Más dura será la caída: el Western pop exagerado
|- Es un chaleco reflectante en mitad de una autopista: lo vas a ver porque está ahí para que así sea.
Crítica de Más dura será la caída, dirigida por Jeymes Samuel y escrita junto a Boaz Yakin. El western de Netflix está protagonizado por Jonathan Majors, Idris Elba, Zazie Beetz, Regina King y Delroy Lindo, entre otros artistas. El estreno de Más dura será la caída es el 4 de noviembre de 2021.
La secuencia de apertura de Más dura será la caída (The Harder They Fall) no solo es la base sobre la que se cimenta la historia de la película, sino que es una declaración de intenciones de su propuesta: un western con estilo, exagerado, violento y salvaje… mente repetitivo.
Jeymes Samuel escribe y dirige la nueva película de Netflix con un reparto de actores de la talla de Idris Elba (Thor: Ragnarok, Cats), Zazie Beetz (Joker, Deadpool 2), Jonathan Majors (Loki) o Regina King (El blues de Beale Street).
Nat Love (Jonathan Majors) es un forajido que se ha ganado cierta fama atracando a los atracadores de bancos. Una moral particular, pero una, al fin y al cabo. Su cuadrilla de pistoleros la completan Mary Fields (Zazie Beetz), Jim Beckworth (RJ Cyler) y Bill Pickett (Edi Gathegi), y su última misión será la más peligrosa de todas.
El demonio vuelve a caminar sobre la tierra, que dirían los ciudadanos de Redwood. Rufus Buck (Idris Elba) ha salido de prisión y con él revive la gran venganza de Nat Love, que se lanzará en su búsqueda para saldar la deuda que los une.
Para aderezar la historia, Jeymes Samuel tira del drama racial para presentarnos un western que se ríe de una parte de sus normas, reformula otras y resucita las más arcaicas para devolverlas en forma de sarcamo.
Los diálogos van a ser una parte fundamental del desarrollo estilístico de Más dura será la caída. Como decíamos en el párrafo que encabeza esta reseña, las influencias de Samuel apuntan directa e inequívocamente hacia Quentin Tarantino, como una suerte de fan que se ha imbuído con las características del cine del director de Django Desencadenado.
El western de Netflix desarrolla sus escenas basando toda su fuerza en las palabras de sus personajes. Son monólogos relativamente sesudos, especialmente cuando salen con la visceralidad tan contenida de Idris Elba.
Y es que el estilo es uno de los rasgos identificativos de la película. Desde la banda sonora hasta los decorados, la puesta en escena o sus excesivos silencios dramáticos. Acompañados de algunas dosis de salvajismo y violencia, el documento identificativo de Más dura será la caída está listo para su revisión.
La dirección de Jeymes Samuel presta mucha atención al movimiento de sus personajes en escena. Y es una absoluta delicia. La fuerza que consigue aportar a cada mirada, cada gesto y cada paso hacen de la película una interesantísima revisión de un cine de arquetipos del que bebe inevitablemente.
El apartado narrativo de la película es el que no hace justicia a ese envoltorio de estilo que con tanta obsesión han desarrollado. La estructura inicial se repite hasta en tres ocasiones consecutivas, construyendo un hilo de secuencias cuya repetición termina lastrando la evolución de la historia.
Ese camino de principio a fin nos lo presentan a saltos, con secuencias independientes en pequeñas entregas que hablan sobre la personalidad de sus protagonistas, pero no facilitan el hilo narrativo que nos debe mantener en vilo.
El bajón se hace más evidente a la mitad de metraje para torpedear el arranque del último tramo de la película con un detonante que no tiene ni pies ni cabeza como plan de ataque. ¿Qué es lo más interesante? Que la capacidad interpretativa de sus personajes y el orgulloso estilo de dirección consiguen convertir el clímax en algo memorable que nos dejará con mejor sabor de boca del esperado.