GOBIERNOS DE IZQUIERDA Y DICTADURAS, PREDOMINAN EN AMÉRICA LATINA

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

GOBIERNOS DE IZQUIERDA Y DICTADURAS, PREDOMINAN EN AMÉRICA LATINA

                Con el ascenso de Luis Inacio Lula da Silva, a la presidencia de Brasil, se confirman los gobiernos de izquierda como dominantes, frente a otros regímenes que se dicen de la misma filiación ideológica, pero para nadie escapa que son dictaduras, entre las que destacan Venezuela, Nicaragua y Cuba.

                En los años 70 se consolidaría la idea de que  había gobiernos de derecha y de izquierda, unos ultraconservadores y otros liberales. Claro, todos se dirían que son demócratas, conforme a la clasificación que hicieron los filósofos griegos originalmente.

                Sin embargo, Sócrates, Platón y Aristóteles coincidirían en la alerta lanzada a la antigua Grecia primeramente, el riesgo de que una democracia pueda derivar en  una dictadura está latente, como sucedería con el paso de los siglos en diferentes regiones del mundo.

                América Latina, es la parte que más ha padecido la existencia de regímenes  que han ejercido con tal brutalidad, ofertándose como demócratas, cuando en la realidad  han  sido de una dictadura con consecuencias funestas,  para las elementales libertades de participación política, de pensar y escribir.

                Lula el presidente obrero, que logró en una primera incursión convertirse en mandatario que Brasil pasara a equipararse como la única nación de la región latinoamericana, a semejanza o tan competitiva su administración con los estados europeos de occidente, al abandonar su pueblo la condición de ser pobre en extremo y transformarse en una sociedad de primer mundo.

                En esta ocasión, la votación ciudadana en su favor no resultó lo abrumadora que en el pasado, al grado de que el presidente Bolsonaro de Brasil, todavía ayer no  declaraba que  hubiera perdido la elección y menos que reconociera públicamente  el triunfo electoral de Lula da Silva.

                Empero, la ciudadanía brasileña  asegura que su candidato resultó victorioso en la segunda vuelta de la elección presidencial, lo que en la región latinoamericana, hace crecer la expectativa de que  dicho personaje vuelva a perfilar a su país, entre los más ricos y de bienestar para las grandes mayorías de su país.

                Con lo anterior, se confirmaría que los regímenes de izquierda, predominan en América Latina, lo cual satisface a una gran  parte de la población de la mencionada región, no obstante, se tiene que puntualizar que hay gobiernos de izquierda que no son lo mismo que aquellos, en los que sus mandatarios fueron elegidos democráticamente por sus ciudadanos.

                En este contexto, ni Cuba, ni Nicaragua y Venezuela pueden decirse de una izquierda democrática, cuando sus gobernantes son dictadores, que se eternizan en sus  puestos de mando público, sin reparar en que son intolerantes y criminales.

                En esta nueva oportunidad para Lula gobernar a los brasileños, deberá afirmar como se dio el milagro de colocar a Brasil a la altura de los países más avanzados de Europa Occidental y sobre todo, de repetir la hazaña de acabar con la pobreza extrema de su pueblo y permitirle que avanzara a la altura de los países del llamado primer mundo. Enhorabuena.

REFORMA AL INE, BIEN PODRÍA TRUNCAR EL PROPIO AVANCE DEMOCRÁTICO DE MÉXICO

                Seguramente una de las escasas instituciones, que bien vale la pena  conservar es el Instituto Nacional Electoral, el INE, por convertir los procesos electorales a partir del siglo XXI en un instrumento democrático, confiable  y creíble con  todo y cuanto pueda objetársele como es el hecho de que sus consejeros cobren cantidades  no fáciles de concebir en el imaginario de un pueblo pobre como es el mexicano.

                Con el árbitro electoral se concluyó con el capítulo de nominar presidente de la república al candidato a capricho de su antecesor, situación nada fácil seguramente para los grupos de poder en la recta final del pasado siglo XX.

                Cabe recordar que ni el propio Vicente Fox se la creía, cuando se anunciaba su victoria aplastante en las urnas electorales, gracias al reconocimiento que el entonces IFE hacía  del sufragio popular en su favor y que confirmaría el ex presidente Ernesto Zedillo, al ratificar que se consumaba así un proceso de elecciones democrático y sin que se registraran  pleitos ni sombrerazos, posteriores al momento en el cual el árbitro, ratificaba la derrota del abanderado del PRI y el triunfo electoral del abanderado panista.

