FRENTE A GARNICA, RUMBO A VERACRUZ ALGUNA VEZ HUBO AVISOS PREVENTIVOS
|- ” Cuando un político dice que acabará con la pobreza, se refiere a la suya”: Paulo Coelho
60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
FRENTE A GARNICA, RUMBO A VERACRUZ ALGUNA VEZ HUBO AVISOS PREVENTIVOS
La tragedia asoma sus narices, todos los días, sin importar el horario en que un incidente vial puede cobrar vidas humanas, daños materiales cuantiosos y la imagen de una ciudad-aldea alejada de ser organizada, segura y placentera para propios y ajenos a estas tierras.
Empero, alguna vez, en la rúa de descenso de cara a la Estancia Garnica, el entonces gobernador Javier duarte ordenó que se colocaran avisos preventivos, tantos, que también llamaban la atención de los automovilistas y de los ciudadanos de a pie.
De esta forma, se evitaron tantos siniestros, como los que se han venido suscitando, desde que la autoridad municipal o de tránsito mandó retirar dichos anuncios, avisos o medidas de prevención, porque ese tramo de la carretera al puerto de Veracruz, es un riesgo permanente para los automovilistas y ahora los traileros que bajan a toda hora del día y de la noche, a velocidades que también estaban prohibidas.
La avenida Lázaro Cárdenas, antes Circunvalación y con la alcaldesa Elizabeth Morales, fue elevada a la categoría de boulevard, partiendo de la vecina municipalidad de Banderilla y que concluye precisamente en linderos con el municipio de Emiliano Zapata, abrió a Xalapa la expectativa de constituirse en una ciudad altamente urbanizada, pues en ambas entradas de llegada y salida de la capital del estado, solo había una rúa en doble sentido, no los cuatro carriles que se abrieron durante el gobierno de don Agustín Acosta Lagunes.
Sin embargo, lo a que ninguno de los gobiernos ha podido contener es que la baja de Garnica, se ha vuelto una verdadera pesadilla, porque la velocidad que cobra el mayor número de conductores de vehículos de motor, suele provocar los accidentes viales constantes, de día y de noche, porque inclusive, ahora, los camioneros y traileros, pueden ingresar a la avenida Lázaro Cárdenas, en el horario que mejor les acomode, olvidándose de la existencia del libramiento, que exprofeso construyó el gobernador Alemán Velasco, para evitar que unidades pesadas y de grandes tonelajes circularan por la rúa mencionada en este párrafo.
Xalapa, en realidad surgió apenas hace poco a la supuesta modernidad vial, ya que carece de suficientes vías de ingreso y salida de la ciudad, como ocurre en las vecinas entidades de Puebla, Tlaxcala o Tabasco, cuyas carreteras y arterias lucen hasta con ocho y diez carriles totalmente pavimentados.
Por espacio de cien años, la aldea contaba solamente con la avenida 20 de Noviembre, como vía de acceso para los automovilistas que viajaban de la ciudad de México al sureste del país y viceversa. Fue en el régimen federal de Luis Echeverría Alvarez, cuando se abrió la avenida las Américas.
Fue el gobierno de Acosta Lagunes, quien llevó a cabo la apertura de la avenida Lázaro Cárdenas, de seis kilómetros y pavimento de concreto hidráulico, por la cual principalmente tendrían que circular, las pipas, los traileres y camiones de carga en general, evitándose así los excesos en ruidos, tóxicos y la constante de choques por alcance y otros incidentes, que arrojaron pérdidas humanas y millonarios daños materiales.
Lo último, el gobernador Javier Duarte, cubrió un largo tramo de la rúa de salida al puerto de Veracruz con anuncios y avisos preventivos, con el fin de que los automovilistas redujeran la velocidad de sus automotores, lo que ayudó en mucho para cortar la racha de siniestros ocurridos en el pasado en dicha zona.
CUANDO SÓLO HABIA TRES BACHILLERATOS Y LOS JÓVENES ESTUDIABAN O TRABAJABAN
A diferencia de estos días, suelen contar los padres de familia y los abuelos, no tan avejentados, que la paz social que vivieron los xalapeños de origen, fue única, porque la población era bastante limitada, el poder adquisitivo de los jefes de cada vivienda, era más que suficiente para disfrutar de una dieta bien balanceada y los jóvenes alcanzaban accesiblemente un lugar donde estudiar en cualquiera de las tres escuelas preparatorias, que iniciaron y perduraron en el correr del tiempo exitosamente.
No había teléfonos celulares, tampoco las diversiones podían ser caras y menos que tuvieran como ejemplos los famosos de las bandas delincuenciales. Cuando los adolescentes y jóvenes obedecían ciegamente a sus padres y madres, porque salirse de la normatividad marcada en casa, se debían cobrar reprimendas, castigos y otras sanciones menores a todas luces.
Nada que se pueda comparar siquiera con lo que está ocurriendo en días como estos, entre otras razones, porque se culpa a la pandemia y que los menores sobre todo, hayan dejado de hacer sus tareas, que quieran leer o atender las lecciones de gramática, matemáticas y de historia, que a regañadientes muchos de los nuevos progenitores, les imparten a sus menores vástagos.
