Presión del Gobierno para regreso a escuelas, pone en riesgo a maestros y alumnos
|- Es enviar a estudiantes y a los trabajadores de la educación a que se contagien.
Xalapa
Mientras que el Gobierno del Estado de Veracruz indicó que el regreso a clases
de manera presencial continúa firme en toda la entidad veracruzana para este 30
de agosto y se realizará de manera parcial para evitar aglomeraciones;
especialistas como Manuel Gil Antón, Ángel Díaz Barriga, Roberto Rodríguez
Gómez-Guerra, Roselyn Lemus-Martin, Andreu Comas; así como Alejandro Macías,
destacan que el Estado debe asumir la corresponsabilidad en brindar espacios
seguros y adecuados a las comunidades escolares debido a la tercera ola de
Covid que enfrenta actualmente el país.
Al respecto, Manuel Gil Antón, especialista en educación del Colegio de México,
señala que un decálogo debe incluir algunos aspectos especificados por las
condiciones físicas de cada plantel; es decir, si cuenta con ventilación, con
áreas remotas seguras a realizar, si hay jabón, agua y que la carta solicitada
por la SEP debe ir acompañada de una expedida por la escuela.
“Debe haber una corresponsabilidad de la escuela con los padres, en la que la
escuela también se compromete o asume la responsabilidad de tener los espacios
y condiciones ideales para que los niños regresen a las lecciones en
presencia”, dijo.
Para Roberto Rodríguez Gómez-Guerra, especialista en materia educativa de la
UNAM y del Conacyt; este decálogo, pero sobre todo la carta, puede ser parte de
una imitación de que se están tomando las acciones correctas para volver a las
aulas: “Con la carta, parece que la SEP se libera de la responsabilidad,
incluso del Estado, de proveer educación de calidad; en este sentido, las
escuelas también deben tener una en la que se diga que los padres, los
trabajadores, los profesores, todos estamos comprometidos, que hay
corresponsabilidad ”, dice.
Tenga en cuenta que la variante Delta, está más presente en el país y está
comprobando que es la que más afecta a los niños y no se puede pensar en volver
a las lecciones presenciales si la población a la que se está tratando de
exponer no tiene vacunas.
“Hay que recordar que los niños no están vacunados, los maestros necesitan otra
dosis, por eso dijo la misma empresa que fabrica las vacunas, por lo que con
estas condiciones no hay garantía de que los niños no se infecten”, agregó.
Per Roselyn Lemus-Martin, PhD en biología molecular en el Universidad de
Oxford, el hecho de que los padres tengan que firmar una responsiva, cuidando
la salud de los niños, es un acto irresponsable por parte de las autoridades,
ya que los niños no deben ser incluidos en las clases en las condiciones
epidemiológicas en las que se encuentra el país.
“El hecho de que los padres tengan que firmar una carta, lo que me parece un
acto irresponsable, es prácticamente mandar a los niños a contagiarse, eso es
sin duda lo que está pasando a pesar de este decálogo y a pesar de su
insistencia, habrá contagios en las escuelas, los niños están ya infectados
antes de regresar a la escuela, ya hay varios casos de niños infectados, de
niños hospitalizados, entonces lo que hará es aumentar el riesgo ”, enfatizó.
Además, agregó que el Decálogo necesita medidas como especificar la distancia
saludable, también qué pruebas se aplicarán y si la Secretaría de Salud, les
proporcionará pruebas constantes, así como ventilación de espacios cerrados,
entre otras.
Para Ángel Rogelio Díaz Barriga Casales, Doctor en Pedagogía de la Facultad de
Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, el Decálogo de la SEP para la vuelta a
las aulas, no es más que un obligación burocrática, ya que no proporciona un
plan de acción real con respecto a la devolución.
“Debe contener medidas como cuándo se requerirá saneamiento, si el material
sanitario será provisto por la SEP o los propios padres o maestros tienen que
comprarlo, si se controlará la temperatura al ingresar a la escuela y luego en las
instalaciones, salones, etc, lo mismo con el gel, si lo tienes ”, señala.
Además, dice que el gobierno debe tener en cuenta que, después de la pandemia,
la escuela como se la conocía ya no existe, ya que hay que buscar formas de
adaptarse al virus, pero también de brindar una educación de calidad a los
estudiantes. .
Para Andreu Comas, especialista en epidemiología, el decálogo no es más que
acciones de buena voluntad, pero no hay acciones concretas.
Añade que no se tiene en cuenta la movilidad que implica llevar a los niños a
la escuela y esto podría incrementar el riesgo de contagio.
“Es un decálogo de buena voluntad, pero no de acciones concretas, no se
plantean cosas importantes como la movilidad, los protocolos, por ejemplo, del
transporte escolar o de los niños que llegan en transporte público”, dice.
El infectólogo Alejandro Macías, indica que desconoce el objetivo de solicitar
una carta de respuesta a los padres: “Seguramente fue un consejo de la parte
legal de la SSA, pero creo que el decálogo y la propia agencia deben brindar
espacios en los que garantice seguridad para niños. También debe escribir un
protocolo que especifique lo que sucederá en caso de que un niño se infecte o
se mueva dentro de la escuela”.