Químicos de uso común podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama
|- Químicos incluidos en productos cotidianos, como aditivos alimentarios, tintes de pelo o retardantes de llama en el mobiliario, pueden aumentar los estrógenos y la progesterona, hormonas asociadas a más riesgo de cáncer de mama.
Todos nos exponemos a diario a una amplia variedad de químicos sintéticos a través de productos que usamos o de los alimentos que ingerimos, y los efectos de muchas de esas sustancias sobre la salud no se conocen todavía. Ahora, un nuevo estudio muestra que varios cientos de químicos de uso común, entre los que se incluyen pesticidas, ingredientes de productos de consumo, aditivos alimentarios y contaminantes presentes en el agua potable podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama al provocar que las células de los tejidos mamarios produzcan más cantidad de estrógenos o progesterona.
“La conexión entre estrógenos y progesterona y cáncer de mama está bien establecida”, ha afirmado el coautor del trabajo Ruthann Rudel, toxicólogo y director de investigación en el Silent Spring Institute, que añade que “deberíamos ser extremadamente cautos con los químicos presentes en productos que aumenten los niveles de estas hormonas en el organismo”.
71 químicos incluidos en productos de uso personal como tintes de pelo, en materiales de construcción o mobiliario y en pesticidas, incrementaban los niveles de estradiol y progesterona
Por ejemplo, en 2002, cuando el estudio Women’s Health Initiative encontró que la terapia de reemplazo hormonal se asociaba con un incremento del riesgo de cáncer de mama, las mujeres dejaron de tomar esos fármacos y las tasas de incidencia de la enfermedad disminuyeron. Rudel señala que precisamente “una de las terapias más habituales para tratar el cáncer de mama son un tipo de medicamentos denominados inhibidores de la aromatasa, que reducen los niveles de estrógenos en el cuerpo privando a estas células cancerosas de las hormonas que necesitan para crecer”.
Sustancias químicas que aumentan el estradiol o la progesterona
Para identificar los químicos que suponen un factor de riesgo para desarrollar este tipo de cáncer Rudel y Bethsaida Cardona, investigadora también del Silent Spring Institute, revisaron datos de más de 2.000 químicos incluidos en el programa ToxCast de la Agencia Estadounidense de Protección Medioambiental, cuyo objetivo es mejorar la capacidad de los científicos para predecir si un químico puede ser dañino para la salud, o no. El programa emplea tecnología de cribado de químicos automatizada para exponer a células vivas a estos químicos y examinar los diferentes cambios biológicos que provocan.
“Deberíamos ser extremadamente cautos con los químicos presentes en productos que aumenten los niveles de estas hormonas (estrógenos y progesterona) en el organismo”
Rudel y Cardona identificaron 296 químicos que incrementaban el estradiol –una forma de estrógeno– o la progesterona en células de laboratorio. Además, comprobaron que 71 químicos incluidos como ingredientes de productos de uso personal como tintes de pelo, y en retardantes de llama presentes en materiales de construcción o mobiliario, y en un gran número de pesticidas, incrementaban los niveles de ambas hormonas.
Los resultados de la investigación se han publicado en Environmental Health Perspectives, y sus autores no han descubierto aún cómo actúan estos químicos sobre las células para hacer que produzcan dichas hormonas, aunque podrían actuar como activadores de la aromatasa, por ejemplo, lo que conduciría a aumentar los niveles de estrógenos, ha señalado Cardona. “Lo que sabemos es que las mujeres están expuestas a múltiples químicos procedentes de numerosas fuentes cotidianas, y que estas exposiciones están creciendo”.
Sugieren medidas para reducir la exposición a estas sustancias, especialmente en periodos críticos del desarrollo, como la pubertad o el embarazo, cuando las mamas experimentan importantes cambios
Los investigadores esperan que su estudio sirva como llamamiento para que los responsables de regular y fabricar estos productos hagan test a los químicos para comprobar su seguridad. En su estudio también resaltan una serie de recomendaciones para mejorar estos test para que puedan ayudar a identificar potenciales carcinógenos de mama antes de que estos sean incluidos en los productos, y sugieren medidas para reducir la exposición de las personas a estas sustancias, especialmente durante periodos críticos del desarrollo, como durante la pubertad o el embarazo, cuando las mamas experimentan importantes cambios.