PRIISTAS SIN NINGUNA IDEOLOGÍA SALEN A CRITICAR A LUIS DONALDO COLOSIO RIOJAS

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

PRIISTAS SIN NINGUNA IDEOLOGÍA SALEN A CRITICAR A LUIS DONALDO COLOSIO RIOJAS

                En lugar de presumir que el partido dinosáurico del PRI también se nutre de la nueva savia que representan los jóvenes, sale a cuestionar el por qué el joven abogado Luis Donaldo Colosio Riojas anda en política y bien puede ser el candidato presidencial idóneo de ese partido en el 2024.

                Tenían que ser algunos viejos líderes del ex partido aplanadora, quienes no coinciden con la presencia de Colosio Jr. En futuras contiendas políticas, porque un mundo de jóvenes, quizá 62 millones estén pensando que bien podría experimentar votando en ese año, por una carta joven, quizá el menor del resto de los precandidatos, que ya andan en precampaña política.

                La pregunta sería, acaso, el viejo régimen no iba en caída estrepitosa cuando surgió como candidato presidencial Colosio Murrieta, un político diferente a cuantos habían surgido desde las trincheras del PRI en los años 80 y 90 del pasado siglo XX.

                Su discurso sonó moderno, convincente, y con su magnicidio demostró que el pueblo mexicano había visto perder precisamente la oportunidad histórica de contar con un presidente distinto a cuantos hasta ese entonces surgieron como Miguel de la Madrid, José López Portillo, Luis Echeverría y el peor de todos, don Gustavo Díaz Ordaz. El México, posterior al acto de barbarie ejecutado en Lomas Taurinas, Tijuana, lo confirmaría, siendo diferente desde entonces.

serviles al patrón que sirven actualmente, y se permiten la oportunidad de conformar la imagen nacionalmente de un joven priista, sin decirlo personalmente, existen las huestes que ya difunden su nombre y apellidos.

                La vida pública nacional, se merece la oportunidad de pegar el gran salto a un juego democrático auténtico, a la pluralidad real y verdadera, precisamente cuando han transitado los primeros 20 años del presente siglo XXI.

                La encuesta, que ya es del dominio nacional y que llevó a cabo el periódico Reforma, es más que elocuente. Es decir, nomás reflexione en los numeritos que presenta, en la competición Marcelo Ebrard, ocupa un primer lugar, seguido de Claudia Sheinbaum, pero tercero ya lo ocupa Luis Donaldo Colosio Riojas, al que le siguen Marko Cortés, dirigente nacional del PAN y en el último escalón, se aprecia el nombre del senador Ricardo Monreal.

                 Luego entonces, es un joven, al que conoce gran parte del electorado, por las razones que usted quiera y mande. Es abogado de profesión y actualmente ocupa el puesto de presidente municipal de Monterrey, estado de Nuevo León. Tiene 33 años de edad y en tres años más, contará con 39 años, y el viejo régimen, cuenta en la persona de Miguel Alemán Valdés, al personaje que a los 38 ocupó la presidencia de la república.

                Si la alianza se fortalece entre socios priistas, perredistas y panistas, bien podrían volver a ver la luz al final del túnel, sobre todo, que abanderarían la causa de un joven surgido de las trincheras no precisamente priistas, pero que vale la pena que lo intenten con una alianza de partidos, lo cual la sociedad aceptaría y bien, seguramente. Al tiempo.

UNA CAMADA NO PRECISAMENTE DE HONESTOS, ESTÁ  PRÓXIMA AL RELEVO DE EDILES EN XALAPA

                Una nueva administración, conformada de algunos honestos y varias personas amantes de la corrupción, según cuentan sus antecedentes, pero que convencieron a quien debían para ocupar cargos edilicios, está por iniciar labores públicas, cortando el paso a una camarilla que al final del día nadie sabe en la ciudad, para quién trabajó, porque la ciudad, es un desastre.

                Los xalapeños hace mucho que no ven la suya. Escuchan en las conferencias mañaneras que los bienes de la nación llegan a numerosas municipalidades, pero a Xalapa no. La capital del estado, difícilmente puede ser comparada siquiera a las capitales de Tabasco y Puebla. Los rezagos, abandono y olvido institucionales de la otrora Atenas de Veracruz, según se cuenta, llevará muchos años por delante intentarlo sin conseguirlo.

                La vida de los xalapeños hasta los años 80 del pasado siglo, fue alegre, sencilla, sin grandes congestionamientos viales, sus mercados trabajando como relojitos suizos, con una gran puntualidad, limpieza e higiene. Sus autoridades municipales, mantenían permanentemente la relación con sus representados, saliendo a las calles, internándose en las colonias y fraccionamientos habitacionales, sin ningún temor, porque las pandillas eran inexistentes y los colonos solían ofrecer lo mejor de aquellos, para el desenvolvimiento de la ciudad.

