EN ESTE PAÍS, HUBO Y HAY LOS MÉDICOS QUE SIRVEN AL PUEBLO

60 SEGUNDOS

*RAUL GONZALEZ RIVERA

EN ESTE PAÍS, HUBO Y HAY LOS MÉDICOS QUE SIRVEN AL PUEBLO

Todo pasado fue mejor, dirían quienes supieron de las bondades que les heredó la lucha armada de 1910.

                Las generaciones que incluyen a los abuelos y bisabuelos de aquellos ayeres se escuchaba decir que gracias a don Porfirio Díaz, los mexicanos habían disfrutado de muchos años de tranquilidad y paz social.

                Su régimen se deben las grandes construcciones, que permanecen como fieles testimonios de aquel periodo de la vida pública nacional, que los analistas y escribidores de aquella época calificaron como la dictadura de Díaz.

                Sin embargo, también, el régimen inauguró la primera universidad nacional, antecedente histórico de la que posteriormente sería la UNAM, catalogada hoy día, como una de las mejores diez universidades del mundo. Y por la máxima casa de estudios, se cuenta que hablan cinco millones de egresados de sus 63 carreras y facultades.

                En los años 30 del pasado siglo XX, la Facultad Nacional de Medicina, se transformó en semillero de los primeros médicos cirujanos que el país registraba, puesto que en la provincia o no había facultades de medicina o sencillamente, una minoría de egresados de los bachilleratos, optaban por incursionar en aulas de la institución mencionada anteriormente.

                Cuenta la página de aquellos años, que procedentes de esta ciudad, un puñado de apenas de Xalapa, diez o quince jóvenes viajaron a la ciudad de México, para inscribirse en la facultad de Medicina, porque no había otra y ésta, comenzaba a fortalecer su imagen con la formación de auténticos guardianes de la salud pública.

                A esa generación, egresada de médicos cirujano, del año 37, permítasenos por esta vez hablar en forma personal, salía con honores de haber sido un brillante estudiante, el doctor Raúl  González  Castillo, el hijo del maquinista ferrocarril, que durante la época revolucionaria, habría transportado en una máquina de vapor a los dorados del general Francisco Villa entre las ciudades de Veracruz, puerto y Xalapa y viceversa.

                Ya con su título de médico cirujano y el texto del juramento de Hipócrates, bajo su brazo, reflexionaría hacia donde encaminaría pasos para poder desarrollar sus conocimientos y servicios de galeno. No quiso quedar en la ciudad de un millón de habitantes que en aquel entonces era la que habitaba en la capital del país.

                Así que viajaría a la fría localidad de Las Vigas, que más tarde adoptaría el apellido del maestro rural Rafael Ramírez, que le impuso el gobernador Fernando López Arias. Y en la municipalidad emprendería un ejercicio de atención a la salud de las familias vigueñas, por espacio de 35 años ininterrumpidos, cuando no había antibióticos, ni hospitales, ni clínicas, tampoco existían el IMSS ni el ISSSTE. Un verdadero ejercicio de héroes, que los herederos ancestrales de las familias del galeno todavía guardan en su memoria y recuerdo.

                La medicina que ofrecieron galenos forjados con entera vocación, en aquellos ayeres, prácticamente era regalada.

 En Las Vigas al médico no pagaban honorarios, por sus consultas y tratamientos. Su paga la realizaban en especie, haciéndole la entrega de gallinas, patos, frutas, lácteos, quesos y el profesional quedaba satisfecho, así pueblo y galeno, suscribieron por caso, mil autopsias, como parte del trabajo tesonero y dedicado de un profesional de la medicina, egresado de la antigua facultad de medicina, la primera que abrió puertas en la sede de la que sería más tarde la UNAM.

Y por añadidura, uno de los siete médicos, que habiendo tenido sus orígenes en la otrora Atenas veracruzana, fueron a la ciudad de México, estudiaron medicina y volvieron a esta provincia, para ejercer en favor de la salud pública. Su justa función de servicio a la sociedad, quedó de antemano en el conocimiento y cariño de miles de pacientes, atendidos en aquellos consultorios en colores blanco y gris, pero con el entusiasmo puesto por delante. Justo es citarlo, en ocasión de haberse celebrado el día del médico, apenas el pasado 22 de los corrientes. Al tiempo.

UV A TRAVÉS DE LA HISTORIA, HA DEMOSTRADO SU FUNCIÓN SOCIAL

La Universidad Veracruzana, desde su fundación ha cumplido su misión de formar los cuadros de profesionales que la sociedad ha necesitado, para su atención y respuesta a los problemas comunes de una sociedad surgida del último movimiento armado, que fue la Revolución de 1910.

Y particularmente, cada facultad podría brindar una información pormenorizada de su asiento y paso por la historia de la entidad, empero, no hay institución que no haya tenido ni tenga una relación directa con los diversos grupos que conforman la sociedad veracruzana. Desde sus años estudiantiles, los futuros profesionales de la medicina, la odontología, la educación física, el periodismo y la facultad de Derecho, rinden una atención a esa parte de la colectividad que requiere atención profesional y sin costo para sus bolsillos.

Universidad, de manera ortodoxa, quiere decir universalidad del conocimiento, las ideas, los planes y proyectos que conforman el cotidiano hacer de la vida cotidiana y social de los ciudadanos veracruzanos. Luego entonces, su personal académico, es sabedor y está en el entendido de que las cosas han de caminar en un ambiente de paz social, gracias a la intervención de sus distintos profesionales, ya sean de la ciencia matemática, la médica y la social y jurídica.

