LUCIÉRNAGA

Musa Peregrina

Te ocultas tras las cortinas de la noche que anhela mi ventana. Tu luz inunda de belleza la palabra escrita, la que precede al llanto de mi almohada que reposa en una cama de soledad enjuta.

Tu brillo tiene la característica de la ilusión reposada que habita en la copa de vino que beben los años.

Me embriagas de dulzura, reinicias mi mundo dejando lejos el dolor de mis alas.

Me enseñaste a soltar un cúmulo de sentimientos indiferentes y egoístas que se marcharon sin decir adiós.

Luciérnaga produces luz en mi sonrisa aún sin generar calor, regulas mi corazón, contigo aprendo a encender y apagar la luz, a creer nuevamente en el amor.

El brillo de tus palabras logró en mí que admirara la muerte de la aurora, que buscara el sol en mi interior, mientras curioso y embelesado acaricias el bosque de mis emociones y descubres la mujer bonita que olvidé que aún soy.