Amor «duro» hacia los hijos, ¿Cómo les afecta?
|Todos los padres saben que se necesita disciplina en el hogar para que los niños aprendan a comportarse y diferenciar lo que está bien y lo que está mal. Los niños necesitan estar cerca emocionalmente de sus padres para que esto sea así. Un niño que no siente un vínculo cercano con sus padres, simplemente no le importará las reglas que éstos puedan poner en el hogar.
El amor hacia los hijos debe ser incondicional porque solo de esta manera se sentirá aceptado por quien es y apoyado por sus progenitores todo el tiempo. La disciplina es un aspecto importante en la educación de un niño. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio entre ser un padre cariñoso y un disciplinario duro.
El amor duro ayuda a inculcar la disciplina sin hacer que los niños te tengan miedo. Tus hijos pueden resistirse a sus intentos de ser un disciplinario, lo que dificulta la disciplina. Comprender sus reacciones te ayuda a manejar la situación y sobre todo a saber cómo actuar en los momentos en que lo necesites.
AMOR DURO
El amor duro es una forma de crianza que busca lograr un equilibrio entre la disciplina estricta y el afecto. Los padres que creen en el amor duro a menudo usan frases como: «Estoy haciendo esto porque te quiero» o «Tenemos que corregir este error para que crezcas y seas un adulto responsable». El amor duro ayuda a inculcar disciplina y responsabilidad en los niños. También ayuda a desarrollar la autoestima y alienta el comportamiento respetuoso… Pero esto solo tendrá lugar si realmente se encuentra el equilibrio.
En el caso que tu balanza recaiga más en la disciplina estricta, entonces es más que probable que tu hijo crezca teniendo sentimientos de inseguridad e incapacidad. Por eso es tan importante aprender a encontrar el equilibrio, tanto por la crianza que les regalas cada día a tus hijos como por su desarrollo.
ENFADO
Los niños se enfadan siempre que tienen que sufrir las consecuencias de sus acciones. A menudo dirigirán la ira al padre, al cuidador u otros niños en la casa. Debes ayudar al niño a redirigir la ira explicando el error y la consecuencia posterior. El niño también puede pensar que estás enfadado con él y, posteriormente, se puede enfadar consigo mismo. Después de aplicar las consecuencias, permite que el niño se disculpe y hazle entender que estabas enfadado por su error y acción, no por él.
Es importante que en los enfado separes las acciones del niño. De esta manera el pequeño aprenderá a responsabilizarse de sus acciones en lugar de sentirse mal por «cómo se supone que es»:
RABIETAS
Los niños entienden los errores que cometen y a menudo tienen rabietas para evitar el castigo o las consecuencias a sus acciones. Las rabietas dependen de la edad; por ejemplo, los niños pequeños llorarán, mientras que los niños mayores darán golpes o te gritarán. Debes ignorar al niño por un tiempo hasta que se tranquilice y luego aplicar las consecuencias.
Prestar atención a la rabieta motiva al niño a comportarse mal y te dificulta administrar las consecuencias, que en cierto modo es el objetivo del niño. Después del berrinche, sin embargo, puedes castigar al niño y hacer que comprenda el error.
CONSIDERACIONES
El amor duro ayuda a inculcar la disciplina en los niños a una edad temprana. Sin embargo, a medida que los niños crecen, se vuelven rebeldes y a menudo responden o rechazan las consecuencias que quieras aplicar. La comunicación y la coherencia ayudan a los niños a comprender que las acciones tienen consecuencias. Además, tienes que ser cariñoso con tus hijos. También debes establecer reglas y esbozar cuidadosamente las consecuencias de forma temprana. A medida que los niños crecen, puedes involucrarlos en la elaboración de las reglas y la selección de los castigos. Esto hace que los niños diferencien entre comportamiento aceptable y no aceptable.