CARRETERAS AL PUERTO DE VERACRUZ, IGUAL CON BACHES Y SIN SEÑALAMIENTOS
|- La ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia: Dr. Juan Manuel Diez.
60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
CARRETERAS AL PUERTO DE VERACRUZ, IGUAL CON BACHES Y SIN SEÑALAMIENTOS
Da igual hacer el recorrido por la carretera antigua, sin autopista que la que llamada nueva rúa de Xalapa-Cardel y Veracruz, puerto, porque ambas dejaron de ser el orgullo que en el pasado invocaban sus constructores, como las vías de conexión entre el primer puerto de México-se decía- la capital del estado y la ciudad de México.
Dos casetas de cobro, debe cubrir el común automovilista en el recorrido de Xalapa con rumbo a ciudad Cardel y el puerto de Veracruz, el tramo de la vía corta- se justifica-, pero para el común de automovilistas, repleto de baches, algunos tan profundos que se asemejan a los cráteres de la luna que se aprecian a través de sus telescopios.
Esta vía corta fue construida en el régimen del gobernador Rafael Murillo Vidal y posteriormente concesionada a un empresario de la construcción privado radicado en la ciudad de Xalapa. Nunca su nombre ha sido revelado públicamente, por aquello de preservar su seguridad, ya que se trata de una obra importante, que recauda millones de pesos anualmente. Es la carretera preferente para el común de viajeros particulares como de los traiIeros y camioneros de carga que circulan con rumbo al antiguo DF y el sureste de México, respectivamente.
La antigua carretera que cubre la ruta Veracruz-Xalapa y viceversa, incluye diez kilómetros más que la rúa nueva-se enfatiza- por la primera no hay cobro alguna para transitarla y es poco frecuentada por los automovilistas, lo que dejó en la vil inopia a un centenar de comerciantes que operaban al borde de los tramos que cruzan por Rinconada, la tierra de la garnacha-la bautizaron popularmente- y la zona aledaña a Puente Nacional, un espacio destinado al turismo de albercas y asistir a las comida regionales con base en los pescados y mariscos.
Una vez que entró en operación la vía corta, carretera alterna y autopista de paga, el grueso de conductores la prefiere desde entonces. Sin embargo, es objetivo y visible su abandono, el muro de contención y malla protectora que divide a los carriles de ida y vuelta, evidencian tal deterioro lo que confirma que nunca han recibido mantenimiento alguno, menos que hayan sido repuestos los tramos que revelan una total destrucción.
Por si algo faltara, a la imagen mencionada antes, el asfalto de la carretera es visiblemente deficiente, con verdaderas horadaciones, lo que expone sobre todo a automovilistas a sufrir ponches y afectaciones en sus unidades, lo que no se vale, sobre todo, porque el alza en las dos casetas de cobro por transitar dicha rúa, han aumentado en cien por ciento sus tarifas y no ofrecen garantía alguna de que sus vehículos vayan a ser reparados, cuando los daños están a la vista, debido al deterioro de una vía de tránsito que a decir de lugareños nunca ha recibido ningún mantenimiento.
Siendo que por la vía corta en cuestión, circulan diariamente miles de unidades vehiculares, lo cual para muchos de sus conductores no deja de ser un atraco a sus bolsillos, porque a diferencia de otras entidades aledañas al estado de Veracruz, las carreteras de esta última exhiben un estado deplorable y en tramos completos verdaderamente son intransitables. Esperemos.
SE DENUNCIAN GRAVES REZAGOS EN MATERIA DE SALUD PÚBLICA, PERO LOS MALES CONTINÚAN
La constante de denuncias en relación al abandono que padece el sistema de salud, no de ahora sino de hace varios decenios, tampoco al momento se diga que se está haciendo para renovarlo y ofertarlo como se dijo hace tres años, que sería a semejanza del que se presta a los ciudadanos de países desarrollados o del primer mundo, como ocurre en países de Europa Occidental y por supuesto los Estados Unidos de Norteamérica.
Mire usted a los veracruzanos, se les vendió con el paso de los sexenios anteriores la idea de que disfrutarían de los servicios médicos asistenciales a la altura de aquellos que corresponde a las altas especialidades, los cuales deben ser una obligación prestarlos por parte del estado y no un privilegio ni un derecho trastocado.
Durante el sexenio que encabezó el gobierno priista de Fidel Herrera, se habría sospechado que el hospital regional, del puerto de Veracruz se podría abajo con el más ligero de los movimientos de tierra y desde su sector médico, le recomendarían que ordenara la demolición de dos de sus seis pisos, lo cual se llevó a la práctica, pero tampoco se ha caído el resto de la institución hospitalaria, la cual, tiene más de 50 años de haber sido edificada y allí permanece intocada, sin que le afecte el menor chubasco o ventarrón, como los que se han resentido últimamente en dicha región.
