DESATINOCRACIA
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Por Juan Baizabal
Las manifestaciones derivadas de la designación de José Antonio Romero Tellaeche como director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (CIDE) se intensificaron el pasado fin de semana.
Estudiantes y egresados del CIDE, acompañados de estudiantes de la IBERO campus Ciudad de México, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), marcharon el sábado pasado, por la defensa de dicha institución educativa.
Entre las preocupaciones por parte de los manifestantes, se encuentra el rumbo que tomará el CIDE y la libertad de cátedra e investigación, dado que Romero Tellaeche es una persona cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Temen que el centro universitario sea a fin al actual gobierno y que sea utilizado para dotar (regalar) títulos de licenciatura, maestría y doctorado, a simpatizantes y colaboradores del mandatario federal.
A lo que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) ha solicitado a los estudiantes, liberar lo más pronto posible las instalaciones del CIDE, argumentando que tal nombramiento se hizo con apego al Estatuto General; y a cambio prometido la cancelación de colegiaturas y cuotas en todos los programas educativos.
Hay que recordar que el presidente Andrés Manuel López Obrador, en reiteradas ocasiones ha desmeritado a las instituciones de educación superior que, a su juicio, han perdido seriedad educativa y han ofertado en su mayoría, programas neoliberales.
Hoy en el CIDE, pero mañana puede ser la UNAM, así como otras universidades con renombre estatal.
Cabe citar el artículo tercero constitucional, que en su fracción VII refiere que:
“Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones” (CPEUM, 2021).
El gobierno no debe perder el respeto a la libertad de cátedra ni de investigación, coartar ni dirigir a las instituciones de educación superior. Se debe mantener el respeto que emana nuestra Constitución Política, de lo contrario, todos perderemos. Hoy por el CIDE, defendamos la educación libre y sin censura.