Ante la imparable alza en el precio de alimentos Ni pavo, ni bacalao en la mesa de millones de familias mexicanas
|- Compartir el pan y el vino: un mandato no acatado
Amadeus Olivarex
Martínez de la Torre, Ver.
Un año más sin pavo, ni bacalao en la mesa de millones de familias mexicanas, para celebrar el nacimiento de Jesús de Nazareth, pues la imparable alza en los precios de los alimentos básicos, al igual que sucede en el campo de las medicinas, necesarias para el tratamiento de personas enfermas, impedirán darse ese gusto, al menos una vez cada doce meses, se escucha entre población de escasos recursos.
Por lo que una vez más, desde tiempos del imperio romano, que prevaleció más de 400 años después de Cristo, el mandato de compartir “el pan y el vino” carece de vigencia, al menos para más de la mitad de la población, creyente o no en términos religiosos. Así que un pollito rostizado o unas órdenes de tacos “al pastor”, suplirán al pavo relleno o la pierna de cerdo envinada. Y menos hablemos de intercambio de regalos: cuando mucho un intercambio de abrazos y buenos deseos será lo posible, se anticipó.