Que la dignidad se haga costumbre
|LOS JUEVES
Miguel Valera
Que la dignidad se haga costumbre
Tuve oportunidad de seguir la entrega del Premio Front Line Defenders (FLD Américacs) que el organismo defensor de los derechos humanos entregó a Javier Barajas y su esposa la señora María del Tránsito Piña, un matrimonio de Guanajuato que sufrió primero la desaparición de su hija y luego el asesinato de su hijo, en un país cuya cifra ya alcanzó las cien mil personas desaparecidas.
En una conferencia que dio en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, dijo que, a lo largo de estos años, primero con la búsqueda de su hija y luego con el asesinato de su hijo, en su memoria han aprendido a buscar y a camina por la verdad y la justicia. “Además hemos podido conocer el dolor que se vive por la desaparición y ejecución de un familiar. Es el dolor que viven miles de familias”.
Con su lucha, comentó don Javier, se visibiliza la lucha de miles de madres, padres, hermanos y hermanos que buscan a sus familiares, desaparecidos por la ingente ola de violencia que sigue azotando a nuestro país. “A la maestra Lupita, su hija, comentó, un día el crimen organizado se la llevó y la policía no hizo nada; la Fiscalía tampoco, por eso, como familia, como tantas otras salimos a buscarla y a exigir a las autoridades su búsqueda”.
“Ante tantas omisiones supimos que teníamos que buscar por nuestra cuenta. No paramos de buscar”, comentó. Así, en días y noches interminables, un día encontraron su cuerpo en una fosa clandestina de Salvatierra con otros 80 cuerpos, muchos de ellos a quienes fue imposible identificar.
Después de encontrar a su hermana y conocer tanto dolor, su hijo Javier se involucró en el movimiento de búsqueda de desaparecidos e incluso se hizo integrante de la Comisión Estatal de Búsqueda del Estado de Guanajuato. “Lamentablemente en este estado, su valentía ocasionó su muerte. Pocos meses después de encontrar a su hermana fue asesinado por los mismos grupos delictivos que asesinaron a su hermana”, añadió.
“Con dolor, enojo y la memoria viva de nuestros hijos y así como por nuestras nietas hemos continuado en este camino. Así nos convertimos en defensores de los derechos humanos, porque no queremos que nadie viva con la angustia”, dijo don Javier Barajas ante Andrés Díaz, de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; Luis Espinoza, del Comité Internacional de la Cruz Roja; Fabrizio Lorusso, de la Ibero León y de la Plataforma por La Paz-Guanajuato y Angélica Almanza, del Colectivo “Ángeles de pie por ti”.
“Nosotros no abandonaremos a los colectivos de nuestro estado. Hoy nos encontramos desplazados de nuestro estado, por violencia, para seguiremos exigiendo verdad y justicia. No hay un solo día que no pensemos en ellos. Todos nuestra energía y corazón está con ustedes. Sabemos bien que las cosas siguen siendo muy difíciles. En la búsqueda aún se enfrentan muchos riesgos”, reconoció, porque el crimen sigue operando muchas veces en colusión con autoridades.
“Que este reconocimiento sirva para visibilizar a los colectivos de todo el estado. Las del país y las internacionales como la ONU, siga acompañándonos, porque necesitamos de todos. Que las autoridades escuchen y se comprometan a cumplir con sus obligaciones. Es posible avanzar en la justicia. Debemos seguir buscando hasta que la dignidad se haga costumbre. Puro para adelante, porque no vamos a dejar a ninguna familia”, concluyó en este emotivo acto en donde refirió esta gran tragedia que sigue viviendo nuestro país.
Nos vemos los jueves.