SIN DECLARATORIA DE EMERGENCIA, LAS CIUDADES SUFREN CATÁSTROFES, POR GRACE
|- *Calma…todo pasará, y seremos más humildes, más justos, más solidarios y mejores personas
60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
SIN DECLARATORIA DE EMERGENCIA, LAS CIUDADES SUFREN CATÁSTROFES, POR GRACE
En realidad, en este momento no hace falta ninguna declaratoria de emergencia, los daños materiales están a la vista y de las víctimas mortales prácticamente se dio cuenta tras de que estas se produjeran lamentablemente.
Aunque parezca increíble, en la colonia 21 de marzo de esta ciudad capital, voces hubo que a pulmón abierto advertían que cuando se produjo una situación semejante, el señor Fidel Herrera Beltrán aparecería en medio del agua sucia que corría por sus calles, descalzo y metido hasta las rodillas para percatarse de la ansiedad que estaban viviendo varios centenares de familias, ante los derrumbes y aludes y que personalmente les prestaría la ayuda necesaria.
Tuxpan de Rodríguez Cano, Gutiérrez Zamora, Tecolutla, reflejan de qué tamaño es su tragedia. El agua se metió hasta los patios, todos los interiores de sus viviendas, edificios y garajes. A los medios se les dificultó el acceso a estos lugares en los cuales la desgracia no fue menor. La pérdida de los enseres domésticos y herramientas de trabajo, las siembras y cultivos que se perdieron alcanzan varios miles de hectáreas.
El paso de Grace, fue devastador, y los habitantes de medio centenar de comunidades siguen estando aisladas, porque los ríos se desbordaron.
Quienes habitan en ciudades que conforman la cuenca del Papaloapan, también resintieron algunos de los efectos de las torrenciales lluvias, que se abatieron las madrugadas del sábado y domingo últimos.
En la tierra natal de don Rafael Arriola Molina, sus habitantes rememoraron aquel histórico pasaje, en donde el agua les llegó hasta el cuello, cubriendo el total de sus viviendas y sus sembradíos, cuando corrían los días de gobierno estatal de Rafael Murillo Vidal, personaje éste último, que dolido con lo que ocurría a toda esa región del estado de Veracruz, llegaría en plena tormenta, metido en sendas botas de hule negras, que le llegaban hasta las rodillas, un impermeable color beige y un guarura caminando a su lado, cubriéndole la cabeza con un amplio paraguas.
El aliento, de quienes conforman los niveles jerárquicos de la autoridad pública, más próximos a los sitios de la tragedia, quizá esté faltando entre miles de los afectados, que como aquí también, avistaban con un rostro demudado, cuando circulaban por la avenida Lázaro Cárdenas, y se encontraron con los ríos de agua sucia, que se salió del acueducto, cruzó la rúa en cuestión y se introdujo en el estacionamiento y demás instalaciones de la plaza comercial Animas. Como testigos fieles de lo ocurrido, quedan todavía los troncos de dos enormes árboles que fueron arrastrados y sacados a la carretera, abatidos por la embestida del líquido mencionado.
Sin embargo, había otros sectores de la otrora Atenas veracruzana, que estaban devastando calles, viviendas y dejando una estela de ocho víctimas mortales, a las cuales cayeron encima montañas de agua, lodo y piedras, sepultándolas inmediatamente, y sin posibilidades para que el resto de vecinos que acudieron al sitio de la tragedia, pudieran hacer algo para salvarlas.
Por supuesto, que la desesperanza colectiva, se adueña del sentir de las mayorías, ante el empuje de los siniestros naturales, la pandemia que sigue, la pobreza, el desempleo, las enfermedades y el no saber a ciencia cierta, qué sigue, porque pareciera que hasta se estuvieran cumpliendo las predicciones que hizoNostradamus, y que se registrarían en este 2021. Esperemos.
UNA VEZ CANCELADA LA CARTA, NIÑOS Y ADOLESCENTES, A CLASES PRESENCIALES
Tras de ser desechada la supuesta carta con que se pretendía comprometer a los padres de familia, para que sus hijos e hijas asistieran a recibir clases presenciales en las escuelas del país, cabe la expectativa de que este fin de mes habrán de reanudar labores escolares, asistiendo a las aulas, siempre y cuando se tomen todas las medidas y recomendaciones, para evitar más contagios.
Con motivo de que existía una carta-compromiso de por medio, los progenitores de las niñas y los niños, de inmediato pusieron el grito en el cielo, acusando que estaban las autoridades trastocando derechos humanos, así que la maestra Delfina Gómez, secretaria de la SEP tuvo que salir al paso, tomar al toro por sus cuernos y aclarar que el texto fue alterado, que no existe la carta y que queda prohibida radicalmente.
Todo lo contrario, reza la SEP, los padres de familia que consideren que sus hijos deben seguir recibiendo clases en línea, así se hará, pero hace la recomendación asimismo de la importancia que tiene que los estudiantes vuelvan a clases presenciales, con el fin de que socialicen y se restablezcan emocionalmente, porque el encierro, no les conviene para lograr su desarrollo personal.
