Respeto para Ifigenia, prócer del feminismo
|Respeto para Ifigenia, prócer del feminismo
Reynaldo Escobar
Los comentarios y análisis de politólogos y comunicadores nacionales, han relatado el incidente que se desató con el llamado de la senadora Lilly Téllez, a protestar los incumplimientos del presidente Andrés Manuel López Obrador, aprovechando su presencia en el senado de la República, pues era el invitado especial para entregar la medalla Belisario Domínguez.
La polémica generada por el radicalismo de la senadora Téllez y la tozudez del presidente AMLO, quien advirtió que no contarían con su presencia en el senado, pretextando que se debe guardar respeto a su investidura presidencial, generó una polarización mayor a la que se ha impuesto desde Palacio Nacional desde el inicio del presente sexenio, al dividir a los mexicanos entre ricos y pobres.
¿Qué culpa tiene la maestra Ifigenia Martínez?, mujer académicamente preparada, catedrática universitaria, diplomática y luchadora social, del desaire que con su inasistencia al senado, está marcando el titular del ejecutivo federal, ampliando la polarización en vez de conciliar a las fuerzas opositoras, con el ánimo de alcanzar la unidad nacional, que es la única forma de mantener la estabilidad y El Progreso en nuestro país.
La profesora Ifigenia Martínez Hernández nació un 16 de junio de 1930 y se le recuerda por su participación activa apoyando el movimiento estudiantil de 1968; después como integrante del frente democrático nacional al lado del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y de Porfirio Muñoz Ledo, ésta trilogía dio lugar a la fundación del PRD, que constituye el cimiente del partido Morena; pues no hay que olvidar que AMLO relevó a Porfirio Muñoz Ledo en la dirigencia nacional del PRD y ambos personajes encabezaron la fundación de Morena.
Cierto que la senadora Ifigenia Martínez tiene méritos suficientes para recibir la medalla Belisario Domínguez por el símil que representa su convicción de luchadora social, igual que el senador chiapaneco Belisario Domínguez, quien fustigó desde el senado al general Victoriano Huerta, golpista y asesino del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suarez.
La solemnidad de la entrega de la medalla Belisario Domínguez, debe estar por encima de intereses partidarios y de pleitos parlamentarios y en quien debe imperar la razón, como fiel de la balanza, nuevamente ha sido dominado por su carácter beligerante en contra de la senadora Téllez.