Años más tarde, se ofertó el proyecto a los derechohabientes del Issste que se les construiría un hospital de alta especialidad, con el fin de que ya no tuvieran que salir corriendo a la ciudad de Puebla, para gestionar el pase que les permitiera-en caso de enfermedades crónicas y graves- llegar a los hospitales del sistema, en la ciudad de México.
Especialistas no pagados por el régimen refieren desde entonces, que un nosocomio con cuatro quirófanos, lo cual hace diez y veinte años, resultaba ya insuficiente y la negación de que se tratara de nosocomios de punto en lo que hace al ámbito de las especialidades médicas.
Cuatro quirófanos, ofrece desde entonces el hospital regional, pero en ambas instituciones son insuficientes, claro que varios de los médicos cómplices de esos proyectos callaron, nada dijeron, prefirieron embolsarse algunas canonjías y privilegios y los pocos que se pronunciaron con las verdades que ahora lastimosamente exhiben las carencias hospitalarias, fueron soslayados, ignorados o cesados.
En Xalapa las ampliaciones a la clínica hospital del Issste que en sus trienios gestionaron los alcaldes Carlos Rodríguez Velasco y Elizabeth Morales García, fueron más de relumbrón, que para atender una exigencia y necesidad de la salud pública, que a esta alturas, le ha estallado en sus manos a los nuevos directivos, al no contar con instalaciones adecuadas, un equipo de médicos especialistas y que tampoco su farmacia, pueda satisfacer la demanda de medicamentos suficientes y gratuitos, como lo viene sustentando el régimen de gobierno federal. Al tiempo.
LA NIEVE, TODO UN ESPECTÁCULO PARA LOS HABITANTES Y VISITANTES DEL COFRE DE PEROTE
Desde que Sergio Galindo, autor del libro El Bordo, que ha recorrido desde hace medio siglo el país y va más allá extra fronteras seguramente dio al Cofre de Perote la belleza de toda una montaña que en estos días se repleta de nieve, constituyendo así un atractivo natural, al cual acuden centenares o miles de visitantes de la entidad y los países como Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica.
Se trata de un espectáculo único. Al lado de las últimas nevadas igual aparece una espesa y rica neblina, que a la vista conforma una panorámica única, la cual, atrae a visitantes de todos los años y de tiempo muy atrás.
Dice el libro de Sergio Galindo, en su contra-portada hace cincuenta años, pero que con su escrito reverdece y pareciera que lo escrito fue hecho apenas hoy, cuando refiere textualmente: Una espesa neblina cubre el húmedo paisaje y la visión de los habitantes del poblado de las Vigas, en Veracruz. Son blancas cortinas que caen sobre la mirada, que cubren las ventanas y ocultan la cálida intimidad de las alcobas.
Más adelante, el escritor xalapeño, sostiene: basta deslizar la mano sobre ellas para descubrir las pasiones que guardan, para conocer de cerca la historia de una familia que lleva por patria y memoria el abolengo.
La montaña que rodea a una docena de municipalidades veracruzanas, pero sobre todo a las Vigas de Ramírez, como la bautizaría el gobernador Fernando López Arias, añadiéndole el apellido del profesor rural Rafael Ramírez, padre de la enseñanza primaria en el medio rural del país, se cubre de nieve, formando una panorámica que pocas veces se vea e un año cualquiera y que al común, chicos y grandes, atrae y llama poderosamente el gusto por sus cinco sentidos.
Es cierto, que en la tierra natal del prelado emérito Sergio Obeso, el único hotel que abrió puertas en el siglo XIX, las cerró en el lapso de los primeros 50 años del pasado siglo XX y dejó al poblado de las Vigas, sin un hostal, casa de huéspedes que bien pudiera dar cobijo a la ola de visitantes de esta temporada invernal, que diera rienda suelta a su gusto por beber sidra elaborada allí con la producción de manzanas, que no deja de generarse, degustar los tacos de barbacoa de borrego, comer las enchiladas verdes y concluir bebiendo un café acompañado del pan que tradicionalmente se elabora en los hornos, que algunos tienditas y viviendas particulares exhiben y ofrecen a sus comensales y visitantes.
La vista que regala a sus visitantes, la montaña que conforma el Cofre de Perote y que linda con el Bordo, materia que inspiró a Sergio Galindo, para escribir su genial obra literaria, es única, nadie debe perdérsela, desde luego si goza de alguna sensibilidad por la naturaleza, bella y artística. Es todo.