Es en el seno de la universidad y particularmente, en cada una de sus facultades, en donde un flujo de distintas ideas va a dar lugar a la democratización del saber y el conocimiento científico. Los académicos, desde las aulas. Los investigadores, a través de sus textos documentados acerca de los tantos fenómeno que tienen que ver con el correr del tiempo y la vida de los habitantes de cada trozo de tierra veracruzana.

Vamos al grano: mucho se ha dicho que la enseñanza-aprendizaje en la facultad de Derecho es vertical, es decir de arriba hacia abajo, y no es precisamente así en la realidad. Para quienes tuvimos la generosa oportunidad de coadyuvar a forjar jóvenes con juicio crítico, lecturas por semana y mes, participaciones en la representación de actores y hechos de la vida real, pudieron dar cuenta de que el contenido de la carrera, no era solamente releer y asimilar de memoria textos constitucionales y el articulado de los códigos.

 La materia era algo más, que debía ver con concientización acerca de las problemáticas que afronta toda la sociedad, y la expectativa de que dichos jóvenes coadyuvaran a resolver en la cotidianidad los problemas sociales.

Esto quiere decir, que la institución, cuando abrió sus puertas al debate sobre las distintas ideologías que imperaban en el país y pudo llegar al aula magna, sin ningún tropiezo un hombre leyenda del  partido comunista, luego de los trabajadores, como Heberto Castillo Martínez y de la misma forma, los universitarios veracruzanos, se habrían sumado al estallido del movimiento estudiantil del 68, para demandar del régimen imperante, las libertades más elementales de respeto a la palabra y los derechos humanos, es que nuestra facultad de Derecho, estaba a la vanguardia, en el campo de las ideas.

Otro histórico momento, al abrirse al debate de los candidatos a la presidencia municipal, con intervención de abanderados de todos los partidos existentes en aquel proceso, nunca olvidado, porque se advertía que el régimen gobernante era de extracción priista, y que no permitiría el osado debate, lo cual no ocurrió, se dio, con la apertura consecuente y los muchachos, pudieron conocer cuántas ideologías había en el escenario y de viva voz.

A invitación del candidato panista Vicente Fox Quezada, habrían partido al puerto de Veracruz 200 aspirantes a ser licenciados en derecho en aquella fecha, para testimoniar su simpatía al candidato presidencial del PAN.

Y de manera directa, el bufete jurídico de la misma facultad, ya por espacio de  cuatro o cinco décadas, atiende desde su  reducido despacho, allá en el edificio Xalapa, dando la asesoría legal y jurídica a los grupos y personas más pobres de la ciudad, en un auténtico servicio, con el cual la facultad mantiene trato permanente y cotidiano con los sectores más necesitados, sobre todo en tiempos en los que las carencias parecieran superar los esfuerzos  muchas veces de quienes los atienden y ven por los más urgidos de todo. Esperemos.

CMAS NO CUMPLIÓ PROMESA DE REDUCIR LOS COSTOS A USUARIOS

Se cuentan mil historias acerca de los millonarios gastos, inversiones fantasiosas y el abultado monto de salarios que devengan algunos de los más soberbios funcionarios que tienen bajo sus riendas el manejo de la CMAS (Comisión municipal de agua y saneamiento).

Lo que para nadie pasa desapercibido, es que la CMAS al arrancar sus gestiones arremetería contra sus antecesores, acusándolos ante la Fiscalía del estado, de un desvío de recursos monetarios que a decir suyo, alcanzó los 70 millones de pesos.

Sin embargo, a tres años de distancia, el tema fue silenciado radicalmente. Y ninguno de los ex funcionarios encargados de la CMAS en la administración de Américo Zúñiga Martínez jamás ha sido molestado ni con el pétalo de una rosa. Empero, se difunde ahora que el saqueo es mayúsculo y que aquella deuda del pasado, no deja de ser minúscula, para la herencia que dejará la comisión en cuestión al alcalde Ricardo Ahued Bardahuil.

La plantilla de colaboradores de CMAS creció enormidades y los salarios que devengan, en algunos ejemplos, son superiores a los que devenga el mejor pagado de los funcionarios públicos del gobierno del estado, por caso.

Nomás pregunte usted, cuánto cuesta una toma de agua para el común de ciudadanos, y sus precios van de los 18 a 25 mil pesos, cuando se creía que las últimas que cobró el abogado Ribay en nombre de la CMAS, ya eran muy caras, andaban en los tres mil pesos. Quizá todo esto sea un cuento, pero lo que nadie puede dejar de citar son los montos abultados, que impone la comisión en cada recibo de consumo mensual a los usuarios, los cuales en mayoría aplastante tienen que pagar consumos, a semejanza de quien tiene una alberca en su vivienda.

En linderos de la CMAS, algunos aguzados y mentirosos funcionarios, que ya están con un pie afuera como queriendo fugarse de la ciudad y ponerse fuera de la vista de cuanto usuario o inspector financiero, andan diciendo que su jefe, el alcalde de la ciudad, ya se encuentra en actos de la entrega recepción, y que en dicha entrega, salió insólitamente más limpio que las aguas negras de los lagos de El Dique.

 Sin embargo, hay quienes de buena fuente confirman que no hay nada de ese tema, porque el alcalde Ricardo Ahued, en efecto, encabezará la entrega recepción, pero en los primeros días del próximo mes de diciembre, no antes. Si se hace una comparación con pagos de luz eléctrica, el agua cuesta 400 veces más que aquella. Es todo.