Empezaremos noviembre sin “horario de verano”

  • De la calidad del sueño dependen hábitos saludables

Por Amadeus Olivarex

Martínez de la Torre, Ver.

Al fin. Ahora sí el poder legislativo se anotó un “10”, al aprobar la derogación del llamado horario de verano, que para la mayor parte de mexicanos significa perder una hora de sueño y con ello padecer desajustes físico-mentales, que hasta hoy se reconocen, por lo que para el inicio del mes de la revolución mexicana -noviembre-, esa pesadilla habrá terminado.

Sumaron 445 votos a favor y 8 en contra, más otros 33 de diputados que se abstuvieron de emitir su voto, lo que no resulta aceptable, porque a la Cámara de Diputados van a aprobar o negar la aprobación, en temas de interés nacional, no para sentarse cómodamente y salir por la tangente: ni a favor, ni en contra.

Después de más de 20 años de vigencia del referido horario de verano, nos enteramos ahora que mal dormir nos hace más vulnerables a subir de peso, al tiempo que sumado al frenético ritmo de vida que caracteriza a nuestros días, empeoran y se multiplican los casos de insomnio, que también traen aparejados problemas al sistema nervioso de sus víctimas, reflejados en estados de cansancio o agotamiento, falta de concentración mental o enfoque en el trabajo, además de pronta irritabilidad emocional.

Y es que a partir de las 23 horas u once de la noche, el organismo humano, de manera natural, deja de producir una sustancia, llamada cortisol -la hormona del estrés-, para dar paso a la melatonina que, en contrario favorece la llegada del sueño, razón por la que alterar el horario de laborar y de descanso, necesariamente deriva en problemas físico-mentales, se concluye.

Así que, por la noche del domingo 30 de octubre, los relojes manuales, deberán atrasarse una hora, para reestablecer el horario de Dios, el natural y saludable, porque el insomnio es consecuencia del estilo de vida de cada persona, influido por el estrés, complicado por la vida sedentaria y la comida chatarra del momento.