Los gigantes de la época prehispánica
|- Frailes encontraron osamentas de aquellos gigantes de la época prehispánica que habrían construido pirámides
Cuando el fraile dominico Diego Durán llegó a tierras cholultecas encontró numerosos testimonios de habitantes que referían haber sido hostilizados en el pasado por hombres gigantes, a quienes tras largas peleas, terminaron por echar de su territorio.
El religioso Durán, quien a la postre escribiría el documento Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme, quizá al principio no creyó aquellas versiones acerca de la existencia de personas de talla enorme en el territorio recién conquistado; sin embargo, su visión cambió cuando él mismo observó cómo sacaban huesos grandísimos de lugares ásperos.
“La otra gente que dicen que hallaron los de Tlaxcala y Cholula y Huejotzingo, dicen que eran gigantes…” escribió Durán.
Fray Andrés de Olmos, misionero conocido por su labor como filólogo del náhualt, huasteco y totonaco, también contribuyó a la descripción de los gigantes en el territorio de la Nueva España:
“Hallóse en la memoria de los indios viejos cuando fueron conquistados de los españoles que en esta Nueva España en tiempos pasados hubo gigantes, como es cosa cierta. El padre Andrés de Olmos, tratando de esto, dice que él vio en México en tiempo del virrey D. Antonio de Mendoza, en su propio palacio, ciertos huesos del pie de un gigante que tenía casi un palmo de alto: entiéndese de los osezuelos de los dedos del pie. Y yo me acuerdo que el virrey D. Luis de Velasco, el viejo, le llevaron otros huesos y muelas de terribles gigantes“.
Por su parte Fray Bernardino de Sahagún dijo que las pirámides de Teotihuacán y Cholula habían sido creadas por humanos enormes que habitaban ahí, pues de otro modo no se podían explicar, a su consideración, las dimensiones y magnificencia de aquellas construcciones.
En búsqueda de respuestas para todo lo que estaban viendo, los frailes encontraron en el camino en la Biblia la historia de David contra Goliat, la cual arrojaba luz a su hipótesis de la existencia de gigantes así como las menciones a tribus perdidas de Israel, pues “quién sabe gente de qué tamaños habitaban en ellas”. Diego Durán probablemente murió creyendo en su teoría.
Pero para 1923 salió a la luz el libro Prehistoria de México del autor Francisco Plancarte y Navarrete, quien tras sus investigaciones aseveró “los huesos que vieron los conquistadores en Tlaxcala y los frailes en los campos tiene que haber sido de fósiles y podemos suponer que en el siglo XVI la paleontología no estaba tan adelantada para haber reconocido que se trataba de animales”.
Una mayor refutación a las ideas de los frailes sobre la existencia de gigantes vendría con los años, cuando las excavaciones arqueológicas encontraron numerosas osamentas de Mamut.