Errores del gobernante, por malos colaboradores
|Errores del gobernante, por malos colaboradores
Reynaldo Escobar
El mejor ejemplo de que la corrupción gubernamental está vigente, acaba de darse ahora porque involucra a grandes personalidades que han traicionado la confianza pública y por ello son tema de interés nacional.
Atraen poderosamente la atención y sirven para el análisis político, dada la cercanía con el gobierno de la 4T, al señalarse en redes sociales y medios de comunicación, que el abogado Julio Scherer Ibarra, exoonsejero Jurídico Presidencial, quien tendrá que justificar el porqué después de tres años de cercanía y notable influencia con el poder político, “presentó” su renuncia aparentemente sin causa justificada.
Enarbolando la bandera de la honestidad del gobierno en turno, dejaron ir sin explicación alguna, al abogado de mayor confianza y cercanía con el titular del ejecutivo, por lo que de ser cierta la información difundida, la FGR de Gertz Manero, debe abrir una escrupulosa investigación para esclarecer el monto y origen del dinero, y conocer la causa de su protección en el extranjero, como si se tratara de recursos de procedencia ilícita. De todos los que formaron parte del gabinete legal y ampliado desde que comenzó el actual periodo presidencial, en relación con la noticia ayer difundida de las cerca de tres mil cuentas e inversiones de mexicanos en paraísos fiscales en el extranjero, el pueblo espera conocer el verdadero fondo de cada una de las renuncias, puesto que el prestigio del ejecutivo está en riesgo de caer estrepitosamente en las encuestas y un gran número de quienes lo apoyaron en la elección de 2018, podrían votar por la terminación anticipada o la revocación del mandato de AMLO.
Cuánta razón tenía Nicolás Maquiavelo en su obra “el Príncipe”, escrita hace más de 500 años y con plena vigencia y actualidad, al hacer la recomendación a los gobernantes, para “no cometer el error de incluir en la elección de sus colaboradores a los incapaces, infieles, que contribuyen a crearle una mala reputación”, demostrando con ello la falta de cordura del Príncipe.