Hechizos y conjuros
|Leopoldo Sánchez Arenas
Amarre
-Cruje portón a voluntad de este conjuro; que tu aposento, nocturno, arrebuje la pasión de esta mujer con el hombre demandado.
Chasqueó trece veces la malvada hechicera salivando mechones enredados sobre el retrato.
Noche de Brujas
-Un muahahahaha pegó un viento turbulento por entre los árboles del bosque, las bolas de fuego como a veinte metros del suelo estaban en busca de los niños más pequeños de aquel pueblo.
Llamado
-¿Cómo hacerle para que regrese?
-Vierte a un vaso de vidrio el agua más clara, pega tus labios a él, y llamala al caer la noche siete veces por su nombre. No falla.
Toloache
-El toloache hizo su efecto, los sentidos del pobre hombre estaban al plan de la bruja. Un té bien medido le hacía no quedarse dormido y satisfacía plenamente ese cuerpo disfrazado de princesa.
Preparación
-Exorcizarla no es la finalidad. -Dijo y prosiguió la médium.
En esta foto veo un ángel de luz que sólo necesita ser guiada a su verdadera tarea. Su locura sólo es una apariencia.
María Sabina
-Cuentan, que se convirtió al chamanismo por sí misma, que de probar uno que otro honguito, hizo sus menjurjes sagrados conocidos como Teonanacatl. Ella, en sus ritos, cariñosamente les llamaba “angelitos” o “niñitos”.