EL CIUDADANO
|“Si la vida te tumba, voltéate y mira las estrellas” JUAN MACEDO.
Hola, LA VIDA ES BELLA, espero que esté usted de acuerdo conmigo estimado lector, lo saludo cordialmente, este día jueves 25 de agosto del 2022, Habiendo convenido que 200 dólares para cada uno era suficiente para comenzar, se retiraron a descansar nuestros personajes, pero antes de hacerlo, intercambian reflexiones conmovidas, se acuestan tarde, no pueden dormir hasta la mañana, soñando con el oro largas horas con los ojos abiertos. Oliver, no pierde el tiempo, olvida su cansancio y solo piensa en su porvenir de banquero. Aprovechando el amanecer, cava un hoyo, hace rodar su barril, lo cubre con tierra, lo disimula bajo matas de hierba cuidadosamente colocadas; trasplanta inclusive un pequeño arbusto para ocultar toda huella. Después pone en marcha su pequeña prensa para imprimir 1,000 billetes de 1 dólar. Viendo salir los billetes nuevecitos de su prensa sueña por dentro: -¡Realmente es fácil hacer estos billetes! Sacan su valor de los productos que compraran. Sin productos, los billetes no valdrían nada. Mis cinco clientes tontos no piensan en esto. Creen que es el oro que garantiza el dinero. ¡Los tengo amarrados por su ignorancia! Por la noche, los cinco llegan corriendo cerca de Oliver. Cinco fajos de billetes están ahí, sobre la mesa. -Antes de distribuirles este “dinero”, dice el banquero, hace falta entenderse. El dinero está basado en el oro. El oro, colocado n la bóveda de mi banco, me pertenece. En consecuencia, el dinero es mío… ¡Pero no estén tristes! Voy a prestarles este dinero y ustedes lo emplearan a su antojo. Mientras tanto les cargo solamente el interés. Dada la rareza del dinero en la isla y ya que no hay de todo, creo ser razonable pidiendo un pequeño interés del 8% solamente.
-En efecto señor Oliver, usted es muy generoso. – Un último punto, amigos míos, Los negocios son los negocios, inclusive entre los mejores amigos. Antes de cobrar su dinero, cada uno de ustedes, va a firmar este documento, es su compromiso de reembolsar capital e intereses, bajo pena de confiscación de sus propiedades. Es simple garantía, no tengo ningún interés de quedarme jamás con sus propiedades, me contento con el dinero. Estoy seguro que conservarán sus bienes y que me devolverán el dinero. – Esto está lleno de buen sentido, señor Oliver. Vamos a redoblar los esfuerzos en el trabajo y se lo devolveremos todo. – Eso es vuelvan a verme cuando tengan problemas. El banquero es el mejor amigo del mundo… Muy bien, aquí tienen para cada uno 200 dólares. Y nuestros personajes se van encantados con las manos y la cabeza llena de dinero. El dinero de Oliver ha circulado en la Isla. Los intercambios se multiplican a la vez que se han simplificado. Todo el mundo se regocija y saluda a Oliver con respeto y gratitud. No obstante, el Geólogo está inquieto. ¡Sus productos están todavía bajo tierra! No tiene más que algunos dólares en su bolsillo ¿Cómo reembolsar al banquero en el plazo que se acerca? Después de haberse roto la cabeza, mucho tiempo ante su problema individual, Tomás lo trata socialmente: “Considerando la población entera de la isla, piensa él, ¿somos capaces de cumplir con nuestros compromisos? Oliver ha hecho una suma total de 1,000 dólares: Y nos reclama un total de 1,080 dólares. Inclusive si reuniéramos todo el dinero de la isla para llevárselo, esto haría 1,000 y no 1,080: Nadie ha hecho los 80 dólares de más. HACEMOS COSAS NO DINERO. “Oliver podrá entonces quedarse con toda la isla, porque todos juntos no podemos reembolsarle capital e intereses. Los que puedan devuelven su parte del dinero sin preocuparse de los demás, algunos van a caer enseguida y otros van a sobrevivir. Pero les tocará su turno a cada uno y el banquero se quedará con todo. Más vale unirse enseguida y tratar este asunto socialmente. Le envío mi saludo a mi amigo Juan por compartir este cuento de LOUIS EVEN. Hasta la próxima.