Anne Carson, tragedia de la belleza
|- La escritora revisa, en su más reciente libro, el arquetipo de la mujer como argumento que justifica todo tipo de guerras e injusticias.
CIUDAD DE MÉXICO.
La sociedad siempre ha utilizado la belleza de una mujer como un pretexto para eclipsar su inteligencia y su pensamiento.
También la ha empleado como argumento para justificar todo tipo de guerras e injusticias y así lo captura la escritora Anne Carson (Toronto, 1950), ganadora del Premio Princesa de Asturias 2020, en Norma Jeane Baker de Troya, su más reciente libro.
Editado por Vaso Roto, el libro convoca a las dos Helena de Troya, descritas por Eurípides, a Norma Baker y a Marilyn Monroe, en una obra de teatro contemporánea que rompe el tiempo y el espacio para demostrar que no han cambiado los prejuicios, pese al paso de los siglos, y se sigue juzgando a la mujer por su belleza, comenta la editora María Fuentes.
Y abunda: “Pero si lo que queremos saber es cuántas Helenas de Troya hay en este momento a nuestro alrededor, bastará con plantearnos cuántas mujeres han sido eclipsadas por su propia belleza y nos hemos quedado en eso sin llegar a escucharlas”.
¿Por qué Carson rompe la estructura del argumento teatral?, se le pregunta a María Fuentes. “Si por algo se ha caracterizado Anne Carson es por saltarse todas las normas y las fronteras de los géneros literarios. Ella puede mezclar, como en el caso de Nox, los versos con unas definiciones semánticas de diccionario del latín al español.
“Hace poesía con eso y en la yuxtaposición de elementos tan divergentes. Es una cosa que a Anne Carson le encanta hacer. Luego, ella pone en paralelo a dos personajes que no pertenecen al tiempo histórico y eso también es muy carsoniano.
“Por ejemplo, tenemos Economía de lo que no se pierde, en el que pone a dialogar a Simónides de Ceos con Paul Celan. Eso nos demuestra que, a pesar del paso de los milenios, los seres humanos seguimos siendo los mismos, al igual que los temas que nos interesan”.
Fuentes explica que no es una obra de teatro al uso, aunque ésta se representó durante la primavera de 2019 en la sala Shed’s Griffin, de Nueva York, que contó con la actuación de Ben Whishaw y de la soprano Renée Fleming, bajo la dirección de Katie Mitchell, ya que supone un fuerte reto para los directores teatrales.
La primera complicación, explica, “es que tenemos a un único personaje en un monólogo continuo, además de que cada escena viene precedida por un texto que es una lección de guerra, escrito con un lenguaje didáctico que no declama ningún personaje, aunque contiene la esencia y la explicación del resto de la obra y que contiene las frases más demoledoras del libro”.
También está “el hecho de unir a dos personajes icónicos, quienes no han coincidido en el espacio ni en el tiempo, pero sí en la misma tragedia y en la desgracia, y en eso se basa Carson para unirlo. Si bien en la obra el único personaje parece Norma Jeane, contiene cuatro personajes”.
Para el caso de Helena de Troya, es necesario saber que la poeta no se basa tanto en el mito homérico, sino en la tragedia de Eurípides, donde ella no huyó con Paris, sino que los dioses, para protegerla, crearon una Helena falsa, es decir, una réplica, que es quien se va con Paris, mientras la verdadera Helena huye a Egipto.
“Entonces tenemos a las dos Helenas –la mujer real, con sus desgracias, sus miedos y fortalezas; y la mítica–, y luego tenemos a Norma Jeane, que es la mujer auténtica, el ser humano con sus miedos y fortalezas; y a Marilyn Monroe, que es el personaje y el mito”, describe Fuentes.
En este encuentro, abunda, “ambas figuras enfrentan la desgracia de que su belleza hace que se conviertan o sean consideradas como mujeres fatales, mujeres que traen la desgracia al resto de los hombres. Y Anne Carson nos dice que no, que ellas no tienen la culpa de su belleza ni de que el resto de los hombres digan que por culpa de ellas tomaron malas decisiones”.
“Como sabemos, a Helena de Troya se le culpa míticamente de una guerra en la que murieron millones de soldados, cuando en realidad, si esa guerra se produjo, sucedió como con en el resto de las guerras: por la búsqueda económica. Sin embargo, es por causa de una mujer que todos estos hombres murieron, y en el caso de Monroe viene a ser lo mismo”, asevera.
Clásicos en la actualidad
Aunque es imposible hablar a nombre de Anne Carson, afirma María Fuentes, “como lectora, puedo decir que una de las cosas que ella nos quiere mostrar a través de su obra, y que le gusta estudiar y profundizar, es que los clásicos siguen siendo actuales.
“Ella lo demuestra, pero no lo hace con una frase, sino trayéndolos a nuestro tiempo, tal como lo hizo en Nox”, donde se basa en el poema 101 de Catulo para hacer un epitafio a la muerte de su hermano y nos trae a Catulo al tiempo actual.
Sin embargo, en el caso de Norma Jeane Baker, a pesar de crear una temporalidad propia, apunta, “siento que lleva a Norma Jeane a la época clásica y (el relato) funciona porque los seres humanos seguimos siendo los mismos, cometiendo las mismas injusticias, los mismos errores y este libro demuestra que seguimos juzgando a las mujeres de la misma forma”.
Por último, recordó que cuando Carson hizo este trabajo “seguramente ella pensó que era de lo poco que le faltaba explorar, aunque no sé si ella explora los límites, porque ella salta los límites de forma natural. Creo que en Carson esa experimentación es fluida, un fluir que hace que en su obra simplemente basten esos límites pero sin una voluntariedad racional.