                Es decir, que finalmente, la herramienta confiable para los mexicanos, era precisamente  el instituto que  no solo elaboraba las elecciones, sino que las llevaba a la práctica y respetaba la voluntad de los ciudadanos. Hecho histórico, que acabaría con la crisis mexicana de tener un presidencialismo exacervable, surgido de un partido único, producto de la toma de decisión a cargo del dedo que atinaba siempre al  designar candidato vencedor, en cada sucesión.

                Por supuesto, que armar el entramado de un órgano independiente, le llevaría al país a una lucha  tan extenuante, pero justamente la requerida para que el propio ciudadano llegara a la conclusión de que debía acudir a votar en elecciones, porque estaba seguro de que su voto sí contaría a la anunciar el triunfo de su candidato.

                Así ocurrió, con la última batalla electoral por la presidencia obtenida por el PRI y por ende, la secuencia de un INE ordenado para respetarse la voluntad del pueblo, con el reconocimiento al arribo por vez primera de un candidato de oposición  al PRI, al PAN y al propio PRD, sigla del nuevo movimiento morenista y que daría lugar a la fundación de un partido político, con alguna ideología de izquierda.

                Es decir, el presidente López Obrador, cuyo triunfo en urnas electorales, fuera avalado por el INE vendría a confirmar que la práctica democrática, estaba en plena marcha, la cual, seguramente puede enfrentar vicios y errores, pero un cambio radical, bien podría acarrear consecuencias fatalistas para la democracia, en la que los ciudadanos han creído y confían en días como los actuales.

                Sin duda, habría que modificar algunas conductas de sus consejeros electorales como es bajarles los abultados salarios que devengan, en un país repleto de pobres y sin oportunidades, empero,  cambiar el método de selección de éstos,  en manos de la ciudadanía, sería una locura y en caso contrario el juego democrático, volvería a ser el juguetito en manos de los titiriteros bajo los cuales la nación azteca  transcurrió 80 años ininterrumpidos por un priismo  altamente cuestionado. Al tiempo.

TRAS DOS AÑOS DE PANDEMIA, EL PUEBLO RINDIÓ SENSIBLE HOMENAJE A LOS DIFUNTOS

                Fueron dos largos años, en los que las inmensas mayorías se preservaron, unos para no enfermar de la covid  19 y otros, porque el temor los hizo refugiarse en sus viviendas y esperar a que los contagios redujeran su fuerza, así que los dos días de la fiesta de muertos, resultaría en nuestras ciudades con una gran asistencia de chicos y grandes, familias completas, tanto en los desfiles de catrinas, la visita a las ofrendas en memoria de los difuntos y el arribo a los panteones como ya no sucedía en muchos años.

                Vecinos de la avenida 20 de Noviembre, recuerdan festivamente, que en los años de pandemia vieron bajar por su rúa  muchas  honras fúnebres que tenían como destino el cementerio de Palo Verde, en el cual, sería depositados decenas de restos humanos, de quienes se contagiaron y murieron irremediablemente.

                Empero, en esta ocasión el dios Tláloc se mostró bastante benevolente, así que fueron dos días de fiestas, sin que se tuvieran que padecer los estragos que suelen causar las lluvias, el sol brilló por las mañanas y el frio tenue que presagia la llegada del invierno, fue lo suficientemente generoso para permitir a miles visitar a sus difuntos en todos los panteones de la ciudad, inclusive hubo quienes guardan en su memoria que hubo familiares suyos  bajo sepultura, en el antiguo panteón de 5 de febrero y la avenida 20 de Noviembre, ya sin ocupación en la actualidad.

                Los desfiles de las catrinas lucieron enormidades, ya que pudieron recibir la visita de miles a todo lo largo de la calle de Enríquez, la avenida de Xalapeños Ilustres y la 20 de Noviembre. La visita al parque Lerdo, asiento de dos gigantescas catrinas, bellamente  adornadas, atrajo  a que  los menores quisieran tomarse las selfies y fotografías con las divertidas caracterizaciones que se hicieron de la muerte, los fantasmas y otros.

                Sin duda, las ofrendes expuestas en los bajos del palacio de gobierno del estado, fueron de las más socorridas por visitantes y la mejor representada, con todos sus efectos, la imitación de las cámaras de televisión y fotográficas, amén de las fotografías de colegas periodistas, reporteros gráficos y trabajadores administrativos, que  ya pasaron a mejor vida, fue la más concurrida y reconocida.

                En lo que hace  a la visita en los panteones, todas transcurrieron en  franca calma y las familias completas pudieron dialogar con sus  ancestros, sus hijos, sus hermanos, obviamente, sin que se diera la muestra de muchos años atrás, de que se consumieran platillos y bebidas espirituosas.  Nada de eso. Seguramente, así también se evitaron conflictos de otros tiempos. Es todo.