidad lo vale, por lo que resulta ser costoso pero valioso.
Quien pueda pagar esta unidad, encontrará una gran aliada citadina que cuidará la economía de combustible como los mejores híbridos del mercado.