                El teatro, la música, el cine, el deporte llanero y la caminata en las pistas del monumental estadio “general Heriberto Jara”, formaban parte de la vida que cotidianamente representaban              los habitantes de la capital, sin ninguna de las presiones a que está sometida su población actualmente.

 Para gran parte de las familias buenas, saber ahora, que ciudad es rehén de los taxistas y que ningún automovilista, excepto el negocio de las grúas, lo pueden explotar solamente los influyentes, quienes aparcan sus unidades sobre la avenida 20 de Noviembre, ofreciendo un espectáculo grotesco de influyentismo y lo otro, que estorban a un tránsito cotidianamente local y de paso por la ciudad.

Lo que hace presumir, que de la que fuera Atenas de Veracruz, no queda ni rastro. La cultura se demuestra con la constante de atracos que se cometen por parte de la policía vial y las grúas, en contra de pacíficos ciudadanos, pero cabe preguntar, ante quién pueden denunciar, quejarse o demandar estos actos de prepotencia y vasallaje, que o bien los actores principales de las áreas, hacia donde pudieran ser canalizadas sus quejas, nunca se encuentran, están muy ocupados y en otro sentido las reclamaciones públicas, como el viento a Juárez, a nadie absolutamente  incomoda, ni resuelve en favor de la gente.

Bueno, el alcalde Ricardo Ahued, es un personaje bien intencionado y que mucho de lo malo que suele ocurrir en la vida cotidiana de la ciudad, seguramente lo va a remediar, lo cual se espera que sea superior al estado en que le van a hacer entrega de una ciudad con marcado abandono, con el cierre de miles de negocios, repleta de pobreza y mendigos y construcciones irregulares, eso sí, la obra monumental del ayuntamiento que se va, será la ciclovia, que ningún ciclista utiliza. Esperemos.

VIAJEROS DE PUEBLA Y QUERÉTARO LLEGABAN EN DÍAS PRENAVIDEÑOS A LAS VIGAS DE RAMÍREZ

Entonces el frio calaba más profundamente en los huesos de las manos y los brazos, de aquellos estudiosos del mundo silvícola que no se conformaban con que les contaran de las bellezas naturales que se erigían en la montaña del Cofre de Perote y en sus poblados circunvecinos, como históricamente fue las Vigas de Ramírez.

Un sorbo de sidra Lagar, de los González, quienes elaboraban el “champagne” de la región, a la que acompañaban con unas enchiladas verdes, queso de cabra, las cuales comían en el pequeño local que servía para la venta delos productos señalados, para una afluencia de avecindados en la sierra y las colonias frías también de la municipalidad en cuestión.

A las Vigas, se emulaba a las ciudades cuyo invierno dominaba haciéndoles caer nieve y bancos de aguanieve. A mediados del pasado siglo xx, todos se conocían e identificaban en inmediaciones de la región, repleta de pinos, con olor a resina que brotaba de los mismos y otras bellezas de una naturaleza extraordinaria, proveyendo a la vista de las personas, todo un espectáculo, que solo en algunas de las montañas de Canadá y los Estados Unidos, es posible presenciar en temporada invernal.

 Empero, como lo describe el escritor Sergio Galindo en su genial obra bajo el título de El Bordo, un lugar lindo con mucha neblina, mucha neblina.

Ciertamente, una espesa neblina cubre el húmedo paisaje y la visión de los habitantes del poblado de las Vigas, Veracruz. Dice el escritor xalapeño:  Son blancas cortinas que caen sobre la mirada, que cubren las ventanas y ocultan la cálida intimidad de las alcobas.

Son estos últimos días del mes de diciembre y el año que se va, cuando la llegada de viajeros estadounidense y canadienses se hacía más persistente. El común quería beber el “champagne” de los González, otro más el pulque. En la cantina, con piso a base de tablones de madera, repleta de aserrín, en la que insólitamente caían cenizas de los cigarrillos y puros, sin levantar polvaredas de fuego.

Se comía carne de borrego, de chivo y hasta de cabra. La gente buscaba acampar en las inmediaciones del cofre de Perote y los campos verdísimos de las Vigas, para encender fogatas, muchos volverían romántica su estadía, lejos del ruido de las ciudades más urbanizadas y sin los temores que ahora sería imposible que lo hicieran, por el temor a ser atracados y hasta asesinados con grupos de bandoleros.

Entonces, salían legiones de trayleres y camiones de redilas cargados hasta el tope de manzanas, ciruelas, peras y papa, con rumbo a los más diversos mercados del resto del país. La pobreza no se transparentaba fácilmente, el común de leñadores tenía casita propia, comía él y su familia tres veces al día y la fraternidad era por encima de la violencia que años más tarde acabó con aquel paisaje de emociones   sin igual en un país como éste. Es Todo.