Inclusive, numerosos planteles han sido remodelados, limpiados y sus jardines lucen espléndidos. Empero, hay escuelas como la primaria “Luis J. Jiménez”, en esta ciudad de Xalapa, que se encuentra sepultada, por montañas de yerbas, piedras y tierra.
El régimen federal, habría anunciado hace poco más de un año, que estaría enviando recursos monetarios para que las sociedades de padres de familia se encargaran de la limpieza de los edificios de las escuelas y que no sean las autoridades, quienes administren dichos fondos, que en el pasado lejos estaban de ser aplicados en dichas faenas.
En lo que hace a las universidades públicas y privadas, se antoja que no volverán a clases presenciales este fin de mes, porque ya arrancaron con sus labores en línea desde la semana pasada. Por ejemplo, la UNAM anunció a su comunidad académica y estudiantil, que volvería alas aulaspero de manera escalonada y no todos los días, para el grueso del alumnado.
La UV ha dicho a través de las redes sociales, que volvería a clases en salones de sus planteles, siempre y cuando se tuvieran tres semanas consecutivas bajo semáforo verde. Xalapa, particularmente, desde que inició la pandemia, ha estado en semáforo naranja, amarillo y rojo, pero no en verde.
Especialistas en materia de salud pública y epidemias, refieren que la actual pandemia no cesará en sus efectos todavía y que la humanidad en su totalidad, debe estar consciente que dicha situación va para largo tiempo, no menos. Al tiempo.
INDIGENTES DUERMEN EN PÓRTICOS DE EDIFICIOS EN PRIMER CUADRO DE XALAPA
Hay un fenómeno social, de humanidad y solidaridad que desde hace meses se viene dando en el primer cuadro de la ciudad, al cual se rehúye, pero no se resuelve consistente en el número que se eleva constantemente de indigentes que durante el día dan un espectáculo poco digno de la otrora Atenas de Veracruz y por las noches se convierten las entradas y pórticos de edificios públicos y privados en dormitorio.
La imagen del casco histórico, deja mucho que decir y desear. La afluencia turística, como bien se sabe, no es significativa. Ante la falta de playas y ríos o centros de veraneo, el común de los viajeros que llega a Xalapa, prefiere continuar su viaje, hacia los espacios que ofrecen agua, frutas y diversión como es Chachalacas, el puerto de Veracruz y Boca del Río, para citar a las zonas más cercanas.
Xalapa, habría de recibir a un viajero que tenga alguna inclinación por la cultura y los escenarios naturales y recreativos más sanos. Sin embargo, los escasos recintos destinados para brindar a su público asistente algo que pudiera enriquecerlo espiritual y emocionalmente, se mantienen cerrados sobre todo los fines de semana.
Algoviene registrándose que afecta la imagen, calidez y fraternidad humanas. El centro de la ciudad, compuesto apenas por cuatro bocacalles, es testigo de la cauda de mendigos, indigentes y pordioseros, que se apostan en los pórticos de las instituciones bancarias y otros locales y edificios.
El ir y venir de empleados, académicos y posibles estudiantes, no se fija precisamente en los que demandan un pan, un peso o el hombre que camina sentado sobre una cubeta, sus carnes desnudas, sucio y seguramente afectado de sus facultades mentales, porque defeca ante los ojos del policía que vigila celosamente la entrada principal del edificio que ocupa el pasaje Enríquez.
Más allá, mujeres, y sus pequeños hijos, claman por la ayuda que difícilmente les llega, en una ciudad de docentes y estudiantes, bolsillos desforrados, y que están a la espera de cobrar su quincena. Un adulto mayor, cachucha en su cabeza cana, manos arrugadas por los años, seguramente, con una pequeña vasija en su diestra, confía diariamente de que caerá la moneda que alguna buena alma que sale del banco, se desprenda y la destine al hombre en cuestión.
A la par, en las entradas a las dos iglesias católicas, Catedral y El Beaterio, se instalan sendos mendigos, a la hora en que los sacerdotes ofician sus misas, para demandar de sus feligreses que religiosamente concurren en día domingo a rezar la limosna que también semanalmente reclaman con la mirada perdida en cualquier punto, sin emitir palabra ni sonido alguno, simplemente estirando una de sus manos, a la que una mayoría de feligreses rehúyen sobre todo, porque en el curso del oficio, les han recomendado los clérigos que hay necesidad de seguir cuidándose ante el empuje de la epidemia, que puede ser inclusive mortal.
Empero, la cita en el corazón de la ciudad, es constante, con la cauda de indigentes, mendigos y pordioseros, sin que ninguna institución pública haga algo por ellos y resolviendo una situación social que se da todos los días y mejorar por otro lado, la imagen de la que fuera ciudad de las flores y la cultura. Es todo.