María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez, “Toña la negra”
|Manantial entre arenas
PEDRO VARGAS, NINÓN SEVILLA, Toña La Negra y Agustín Lara
Alberto Calderón
Hace su arribo a la ciudad de México a los veinte años de edad; poco a poco fue abriéndose paso en el difícil medio en donde logró tan anhelado sueño al debutar el 16 de julio de 1929 en el famoso cabaret “El retiro”, presentada con el nombre artístico de “La peregrino”. Después de haber cantado en fiestas infantiles, concursos de canto a veces sola o acompañada de Celia Pacheco, formó parte del trío Peregrino – Uzcanga que lo formaban su hermano Manuel e Ignacio Uzcanga Matías. Ellos interpretaban un repertorio musical proveniente de Cuba y algún tema regional con un tono de bolero.
Se presentaban en el Centro de Dependientes y en el Teatro Variedades de Veracruz; su voz no era producto de escuelas de canto salía innata de su corazón y muy especial estilo.
María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez nace el 17 de octubre de 1912 en el puerto de Veracruz, en el barrio de “La Huaca” (barrio de más de tres siglos de antigüedad formado en sus orígenes por esclavos provenientes de África). Se comentaba que siendo una chiquilla cuando lavaba la ropa, en su casa, su voz salía de la vivienda, hipnotizando a todo aquel que la escuchaba como el canto de las sirenas, haciendo su arribo a las costas veracruzanas.
A los 17 años contrae matrimonio con Guillermo Cházaro Ahumada, con quien llega a la ciudad de México, siendo su compañero durante un gran trecho de su vida, procreando con el tres hijos. Se separa de su esposo en 1950 para contraer segundas nupcias con el baterista Víctor Ruíz Pazos.
Al conocerla Agustín Lara en una reunión particular de inmediato la invita para que interprete sus melodías, gracias a ese especial timbre de voz, presentándose juntos por vez primera en el cabaret “El retiro” el 31 de diciembre de 1932, en donde estrena Lamento jarocho y Veracruz. Fue tal el éxito que pasaron al teatro Esperanza Iris y posteriormente continuaron la exitosa temporada en Politema.
A partir de ese momento su carrera se vuelve exitosa. Azcárraga la lleva a la XEW en donde era acompañada por la Orquesta de Alfredo Girón y en ocasiones por el propio Agustín Lara.
Viene un vendaval de melodías imprescindibles durante la mitad del siglo pasado, llegando a ser tanta su popularidad que graba 75 discos, algo que no cualquiera, ni en cualquier época lo haría, esto gracias a este peculiar tono y sentimiento con el que las interpretaba.
Fue una cantante que nunca utilizó para encumbrarse en el éxito alguna bandera política; se hizo a base de ternura, a pesar de su fuerte carácter. Nada le regalaron, todo lo que obtuvo fue gracias a su talento de cincuenta años dentro del quehacer profesional.
Viajó por el continente y en Venezuela causó gran furor; a esa tierra regresaba constantemente.
Fue una de las grandes representantes del bolero en nuestro país.
“Este amor salvaje”, “Por qué negar”, “Obsesión”, “Mentiras tuyas”, “Y sin embargo te quiero”, “Noche criolla”, “Pesar”, “Vereda tropical”, “Cada noche un amor”, “Angelitos negros”, “Lágrimas de sangre”, “Estás equivocado”, “De mujer a mujer”, “Como golondrinas”, “Diez años” y “Cenizas” son algunos de sus títulos de éxito que grabó en más de 75 discos LP, algunos de ellos para el sello Peerless. Ya famosa durante muchísimos años, ella llegó a grabar dos canciones con la legendaria Sonora Matancera en 1974.
La enfermedad y la acumulación de años la alejaron del ambiente artístico; finalmente el desenlace llegó el 19 de noviembre de 1982 cuando muere víctima de un infarto.
A su sepelio llagaron a lo sumo unas cincuenta gentes; la sociedad veracruzana le agradece esos momentos de felicidad que hizo pasar a nuestras anteriores generaciones de nuestro país y de la América.
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