Entre tumultos y aglomeraciones ponen en marcha catamarán El Cuenqueño

  • No hubo turistas, sólo funcionarios, prensa a fin al gobierno; así como alcaldes locales y electos quienes llevaron un pastel al evento.

Tlacotalpan
Con tumultos, aglomeraciones, sin sana distancia, en plena explosión de contagios de coronavirus en el estado de Veracruz, autoridades pusieron en marcha el catamarán “El Cuenqueño”, propiedad de Arturo Quintanilla Hayek.
Pese a que de miércoles a jueves hubo más de 900 nuevos contagios y de jueves a viernes otros 800, la inauguración de los recorridos de la nave estuvieron acompañados por actos multitudinarios en la ciudad de Tlacotalpan.
El arranque fue en el muelle de la ciudad de Alvarado, de donde zarpó la embarcación entre cientos de curiosos y prensa que fue traida desde Xalapa y otros de Veracruz para entrevistar al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, que encabezaban a los tripulantes.
Ahí, no estuvo invitado el presidente municipal, Bogar Ruiz, a pesar de que es emanado del Partido Verde Ecologista de México, aliado natural de Morena, la que sí fue es la alcaldesa electa, Lizeth Álvarez, quien le regaló un pastel al mandatario con el dibujo de la lancha.
Luego, se trasladaron por el río a Tlacotalpan, en donde los esperaban cientos de personas arremolinadas junto al nuevo muelle flotante construido para esa embarcación.
Cuando bajó el gobernador y el secretario había tanta gente que tuvieron que hacer una valla humana, para que llegara al pódium en donde los esperaba el empresario, Arturo Quintanilla, propietario de “El Cuenqueño”, acusado en publicaciones nacionales de ser beneficiado con contratos millonarios en el gobierno federal, aprovechando su cercanía con la una alta funcionaria de la secretaría de Energía.
Por altavoces, los organizadores municipales pedían a todos que guardaran distancia y que usaran cubrebocas para evitar contagios de Covid-19, pero pocos hicieron caso, estaban volcados buscando hablar con el mandatario, o en su defecto con Cisneros.
En la inauguración, el gobernador, el secretario y Quintanilla insistieron en tratar el catamarán como un “crucero” que usarán para reactivar el turismo en la Cuenca del Papaloapan, pero no dieron detalles sobre la inversión pública que se hizo para beneficiar el proyecto particular.
Más tarde hubo bailables, decimistas, una presentación en el teatro de la ciudad y por último un espectáculo de fuegos pirotécnicos.