Otra fue la experiencia que tuvieron los entonces chicos que acudieron a recibir sus clases en las escuelas preparatorias Juárez, el Instituto Clavijero o la de bachilleres “Salvador Díaz Mirón” de la calle de Juárez. El maestro menos exigente, encargaba el aprendizaje de páginas y páginas de sus libros, porque no hacerlo, podía sobrevenir una larga perorata de reclamos y castigos. Lo otro, que el mentor privilegiaba con su talento, a que el muchacho accediera espontáneamente a leer y volver a leer, como la única arma, para conocer la ética como la ciencia que habría de forjar la conducta buena de los futuros estudiantes universitarios y más tarde los habría de blindar como ciudadanos responsables y comprometidos.
El lenguaje del común de los jóvenes bachilleres de estos días, suma alrededor de 30 palabras y la mayoría repetitivas, por entrañar un mensaje grosero, altisonante, ayuno de congruencia y de tacto para dirigirse a los demás.
Ruda encomienda deben cubrir los académicos de estos momentos, porque igual, muchos de ellos desesperan, debido al escaso o nula disposición de ocho de cada diez jóvenes para emplearse a fondo e interiorizarse en la ciencia física, las matemáticas, la literatura y menos en la historia de su país, porque de la historia universal, prefiere no conocer nada de lo que ocurre en mil kilómetros a la distancia.
Lamentable estado de cosas, pero que así se encuentran, porque muchos muchachos prefieren el cobro de sus becas y dilapidarlas en la cantina más próxima, bebiendo los licores con o sin disimulo ante sus progenitores, los cuales renuncian siquiera a hacer el menor intento por encaminarlos por una senda distinta, la que difícilmente ubica, porque el estado, los gobiernos y la familia, se derrumban, confirmando la especie que se difunde en el sentido de que la sociedad en su conjunto se encuentra en picada y deriva consecuentemente en la decadencia. Al tiempo.
SI NO FUERA POR LAS MOTOS CON CARRIOLA, FOCOS DE BASURA AUMENTARÍAN EN XALAPA
El negocio de las motocicletas jalado una carriola, para repletarla de bolsas de basura ha resultado todo un éxito para los operarios de este novísimo ejercicio de cargar los desechos que genera la ciudadanía cotidianamente, porque los camiones recolectores de la limpia pública, simplemente son insuficientes y faltos de competitividad.
Hasta el momento, ninguna administración municipal ha dado en el clavo, con vistas a resolver definitivamente el problema que generan las 450 toneladas de basuras, cotidianamente en la ciudad, salvo en el corazón de la capital, en donde los camiones más modernos realizan su cometido, permitiéndose un rostro diferente, pero solamente en lo que se conoce o denomina como casco histórico.
La ciudadanía paga el servicio de recolección de basuras, por adelantado, sin embargo, en los más de cien fraccionamientos y colonias habitacionales, el camión recolector cumple con su cometido solamente cada tercer día.
En un ramal de colonias y destinos habitacionales, que conectan con el corazón de la ciudad, como son las colonias María Esther, José Cardel, Laureles, Ferrocarril Interoceánico, las motocicletas con carriola, hacen su chamba, coadyuvando a la recolección de los camiones de la limpia pública, que no cubren el total de la semana dicha faena, y es que en un principio, el campanero anuncia el arribo de esas unidades cada tercer día, no los cinco días hábiles de la semana.
Los recolectores de porquerías particulares, cubren los siete días de la semana, incluidos los días domingo, esta actividad, la cual coadyuva a mantener limpio en buena medida el rostro de la capital del estado, otrora calificada por su cultura y educación, como la Atenas veracruzana.
El problema que representan las montoneras de basuras, por doquiera, entrañan sobremanera un asunto de salud pública y que aun con el paso de los años y los trienios de administraciones municipales, nadie ha podido resolver de manera contundente. Por muchos años, el basurero de la ciudad operó en terrenos aledaños a esta ciudad, por el rumbo de la comunidad de Briones.
El anterior alcalde Hipólito Rodríguez, habría convencido a una parte de la ciudadanía engañosamente, cuando siendo candidato a la presidencia municipal, se comprometió tras de emitir severas críticas y cuestionamientos contra el funcionamiento del “relleno sanitario” de la congregación de Chiltoyac, diciendo que lo cerraría y reabriría en otro punto de la municipalidad, lo cual nunca hizo y si por el contrario, en tantas ocasiones localizó espacios donde ir a tirar la basura, vecinos de los puntos elegidos, de inmediato, se pronunciaron en contra de medidas sanitarias, sin ser sometidas a un escrupuloso estudio y análisis de los expertos en esta asignatura.
Por lo anterior, las motocicletas, vinieron a salvar un tanto el desprestigio el rubro de la limpia pública municipal, el cual sigue sin ser resuelto de manera adecuada y funcional para los pobladores de la capital del estado. Es todo.