Huachicolean agua al Cutzamala; hay 600 embalses irregulares

  • Presas, lagos, bordos y jagüeyes privados impiden que el líquido llegue a la presa Miguel Alemán

Algunos cuerpos de agua sirven como riego de auxilio para la siembra de cultivos de maíz o avena, pero la gran mayoría son con fines ornamentales o paisajísticos, para el disfrute de los dueños de los ranchos.

Huachicoleo desangra a la cuenca Valle de Bravo-Amanalco; ranchos se dan un lujo, con lagos artificiales

Se ha detectado la construcción de 600 cuerpos de agua de manera irregular que retienen el líquido y que no permiten los escurrimientos hacia la presa Valle de Bravo.

Más allá de la sequía exacerbada por el cambio climático y el reciente fenómeno de El Niño, el mayor foco rojo que existe en la Cuenca Valle de Bravo-Amanalco, que abastece al Sistema Cutzamala, es la presencia de 600 cuerpos de agua construidos de manera irregular que retienen el recurso desde la parte alta y media, sin que pueda escurrir hacia la presa Miguel Alemán.

Las obras privadas, entre grandes presas, lagos artificiales, ollas de captación, bordos y jagüeyes, no cuentan con concesiones ni autorizaciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

De acuerdo con imágenes satelitales en poder de Excélsior, entre 2017 y 2024, estos cuerpos de agua pasaron de 400 a 600, en lo que se conoce popularmente como huachicoleo del agua.

Con las fotografías que datan del pasado 19 de marzo se puede establecer que alrededor de 20 construcciones se encuentran en Amanalco y las 580 restantes en la parte norte, este y sur de Valle de Bravo.

Algunos cuerpos de agua sirven como riego de auxilio para la siembra de cultivos de maíz o avena, por ejemplo, pero la mayoría son con fines ornamentales o paisajísticos para el disfrute de los dueños de los ranchos.

La presa o lago artificial más grande que se puede apreciar mide aproximadamente 137 metros de largo por 100 metros de ancho, con una profundidad de alrededor de 20 metros, por lo que tiene una capacidad de almacenamiento de 200 mil metros cúbicos de agua, equivalente a 20 mil pipas de agua.

Un punto que llama la atención es que en pleno mes de marzo, en uno de los puntos más altos de la sequía, estas presas, lagos artificiales, ollas de captación, bordos y jagüeyes lucían con agua hasta el tope, lo que hace pensar que no sólo se abastecen de las lluvias, sino de pozos o manantiales, una situación que sería aún más grave.

Se vacía uno de los tinacos del Cutzamala

La presa Miguel Alemán es una de las más importantes del sistema, el cual abastece 25% del suministro de agua en el Valle de México.

VALLE DE BRAVO, Méx.— La presa Miguel Alemán, ubicada al suroeste del Estado de México, en la cabecera municipal de Valle de Bravo, es la más grande del Sistema Cutzamala, y uno de los tres inmensos tinacos que abastecen 25% del suministro de agua en el Valle de México.

Ante la mirada atónita de pobladores, prestadores de servicios turísticos, pescadores y visitantes de este conocido pueblo mágico, el embalse descendió a niveles nunca antes vistos de 26.5 por ciento.

En su parte más profunda, la presa Miguel Alemán medía 35 metros y ahora sólo llega a un promedio de ocho metros, lo que ofrece un paisaje con tintes apocalípticos justo en la cortina, en la torre de la obra de toma, donde nace el emblemático lago de Valle de Bravo, impactado severamente por la sequía.

“Va retrocediendo el nivel del agua y va dejando desnudo el suelo, ha sido dramático, es la primera vez que Valle de Bravo llega a niveles tan bajos, es una imagen histórica, por supuesto”, indicó Hugo Plata Tinoco, gerente operativo de la Comisión de Cuenca Valle de Bravo-Amanalco.

Confío en que, a partir de las lluvias que trajo la tormenta tropical Alberto, comience la recuperación del Sistema Cutzamala, y de aquí a noviembre caiga agua suficiente para enfrentar el estiaje del próximo año.

Hugo Plata Tinoco calculó que tendrán que pasar entre cuatro y cinco años, con temporadas de lluvia dentro del promedio para que las presas de la región recuperen niveles de 100 por ciento.

Fuego en Valle de Bravo

Lamentablemente, los incendios forestales también pegaron muy fuerte a la región en semanas anteriores y, de acuerdo con Federico Llamas Vidales, presidente del Consejo de la Universidad del Medio Ambiente (UMA), mil 500 hectáreas de bosque de pino y encino resultaron impactadas por las llamas, como fue el caso del siniestro en la zona boscosa conocida como Velo de Novia.

“Y ahora el proceso de restauración de estos bosques es muy costoso y tardado; si perdemos estos bosques, seguirán desapareciendo las esponjas que mantienen el agua en el sitio”, advirtió.

Federico Llamas Vidal subrayó que este binomio de incendios y escasez de lluvias es muy grave y delicado en términos de la resiliencia futura de la cuenca, por lo que antes de construir obras para extraer agua de otros lugares se deben implementar agresivos programas de restauración y reforestación de los bosques, que son las fábricas del agua.

Además de implementar campañas de captación, ahorro y reúso del agua, con tecnologías que prácticamente están al alcance de todos.

Vivir de la presa

Los ingresos de la familia Ponce Tavira, padre, madre y dos hijos, vecinos de la localidad El Arco, en Valle de Bravo, dependen completamente de la pesca en la presa Miguel Alemán, que debido a la sequía cayó en los últimos meses a menos de 50 por ciento.

La señora Guadalupe Tavira Estrada reveló que ahora sólo logran sacar entre 80 y 100 kilogramos de charal a la semana, en lugar de los 200 kilos de antes o alrededor de 20 kilogramos de carpa, en vez de los 50 kilos que conseguían capturar previo al desplome del embalse.

El poco volumen de pescado que obtienen lo entregan a la cooperativa que paga a 15 pesos el kilo de charal y 35 pesos el kilogramo de carpa.

El joven Francisco Ernesto Ponce Tavira, comentó que anteriormente, cuando había abundancia del producto, hacían tamales de pescado que vendían a los restaurantes para obtener recursos extra, pero ahora, con la baja del turismo, estos negocios también dejaron de comprar.

En las inmediaciones del embarcadero del Lago de Valle de Bravo conocimos a Emiliano Berice Mercado, mejor conocido como El Carmita, lanchero desde hace 40 años, que ofrece sus servicios afanosamente a los pocos visitantes.

El Carmita, dueño de la lancha bautizada como La Flamita, relató que el pasado 13 de febrero formó parte del grupo de prestadores de servicios turísticos que se manifestaron frente a las oficinas de la Conagua, en la Ciudad de México, para exigir un freno a la extracción de agua de la presa Villa Victoria, porque los bajos niveles en el embalse, los está dejando prácticamente sin el sustento diario.

“Ahorita el turismo bajó más o menos 30%; viene la gente y se asoma y dice: ‘yo cuando venía la presa estaba hasta arriba, ¡qué lástima me da ahora!’”, señaló.