“La esperanza hace la vida armoniosa”
|VIVIR CON ESPERANZA
Por Jacinto Rojas Ramos
“La esperanza hace la vida armoniosa”
El paradigma de una vida armoniosa, nace en la visión contextual del mundo y es una propuesta que presenta alternativas para la transformación de nuestro mundo. También es llamado “buen convivir” por ofrecer un camino que introduce una nueva cultura civilizatoria al establecer una convivencia armoniosa en lo personal, en las relaciones comunitarias y con el planeta, con el uso equilibrado de la razón y del corazón. La visión contextual es una cosmovisión orgánica, holística, en que todo está interrelacionado, inseparable y todo está involucrado en una realidad que puede ser construida y reconstruida.
Esa cosmovisión contrasta con la visión del mundo “mercado” que hizo posible la época del industrialismo. Es una visión mecánica del mundo que está compuesto por partes aisladas sin conexión y exalta el uso de la pura racionalidad en función de la eficiencia y el logro de resultados tangibles y medibles. La ausencia de la conciencia, las emociones y los valores (el interior del ser humano) hace que se desconecten la economía de la sociedad y de la naturaleza viva.
El paradigma del “buen (con)vivir” es una propuesta de vida que surge desde la visión de las comunidades indígenas marginadas de los últimos 500 años y otras inspiraciones similares que provienen de diversos sectores, regiones del planeta y de diferentes movimientos ecologistas, cooperativistas, humanistas y cristianos.
Es una utopía de una sociedad alternativa en que las personas (con)viven en armonía consigo mismas, con los demás y con el planeta. Proyecta una vida estrechamente relacionada con la comunidad y la naturaleza, practicando la solidaridad, el respeto, la reciprocidad, la complementariedad, la equidad, la igualdad, la libertad, la ética, el sentido común. La actividad productiva es sostenible si sirve al bien común y al vivir bien de todas las personas.
Es un modelo de vida en austeridad, justa, sostenible y ecológica que busca el bienestar integral. Eso es posible viviendo en equilibrio con la Madre Tierra, con un buen gobierno que cuida la bonanza para todos y todas.
Construir el “buen vivir” como alternativa al modelo de “desarrollo” es un largo proceso de esfuerzo colectivo que genera cambios en todos los estamentos de la sociedad. De allí la esperanza de alcanzar día a día esta meta, hace la vida armoniosa.
El vivir bien o el buen convivir que promueve el paradigma de una vida armoniosa, nunca será una simple copia del estilo de vida “occidental”. Al contrario, se trata de una forma original de organizar la vida para generar felicidad personal, un bienestar comunitario y vivir en hermandad con la Madre Tierra que es fuente de vida de todas las especies, incluido los humanos. Aquí no se trabaja por interés personal sino para proveer los bienes necesarios para vivir lo suficiente y decente para todas las personas, incluidas las futuras generaciones. La sostenibilidad en el tiempo es una condición inherente al “buen vivir”.
El paradigma no es simplemente una filosofía de vida o una visión de futuro. Es un camino a seguir, a crear, a construir fundados en la esperanza. Tal vez sea el único camino que nos queda para un futuro que garantice una vida de paz y justicia social.
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